La Casa de los Perros: Por fin una luz en el camino de Zacatecas

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

El caso del ex diputado Eduardo Rodríguez Ferrer es un vivo ejemplo del actuar de la 4T en Zacatecas, en México y el mundo.

El primo de la esposa del ex gobernador Alejandro Tello Cristerna, gracias a los votos obtenidos hace seis años por quien ganara la alcaldía de Villanueva, el hoy diputado federal Miguel Torres Rosales, accedió vestido con los colores del PRD a la LXIII Legislatura.

Su carácter explosivo lo mantuvo aislado de sus compañeros legisladores. Eran más los que le sacaban la vuelta que aquellos que, por convicción, decidían ir con él a lonchar.

Cuando el proceso electoral 2021 se acercaba, Eduardo Rodríguez decidió abandonar a su partido y comenzar a picar piedra del lado de Morena. Quería, por lo menos, reelegirse.

Pero todos sabemos que en el partido guinda sólo tienen cabida los que se arrodillan y, por supuesto, los servidores de la Nación, los parientes y los socios. El ex diputado ni era servidor de la Nación, ni pariente, ni socio, pero logró que lo incluyeran en los colectivos que se armaron para sentar las bases de lo que sería, o se supone debería ser, la nueva gobernanza.

Al final, Eduardo Rodríguez no consiguió la candidatura a diputado por el Distrito 11, que incluye los municipios de Cuauhtémoc, Genaro Codina, Luis Moya, Ojocaliente y Villanueva. Ahí los planes eran otros y la coalición Juntos haremos historia, que integraron los partidos Morena, Verde, PT y Nueva Alianza, se decidió por Susana Barragán Espinoza, que no sólo ganó la elección, sino que también se convirtió en la diputada más votada del pasado 6 de junio.

Pero él siguió haciendo méritos acompañando durante lo que duró la campaña electoral, a Martina Rodríguez García, representante de la oficina de la Secretaría de Gobernación en Zacatecas, a un sinnúmero de desayunos en el restaurante Finca del Minero, los que se prolongaban más allá de las 11 de la mañana.

Con la necesidad de que antes de que concluyera la LXIII Legislatura se aprobara la Ley David que pretendía reformar los lineamientos que rigen al Issstezac, el voto de Eduardo Rodríguez resultaba indispensable. Morena, sin mayoría calificada, no se podía dar el lujo de dejar suelto ese cabo y se optó por la brillante idea de designarlo como secretario general del Congreso.

Le prometieron, al menos, otros tres años de buen sueldo y poco trabajo. Él estaba feliz.

Al final, la Ley David no se aprobó y, como para taparle el ojo al macho, Rodríguez Ferrer rindió protesta a un día de concluir la LXIII Legislatura, en lo obscurito, ante la entonces presidenta de la CRICP, Susana Rodríguez Márquez. Él quedó contento.

Pero, obviamente, los recién desempacados diputados, con nuevos compromisos y nuevas reglas, traían en la mira a Eduardo Rodríguez al que ayer, tras 22 días en el cargo de secretario general, le dieron las gracias. Sólo el petista José Luis El Cepillo Figueroa Rangel subió a Tribuna no para defender al ex perredista, sino para hacer un llamado a sus homólogos a no darse un balazo en el pie eliminando de un plumazo la secretaría general. Pero la decisión estaba tomada.

Sus ex amigos y ex compañeros le dieron la espalda, porque ni la morenista Imelda Mauricio Esparza, presidenta de la CRICP; ni Xerardo Ramírez Muñoz, líder de la bancada del PT; tampoco Gabriela Pinedo Morales, la petista con vestido guinda y ahora con saco verde, y mucho menos Soralla Bañuelos de la Torre, de Nueva Alianza, lo apoyaron. Lo dejaron solo pues.

Antes a la 4T le servía. Ahora ya no.

Por fin una luz en el camino

Difíciles han sido estos días para el inquilino de La Casa de los Perros.

Con un gabinete mocho, pero con un secretario de Finanzas, Ricardo Olivares Sánchez, que siempre estuvo no sólo al pie del cañón, sino también tocando puertas por aquí y por allá, David Monreal enfrentó y sorteó el estate quieto que desde Palacio Nacional le mandó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ayer, por fin, la secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, sí, la misma que les quitó su sueldo a trabajadores de la alcaldía de Ecatepec, allá en el Estado de México, para desviar el recurso a las campañas electorales, recibió en su oficina a David Monreal Ávila con el que acordó, según informó la fallida oficina de Comunicación Social, que las quincenas de septiembre, la que ya se venció y la que viene, estarán en los bolsillos de los maestros de Zacatecas.

Ahora se espera que los maestros afiliados a la Sección 58 del SNTE dejen a un lado sus manifestaciones, la toma de edificios gubernamentales y la idea de andar bloqueando cuanto evento se les viene en mente, para ponerse a trabajar. Como quien dice, les toca desquitar la paga.

Si bien nadie puede llamarse a sorprendido, pues la situación económica por la que atraviesa Zacatecas no es algo nuevo, al final los ceros que se acumulan a la derecha de las deudas serán el reto mayúsculo que el gobernador tendrá que enfrentar sí o sí.

Ya con el respiro de tener, al menos septiembre librado, David Monreal tendrá el tiempo suficiente para cumplirle a los zacatecanos iniciando con nombrar, de una buena vez, a todo su gabinete. Un gobierno a medias no podrá dar resultados completos. Ni aquí ni en China.

Pero también se tiene la esperanza de que López Obrador deje atrás sus filias y sus fobias y deje de castigar a Zacatecas. Los que habitan esta tierra no merecen el trato que la 4T, encabezada por él, dé ese inmerecido trato.

Aunque al final del orden alfabético, Zacatecas también es estado y sus habitantes mexicanos.

Rebatinga

En el PRI pareciera no sólo que no aprenden de los errores cometidos en el pasado, sino que tampoco lo hacen del mal ejemplo que Morena es. Las imposiciones siguen siendo en el tricolor, el pan de cada día.

Ahora que se avecinan los nombramientos de los contralores municipales, en Guadalupe dejaron fuera a Benito Venegas, que dicen en los pasillos del edificio de allá por La Encantada, era el mejor perfil para hacer contrapeso al gobierno del hijo putativo de la nueva gobernanza, para decantarse por una terna de tres mujeres: Natalia del Muro, Jannete Garay y Saraí Flores, cuya trayectoria en el PRI es nula.

Se nota que Enrique Flores Mendoza dejó en el abandono la operación política para dejársela de lleno a Roberto Luévano Ruiz, quien se niega a dejar de ser el mandamás, a pesar de los serios señalamientos de su actuar a favor de Morena en la pasada elección.

Que siempre no

Mientras el petista Alfredo Femat Bañuelos cumple su sueño de seguir siendo el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores en la Cámara de Diputados federal, para no dejar de ser el invitado que nunca falta a las comidas y cenas en las embajadas, al otro zacatecano, el del Verde Ecologista, lo dejaron con un palmo de narices.

Y es que resulta que, a Carlos Puente Salas, le dijeron se debe conformar con ser el coordinador de la bancada verde en San Lázaro, porque la presidencia de la Comisión de Hacienda, o de cualquier otra, ya tienen dueño.

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