Caso Conacyt, el regreso de la inquisición

JACOBO CRUZ

Ya no es raro que Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el presidente de México señale quién es el culpable de corrupción, esto es una práctica común, es una estrategia que necesita para seguir buscando la legitimación de su gobierno.

Como sabemos la lucha anticorrupción fue la bandera que AMLO enarboló durante su campaña en 2018 en busca del poder de la nación, según su punto de vista esta es la principal causa de los problemas del país que ahora gobierna y que fue ocasionado por los gobernantes del pasado emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), el llamado PRIAN.

Y con esta dinámica el mandatario va programando quien sigue en el banquillo de los acusados para que luego las instancias encargadas de impartir la justicia tomen su papel de juzgar y llevar a la cárcel a quien el titular del ejecutivo ya indicó.

Ahora llegó el turno a los investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la justicia pronta y expedita, que no imparcial, promueve órdenes de aprehensión contra 31 científicos lo que ha causado revuelo a nivel nacional e internacional.

Fue David Luhnow, editor para América Latina del Wall Street Journal (WSJ), quien menciona que el mandatario nacional hizo estas acusaciones de crimen organizado y lavado de dinero debido a una eterna disputa que tiene contra los intelectuales mexicanos. Y sigue. Ahora se equipará a los científicos con los narcotraficantes, a los primeros se les considera de alto peligro que deben ser encarcelados en penales de máxima seguridad.

El Conacyt fue creado en 2002, desde entonces habían trabajado sin ningún inconveniente, pero esta relación se rompió cuando el de la 4t llegó al poder demostrando que al presidente le molestan las gentes pensantes y críticos de su forma de gobierno que en algún momento se han expresado en contra de su proyecto. Por eso señala desde la máxima tribuna tanto a periodistas, luchadores sociales, defensores de derechos humanos y hasta ecologistas, algunos se han salvado de la cárcel, pero lamentablemente algunos han perdido la vida en la defensa de sus ideales y de las causas que consideran justas en medio de los señalamientos del mandatario.

López Obrador insiste y las autoridades deben brindar respaldo legal a su petición luego de que en dos ocasiones la han rechazado, pero al parecer no se va a rendir pues presentó una nueva queja para lograr los arrestos por el supuesto uso ilegal de aproximadamente USD 12 millones lo que lo llevaría a los investigadores a purgar una condena de al menos 80 años de cárcel.

Seguramente los implicados están buscando su defensa legal para demostrar su inocencia y sabrán justificar y transparentar en su totalidad el financiamiento público de que son objeto los científicos, que por su labor un tanto ajena a la política uno pensaría que no tendrían por qué ser perseguidos, pero seguramente encontró algo que no le pareció y ahora son sujetos del proceso en cuestión, pero ellos afirman que el gasto anual del concejo era auditado y aprobado todos los años, incluso bajo el gobierno actual.

Como se dijo al principio, esto no es de extrañar pues es la política que Morena ha seguido con otras instituciones que no se le cuadran, que afirman que cumplen con su función normativa y vocación social, acción similar ha soportado el Instituto Nacional Electoral (INE) y su titular Lorenzo Córdova.

Además, recordemos que con el fin de acabar con el flagelo de corrupción el pasado 1 de agosto se llevó a cabo la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes donde se gastaron unos 550 millones de pesos y fue lo que se esperaba, un circo.

AMLO y sus defensores seguirán afirmando que los recursos destinados a la ciencia eran gastados en extravagancias, que era un desperdicio y la denuncia del recorte aplicado por parte del personal era un chantaje, pero en el fondo se esconde el desprecio que la 4t tiene sobre la ciencia que el presidente resumía en frases como la de “sacar petróleo no tiene la gran ciencia”

Al mismo tiempo se demuestra que no le interesa el conocimiento científico y las consecuencias de esta visión la estamos pagando todos los mexicanos con la pandemia; mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendaba acciones precisas para contrarrestarla,  él afirmaba que era una gripe y desde la máxima tribuna del país exponía que con imágenes milagrosas se estaría protegido, que con el detente bastaba, que el portarse bien al no mentir, no robar y no traicionar estaríamos protegidos contra el Covid-19 y gracias a esta estupidez hoy lamentamos la muerte de cerca de 300 mil personas en México.

En el caso del Conacyt es otra acción muy grave para la vida pública del país y en la realidad significa el regreso de la inquisición que perseguía a quienes se atrevían a cuestionar los dogmas religiosos y proponer sistemas distintos a los establecidos en el oscurantismo, pero esta es parte de la estrategia de la 4T, la de hacer a un lado, de destruir a personas e instituciones que de alguna forma ponen un límite a los abusos que comete el poder público.