Primer aniversario de que “pande” vive entre nosotros

BRAYAHAM SOTO GUTIÉRREZ

Como ya es muy sabido por todos los que formamos parte de este planeta llamado tierra, pero más específico del continente americano, en este hermoso país llamado México; desde hace más de 365 días llegó a nuestras vidas la pandemia a causa del Coronavirus 2019, o también llamado COVID-19.

Era mitad del mes de marzo del año 2020, hasta parece superstición 20 + 20, igual a 40 o cuarentena. Cuando pudimos presenciar todavía los últimos espectáculos musicales en vivo en determinados recintos, así como encuentros de fútbol, beisbol, basquetbol, entre otros, todavía en los estadios y de forma “normal”.

Para aquel 16 de marzo todavía celebrábamos de un fin de semana largo, día de asueto con motivo del natalicio del Ex Presidente de la República Benito Juárez García; sin saber que vendrían muchos puentes dentro de ese puente. Un día de descanso que parece que ha tenido 366 días (porque el año pasado fue bisiesto), con 8784 horas de duración, y contando, porque todavía no se le ve fin.

Es cierto que a la mayoría nos tomó por sorpresa el hecho de que de un momento a otro se le pusiera pausa a nuestra vida cotidiana. Se acabaron las clases presenciales en las escuelas, los templos se cerraron, al igual que los estadios, los centros laborales dejaron de producir, así como las instituciones públicas, como es el caso de juzgados y dependencias gubernamentales. En los hospitales sólo se empezó a atender pacientes COVID.

Había mucha esperanza que este sueño sólo durara del 20 de marzo al 20 de abril, otra vez 20 y20, hasta parece película de terror. Pero los casos positivos, contagios y muertes a causa de esta epidemia, se prolongó la etapa de encierro y de seguir observando las medidas de sanidad.

Desde que nos cayó el 20, otra vez ese número, se empezó a ver a una sociedad más disciplinada. Debido a que ya se ve a las personas que sólo salen a lo necesario, usando debidamente el cubrebocas, quienes trabajan atendiendo gente portan su careta; al igual ya es parte de nuestra vida cotidiana el que se nos tome la temperatura para poder ingresar a determinado lugar, así como el pasar por el tapete sanitizante (bañado en cloro), además de conservar la distancia con otra persona de por lo menos 1.5 metros, y dándole un receso al saludo de mano, beso y abrazo, socializando con señas o con el choque de puños o codos.

También es necesario mencionar que esta época ha sido muy triste, porque se nos ha privado de muchas distracciones como mediada de seguridad, el realizar ejercicio, el ir a un baile, fiesta o convivio, entre otros. En el caso de los que somos de Zacatecas, nos tocó ver como se suspendieron la Feria de Jerez, Fresnillo, las Morismas, la Nacional de Zacatecas, la de Guadalupe, el teatro de calle y los espectáculos navideños; así como la Romería de la Virgen Preladita y el docenario a la Virgen de Guadalupe. Tradiciones muy arraigadas a la entidad, pero por el hecho de ser eventos demasiado concurridos, se optó por cancelarlos, para disminuir los contagios, y frenar el crecimiento del COVID.

En la actualidad ya nos estamos acostumbrando a la era virtual, ver conciertos, clases, cursos, conferencias, convivencias, misas, entre otras reuniones por medio de plataformas digitales o a través de video-llamadas. Donde ya se volvió parte de nuestra rutina el recibir códigos de forma gratuita o pagar por ellos, para poder hacer el enlace correspondiente.

Nunca imaginamos que desde nuestra casa íbamos a estar conectados con otras personas para llevar a cabo ciertas actividades. Aquí lo rescatable es que la contaminación ambiental disminuyó, la tierra y el aire tuvieron un respiro, además de que se nos dio la oportunidad de convivir por más tiempo con nuestra familia y desarrollar actividades para la mejora de la casa y el hogar.

Ya para culminar este relato, y evitar que la gente se siga deprimiendo, no queda más que desear ánimo. Esperando pronto todos estemos vacunados, para poder volver a salir sin temor alguno, y poder abrazarnos, ir a un concierto y al estadio para gritar gol.

Para que esos anhelos se vuelvan realidad, a nosotros nos queda el seguirnos cuidando, cumplir con los protocolos establecidos por las autoridades de salud y mantener la calma mientras nos quedamos en casa.

No hay que estresarnos, incluso hay que llamarle con cariño a la pandemia, por ejemplo como un servidor le habla PANDE, para encariñarme con ella y así más rápido se vaya.