Creer en la democracia y defender la organización social

JACOBO CRUZ

El próximo 6 de junio los zacatecanos acudiremos a las urnas para elegir al próximo Gobernador de la entidad por un periodo de seis años, es decir, del 2024 al 2030, además se renovará la cámara de diputados locales con 18 diputados electos por mayoría relativa y 12 designados mediante representación proporcional para integrar la LXIV Legislatura, pero también se votará para elegir a los presidentes municipales de 58 ayuntamientos.

Y esta elección se dará en condiciones especiales porque la pandemia ocasionada por la Covid-19, que al 15 de marzo sumó dos millones 167 mil 729 contagios y 194 mil 944 muertes en el país provocando como consecuencia la pérdida de empleos por el cierre de empresas y una pobreza generalizada, que según la opinión de especialistas terminará en unos 10 largos años.

Oficialmente se denomina Proceso Electoral Federal 2020-2021, son también conocidas como elecciones intermedias revistiendo capital importancia porque será el sufragio de 500 diputados federales al Congreso de la Unión: 300 de los cuales serán electos por mayoría simple en cada uno de los distritos electorales en que se divide el país; y los 200 restantes mediante el principio de representación proporcional al ser votados en listas en cada una de las circunscripciones electorales y destaca que por primera vez se podrán reelegir tanto alcaldes, diputados locales y federales.

Y es hasta curioso pensar en las propuestas que harán los que van a la reelección, ¿esta vez a quién culparán siendo que ellos mismos fueron sus antecesores? y si esto es cuestionable para todos, lo es más para los legisladores emanados de Morena que fueron partícipes al avalar las reformas de AMLO, mientras que los alcaldes fueron víctimas de los recortes de la federación autorizados por los diputados de su partido no pudiendo cumplir las promesas y compromisos de campaña que hicieron antes.

Si bien hay interés ciudadano por la elección, la gente no quiere oír discursos donde se le eche la culpa a los demás, en la campaña pasada fue muy fácil ganar simpatías diciendo que si votaban por la 4t se remediarían todos los males, pero ya han pasado casi tres años y se descubrió que eso no es cierto.

En 2021 la campaña será más difícil, el pueblo no se dejará deslumbrar con el discurso preparado por AMLO y repetido por los candidatos en 2018. En este tiempo ya se conoce el desempeño de los morenistas y se puede comprobar que nada cambió con ellos y seguramente serán castigados en las urnas quienes pretenden reelegirse.

Y con este escenario enfrente, existe la percepción que la gente está cada vez más interesada en los asuntos electorales esperando que los futuros gobernantes tomen los problemas en sus manos, les propongan soluciones eficaces para enfrentar la crisis de salud, económica y de seguridad porque los que van de salida no supieron qué hacer.

El desengaño llegó pronto porque las promesas que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en cuanto a bajar el precio de los combustibles -como la gasolina a 10 pesos-, fue otra burla a la inteligencia de los mexicanos que le siguen perdonando sus excesos a cambio de la entrega de las becas del bienestar, pero sin dimensionar la violación a las leyes de México y los derechos ciudadanos conquistados por el pueblo.

Hoy ya estamos en medio de la campaña política y de la lucha por el poder deben surgir las ideas y propuestas que resuelvan los problemas sociales porque la gente quiere vivir en paz y trabajando, debemos exigir que AMLO detenga la polarización que sólo dividen a las familias y siembran odios.

Ahora la gente quiere escuchar propuestas concretas de los candidatos: cómo se hará para pavimentar su calle o cuando se arreglará su camino, le interesa tener agua potable, drenaje o luz eléctrica y porque la pobreza aumentó a causa de la pandemia requiere de apoyos como calentadores solares o tinacos, al pueblo le interesa saber  cuándo se le dará una despensa, necesitan apoyos para el arreglo de sus vivienda y medicinas en los hospitales públicos que AMLO les quitó, como las que curan el cáncer.

Ante todos estos problemas, a los mexicanos nos queda creer en la democracia, pero esto no sólo es acudir a votar el 6 de junio, sino organizarse para participar activamente en la gestión, cuestionar y exigir que los recursos del erario se usen allí donde haga falta y sea más urgente, esa será la tarea de todos.