Hablemos del Juicio de Amparo

PEDRO JASSO CARRILLO

Todos en alguna ocasión de nuestras vidas hemos oído hablar sobre el Juicio de Amparo. En este pequeño texto veremos en que consiste, aclarando que es un juicio de orden Constitucional, es decir, lo contempla nuestra ley suprema, la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos.

Este juicio sirve para todas la personas que se sientan agraviadas, lesionadas o menoscabadas en sus derechos humanos, sea cual sea la materia legal lo pueden reclamar en el Juicio de Amparo; esos derechos humanos, los cuales podemos observar en nuestra Carta Magna del artículo primero al veintinueve.

La Constitución reglamenta este Juicio de Amparo en sus artículos 103 y 107, así como en la Ley de Amparo que tiene como objetivo resolver las controversias que se susciten entre particulares y las instituciones públicas, con relación a todo acto u omisión de la autoridad.

Podemos entender el acto u omisión de la autoridad pública, como la sentencia o resolución, un acuerdo, una norma, un decreto, una orden, una restricción y toda clase de actos que vulneren derechos, tales como: la educación, el libre tránsito, la libertad, el trabajo digno, el derecho a dedicarse a la profesión que más convenga, a la vivienda digna, a la salud, a la justicia, a que la familia tenga bienestar, a la no discriminación, el derecho a la propiedad, al derecho de audiencia y defensa, a que toda persona sea respetada, y en general a toda clase de derechos fundamentales que por el sólo hecho de ser seres humanos tenemos desde el nacimiento.

Por lo regular el plazo establecido para presentar el juicio de amparo es de quince días a partir de que te enteras de lacto violatorio a tus derechos humanos, a las personas afectadas se les denomina quejoso; al ente público, autoridad responsable; a la parte contraria, tercero interesado. También interviene el Ministerio Público para velar por los intereses de la sociedad y señalar con precisión cuales con los agravios que afectan al quejoso y que autoridades responsables.

La gran fortaleza del juicio de amparo es la Suplencia de la Queja, a través de la cual, el Juez Federal tiene la obligación de interpretar los argumentos del quejoso e ir más allá para garantizar sus derechos de manera plana, es decir, la suplencia de la queja, surte efectos aún y cuando el quejoso no estipule los agravios correctos en su escrito inicial, resguardando y garantizando el Juez, los derechos que no mencionó la persona afectada.

Por eso, sin lugar a dudas, si sientes que están afectando severamente tus derechos humanos, promueve el Juicio de Amparo.