Tiempos de reflexión

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

El proceso electoral está en marcha, a partir de septiembre arrancó la justa donde se renovará la Gubernatura, 30 diputaciones y 58 alcaldías, hacía el interior de los partidos ya se organizan para la selección de candidatos y la conformación de estructuras electorales para la promoción del voto.

Por alguna razón inexplicable vemos que algunos medios de comunicación se cargan a uno u otro lado olvidando que deberían informar sobre lo que acontece diariamente, pero al calor del proceso muy temprano han tomado partido por tal o cual expresión y con ello magnifican los errores del competidor en cuestión y realzan las supuestas fortalezas de su gallo. Lo hacen sin ningún recato, sin ninguna prueba que demuestre las supuestas virtudes sobre el tránsito del personaje de su preferencia en la administración pública o del desempeño de funciones legislativas, nada, lo afirman sin ningún sustento, como si se tratara de creerles como milagro y acto de fe.

Y como resulta natural, la lluvia de encuestas no se ha hecho esperar, curiosamente la mayoría de ellas dan amplia ventaja al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y su precandidato David Monreal Ávila, por todos los medios electrónicos a pesar de existir normatividad sobre el tema nos saturan con escenarios catastróficos para el partido en el poder y posibles aliados, convocando prácticamente a sumarse sin resistencias al que presentan como “barco ganador”.

Sin embargo, llaman mi atención tres acontecimientos que cada ciudadano debe ponderar con mesura a efecto de no equivocarse en la elección de quien conduzca los destinos del estado los próximos seis años o bien se desempeñe  en funciones legislativas o municipales.

Primero. “Prometer no empobrece”, hablar del pueblo, mostrarse sensible ante los múltiples problemas de salud, económicos o de seguridad es relativamente sencillo, pero convendría cuestionar sobre las acciones de solidaridad que emprendieron durante la pandemia en favor de las familias que se les exigía quedarse en casa pero les resultaba imposible por carecer de recursos económicos. Para que no quede duda, debemos preguntarnos ¿Dónde andaban tantos aspirantes cuando la gente más los necesitaba?

Segundo. Vale la pena estudiar el historial de cada actor político en cuestión: ¿Cuál fue su desempeño en sus responsabilidades anteriores? ¿Qué tanta congruencia existe entre lo que hoy se promete y lo que se ha hecho a su paso por distintos cargos? Esto para que no vaya a pasar lo que hoy vemos con el Presidente López Obrador, él tenía todas las soluciones a los problemas del país pero a dos años de distancia una y otra vez culpa al pasado y encuentra perversas conjuras para justificar la ausencia de resultados y su fracaso.

Finalmente. Conviene pensar que más allá de las contiendas electorales hoy el país vive una crisis en todos los ámbitos pues a la pandemia del covid-19 que ha cobrado la vida a más de 90 mil mexicanos se suma la crisis de inseguridad que contabiliza cerca de 70 mil gentes que han fallecido en actos violentos a pesar de la promesa de AMLO por pacificar el país; y en materia de economía también el desastre es mayúsculo pues la contracción económica ha significado la pérdida de miles de empleos de tal manera que las condiciones de vida de la mayoría de las familias son verdaderamente desastrosas, por tanto, más allá de apasionamientos electorales es momento de unirnos, de hermanarnos y enfrentar juntos este adverso panorama.

Por ello vale la pena detenerse un poco y reflexionar lo que sucede en nuestro entorno, sería mejor que quienes pretenden representarnos hablaran con toda honestidad e hicieran un diagnóstico preciso que identificara los problemas y plantearse rutas de solución porque las promesas facilonas sin encontrar las causas y sin proponer soluciones no sirven. A lo anterior, creo también que descalificar sin aportar pruebas o datos que demuestren la veracidad de las acusaciones es sencillo, pero convendría también construir, mostrar evidencia de lo afirmado e incluso mostrar el contraste de los resultados propios.

Hoy estamos ya inmersos en el proceso electoral y todos sin excepción debemos estar atentos a lo que acontece en este terreno para no caer en engaños, además de eso desde su trinchera cada uno buscar soluciones verdaderas a los problemas que aquejan a los zacatecanos. Como dirigente social creo firmemente que la ruta idónea será siempre la unidad y organización del pueblo trabajador, ese es el camino, complejo, riesgoso, adverso, cansado y difícil pero sin duda sólo así saldremos adelante, por ello estemos atentos, abramos bien los ojos, son tiempos de observar y reflexionar.