Triunfo del PRI en Hidalgo y Coahuila

ADOLFO BONILLA GÓMEZ

Varias lecturas nos dejan las elecciones en los estados de Hidalgo y Coahuila:

Las encuestas no son las que te dicen.

Las campañas pueden ser, sí, más ahorrativas

La popularidad del Presidente no se traduce en preferencia electoral para Morena.

Y los programas sociales de bienestar tampoco se traducen en preferencias electorales para Morena.

Campañas más baratas

Lo que vimos fue que pueden ser campañas más baratas y ahorrativas. Hugo menos espectaculares; no se realizaron mítines. Se utilizaron las plataformas digitales y el toca – toca. Tocar puertas y entregar cubre bocas.

Las encuestas fallaron

Las encuestas pronosticaban triunfos para Morena. Pronosticaban triunfos de Morena dos a uno contra el PRI. Fallaron todas. Los resultados fueron inversos.

Popularidad del presidente no necesariamente se traduce en preferencia electoral para Morena. No apareció en las boletas.

Quedó en claro que los Programas Sociales no se traducen en preferencia electoral para Morena.

Esto es muy sano.

El primer programa de entrega de recursos fue el Procampo y no le resolvió al PRI la elección en 1994. En 1998 pone en operación programas más ambiciosos de transferencia de recursos, el Progresa, que se convirtió en Oportunidades y finalmente en Prospera y, el PRI pierde las elecciones en el 2000.

Tanque de oxígeno para el PRI

Las elecciones de Hidalgo y Coahuila son una bocanada de aire, un buen tanque de oxígeno, pero no se deben echar las campanas al vuelo.

Lo que le ayuda al PRI es que puede construir esquemas de unidad. Le ayuda que en la gran mayoría de los estados cuenta con estructuras.

Una campaña electoral es de aire y tierra.

Por eso el PRI gana la de tierra, pero tenemos la experiencia de 2018, en la que la campaña de aire fue contraria.

Hoy los ciudadanos se dicen decepcionados porque se forjaron una expectativa mayor. Estos efectos se van a ir -cada vez más- apreciando de otra forma.

La ventaja demostrada en las pasadas elecciones, son la campaña en tierra y la estructura de carne y hueso. La maquinaria que sí funciona.

¡Derrota de Morena por el PRI o por Morena?

En Coahuila fueron las dos cosas. Coahuila se significa por un estado que nunca ha perdido el PRI, que tiene esa estructura y maquinaria atendida y aceitada.

Morena es Morena. Es un movimiento convertido en partido que amalgama los extremos, los más radical de las extremas izquierdas y derechas. Una situación constante en Morena es que son un cúmulo de experiencias tan compleja que no da resultados electorales.

En las pasadas elecciones le fue mal en Aguascalientes, Durango y Tamaulipas, algo está pasando con Morena que nos deja ver que no es el partido competitivo que gane elecciones.

Otro elemento es en el ejercicio del gobierno. El análisis de Puebla, Baja California, son entidades altamente cuestionados en el ejercicio de gobierno, confrontados con empresarios y entre los propios de Morena.