La pobreza, la corrupción, la inseguridad y la marginación siguen presentes

JACOBO CRUZ

Es la hora que el Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), no ha podido renovar su dirigencia nacional ni estatal y mientras no se puedan reunir por la pandemia, los grupos opositores se están ahorrando los bochornosos actos que acaban en sillazos y donde incluso se han mostrado pistolas para demostrar que no están dispuestos a aceptar la derrota, al menos eso se vio el 13 de octubre en algunas entidades como Jalisco y Zacatecas donde servidores de la nación protagonizaron los hechos y se vio claramente el concepto que tienen de democracia en el partido del presidente de México.

Lo que sucede con Morena y en todos los partidos es de importancia pública ya que su existencia y financiamiento económico se logra con dinero de todos los mexicanos, hecho justificado porque en caso de que sus candidatos  logren el apoyo popular a través del voto en las urnas y luego asuman el gobierno deberán impulsar acciones en favor de las mayorías, es decir se debe traducir en beneficios sociales de toda la población hayan votado o no por el personaje impulsado.

Así es como se entiende la asunción al poder de la nación por parte de Andrés Manuel López Obrador una vez que convenció a los mexicanos de votar por él, pero a más de dos años, la pobreza, la corrupción, la inseguridad y la marginación siguen presentes y sólo han terminado en el discurso oficial, a pesar de que ahora se erogan millones de pesos en los programas sociales que calman temporalmente necesidades de las familias beneficiadas a costa de eliminar otras asignaturas e instituciones para canalizarlo todo a las ayudas que hasta el momento han resultado en beneficio para el proyecto presidencial.

Después de la cruenta revolución mexicana y de lograr la democracia partidaria, el país ha recibido cuatro ofertas políticas predominantes, que en orden cronológico serían el PRI, PAN, PRD, pero ninguno de ellos pudo sacar de la miseria a México y a como se ven las cosas tampoco lo logrará Morena aunque se alegue que lleva poco tiempo, que debe confiarse en el presidente, su equipo y partido.

Y hay que dudarlo tomando en cuenta elementos objetivos determinantes como el que haya cerca de 1 millón de enfermos del covid y casi 85 mil personas fallecidas o que la contracción económica sea de -18% y con la pérdida de 12 millones de empleos formales. A lo anterior se suma el absoluto fracaso de la estrategia de seguridad basada en abrazos, no balazos, provocándose un baño de sangre con más de 60 mil muertes por la violencia, cifra muy superior a los sexenios del panista Felipe Calderón y el priista Enrique Peña Nieto y se adiciona la crisis en la educación teniendo como base el uso del internet o la televisión y con la responsabilidad directa de padres de familia cuando muchos tampoco saben leer ni escribir.

Eso no es todo, hoy se vive un choque entre los bautizados como chairos y prianistas, división de los mexicanos que fue provocada por AMLO, también existe la persecución a los críticos de su gobierno con el respaldo incondicional de la Unidad de Inteligencia Financiera y el sometimiento del poder legislativo donde le aceptan sus propuestas sin que los representantes populares volteen a ver los intereses del pueblo que dijeron defender.

Y tenemos al Instituto Nacional Electoral acatando las decisiones del ejecutivo sobre el registro de nuevos partidos legales, en fin, las instituciones han sido alineadas recibiendo aval para señalar a todo aquel que piense distinto y de las calumnias se ha pasado a las acciones represivas reales como lo atestiguan varios hechos.

¿Y qué está haciendo su partido, dónde están los líderes críticos y pensantes? ¿Quién será el hombre capaz de convencer al necio presidente que comete errores y abusos de poder? ¿No se dan cuenta que se alejan de un proyecto nacional duradero, bien querido y defendido por el pueblo?

En Morena no se dan cuenta o no les interesa aceptar que en tan poco tiempo están terminando con este experimento que aceptaron los mexicanos de buena fe, pero con la 4T se están perdiendo las conquistas obreras y campesinas surgidas de la revolución mexicana poniéndose en riesgo el derecho de organización, petición y reunión como mecanismos legales para hacerse oír y ver ante las autoridades.

Al contrario de esto, el partido se encuentra sumido en una crisis profunda donde los intereses personales y de grupo se imponen al propósito de contribuir al desarrollo de todos los mexicanos y al show presentado en los estados ahora se lleva al ring la pelea por la dirigencia nacional enfrentando a Don Porfirio Muñoz Ledo y a Mario Delgado Carrillo que no aceptarán el triunfo de una de las partes. En tan poco tiempo los de Morena perdieron el rumbo o nunca lo tuvieron, pero hoy se exhiben como ambiciosos vulgares e incongruentes que les importa sólo el poder y dinero.