En Guadalupe, pongamos ¡manos a la obra!

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

A lo largo de los años el Movimiento Antorchista ha promovido el desarrollo de regiones enteras del estado de Zacatecas y particularmente en Guadalupe mediante la gestoría de diversas obras de infraestructura deportiva, de edificación de carreteras, bacheo, pavimentación de calles, domos en escuelas, salones y otras tantas acciones que a lo largo y ancho del municipio son hechos palpables que dan cuenta de nuestra labor que no solo es discurso, sino que se evidencia materialmente.

Con el mismo propósito, el de elevar la calidad de vida  y aminorar las condiciones de desigualdad que aquejan a la mayoría de los  mexicanos, impulsamos acciones de mejoramiento de vivienda, apoyos alimentarios y para el campo, programas de útiles, zapatos o becas escolares, siendo estas algunas de las muchas tareas de las que pueden dar cuenta miles de guadalupenses que si bien es cierto con ello no han abandonado la condición de pobreza, pero al menos han podido enfrentar en condiciones menos adversas los problemas cotidianos.

Al inicio de la actual administración  federal las cosas cambiaron significativamente, pues amparados en el discurso contra la corrupción se desaparecieron programas completos como los de vivienda en el antiguo FONHAPO o el ramo 23 que se eliminó también negando la posibilidad de etiquetar recursos desde la federación para obra pública necesaria en los pueblos y colonias.

Y a nivel municipal las cosas no difieren mucho pues la misma tónica afecta a los ayuntamientos que han sufrido graves recortes en sus participaciones y por ende cuando acudimos a exponer cualquier tipo de solicitud, enfrentamos una y otra vez argumentos como: no hay dinero, no habrá obra pública, no podemos, hay voluntad pero no hay recursos y cosas por el estilo, demostrándose así que la 4T afectó con sus medidas a todos, incluidos a municipios gobernados por eminentes alcaldes morenistas.

En mi quehacer como dirigente social día a día recorro comunidades y colonias, ni siquiera en los tiempos en que inició la cuarentena perdimos el vínculo con la gente, pero hoy he intensificado mi actividad pues la desesperación de las familias que se quedaron sin empleo, que no tienen para pagar el recibo de la luz o que están temerosas ante la creciente enfermedad se acrecienta alarmantemente; en honor a la verdad debo admitir que nuestros alcances económicos son limitados y a veces solo aconsejamos o canalizamos el problema para dar una posible solución a las múltiples necesidades de la gente pobre.

¿Qué hacer ante tan grave situación?, ¿encogerse de hombros como le hacen muchos será la salida?, ¿culpar al pasado le ayudará a las familias a resolver sus necesidades? Como siempre la historia tiene respuesta a interrogantes complejas. Veamos.

Al arribo al poder, luego de derrocar a Batista, la revolución cubana enfrentó un bloqueo económico impuesto injustamente por Estados Unidos, ¿cuál fue la respuesta del sufrido pueblo cubano con Fidel Castro a la cabeza? La población se fundió en uno solo con su líder y encaró el problema realizando trabajo colectivo, cortando caña, aseando hospitales, encabezando jornadas de trabajo arduas, al lado de su líder histórico enfrentaron el embate extranjero y veamos, ¡ahí siguen!

Otro caso. Luego de la caída del bloque socialista  Rusia quedó sumida en una absoluta desolación que se agravó con la llegada al poder de Boris Yeltsin quien durante casi diez años sumió a la otrora potencia económica en una total desolación. La llegada al poder de Vladimir Putin a finales de 1999  trajo consigo la urgente necesidad de regresar el ánimo y confianza en su gobierno a los soviéticos, acto seguido, el recién estrenado gobernante impulsó la conquista de Chechenia para regresar el orgullo a su pueblo, la osadía se consumó a pesar de la oposición de los gringos y con ello arrancó la nueva era para Rusia que hoy se levanta con orgullo como la nación que impulsa la posible vacuna contra el coronavirus.

Y a los guadalupenses la realidad nos ofrece esa difícil situación, detenemos el desarrollo o avanzamos a pesar de la adversidad.  Amparado  en esas asideras históricas,  la respuesta es clara, no daremos ni un paso atrás, de la mano de la gente impulsemos acciones colectivas, si no hay nueva obra mejoremos la existente, para eso  recientemente en La Zacatecana y Fraccionamiento Santa Fe, demostramos con faenas comunitarias que podemos pasar del discurso a los hechos, por ello no nos detendremos, pues el camino es largo y difícil, pero juntos llegaremos a la meta. ¡No lo dudemos!