Juventud resiliente: Periodicidad

RODRIGO RODRÍGUEZ OLVERA

El gran cataclismo de salud pública que ahora nos enfrentamos pudiera parecer novedoso, apocalíptico e irreal, lo cierto es que no es la primera vez que la humanidad se enfrenta a contingencias que ocupan todas las aristas de atención social, el SARS-COV-2 o mejor conocido como COVID-19 mantiene nuestra atención, sentimientos e integridad, la buena noticia es que la humanidad se sobrepuso a situaciones que a valor actual eran cientos de veces mas graves.

Dato curioso, el coronavirus es la palabra más “googleada” del mundo y seguirá en ese peldaño a ojo de buen cubero por esta década y es tan referenciada por el temor que causa con razón suficiente por las posibles afectaciones a la salud humana y como dijo Marie Curie “no podemos dejar de temer aquello que no entendamos” eso pasa precisamente con esta pandemia, resulta inexplicable que con la tecnología actual no se tenga certeza de alguna posible cura, el COVID-19 nos desnuda la fragilidad humana.

Hace algunos años quienes padecieron la peste negra se encontraban desolados y prácticamente rendidos, pudiera parecer cíclico que conforme evolucionan los humanos y la tecnología también las enfermedades hacen lo propio con la misma amalgama biológica que les hace supervivir en el universo.

El COVID arroja matices cíclicos cronológicas y que afortunada o desafortunadamente formamos parte ya de la historia por haber presenciado esta pandemia, que los ojos más cabalísticos, conspirativos y soñadores parecía lejana, sin embargo, tal cual reza un proverbio chino “solo esta derrotado quien se da por vencido” y de esa dualidad depende la supervivencia y la némesis de esta.

Nos leemos la próxima si Dios, adiós.

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