¿Quién se ocupa del pueblo en tiempos de contingencia?

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

A estas alturas ya para nadie resulta una novedad o exageración afirmar que estamos ante una de las más grandes crisis de salud generadas por el COVID-19 y que de ella derivará una gravísima crisis de salud de dimensiones catastróficas precisamente para los que menos tienen.

La respuesta de gobernantes y la clase política en general han transitado por diversas etapas y  podríamos dividirla en tres grupos fundamentalmente:

  1. A) Quienes han asumido la actitud del avestruz de esconder la cabeza y desconocer en absoluto la urgencia de escuchar al pueblo y buscar mecanismos de atención, aunque sea implementando acciones asistenciales que hoy se requieren con urgencia. Los males de salud se acentúan cuando no hay comida en casa y la mayoría de los alcaldes y Legisladores simplemente se han encogido de hombros y como dijo el clásico, “ni los veo ni los oigo”.
  2. B) Otros han optado por las acciones espectaculares, las medidas draconianas y las declaraciones estridentes para atraer reflectores, no se aprecia un esfuerzo serio por informar a la población para evitar la propagación del virus o palear los aspectos económicos, pareciera que se trata solamente de dar la nota, es decir, puro espectáculo, sin que las acciones incidan seriamente en beneficio del pueblo.
  3. C) Lamentablemente han sido muy pocos quienes han dado muestras de preocupación auténtica por la gente e implementan acciones efectivas, es verdad que el tiempo será el encargado de dictaminar su eficacia, aun así, son un intento serio por evitar la propagación y apoyar a la población, quiero referirme a dos casos concretos que me aparecen dignos de mención.

Primero. El Gobierno del Estado encabezado por el L.C. Alejandro Tello Cristerna, ante el anuncio nacional de la detección del primer caso de COVID-19 en el país, dictaminó de inmediato medidas restrictivas para evitar concentraciones masivas, suspensión de clases, cierre de gimnasios, bares, cines y para enfrentar las consecuencias de la pandemia se anunciaron una serie de acciones implementadas por Sedesol, Secampo y la Secretaría de Economía a efecto de apoyar a los sectores más vulnerables que no cuentan con empleo o que verán lesionadas sus ventas o cosechas, en suma, podemos afirmar que no sólo se trata de medidas de contención del mal, sino que también se plantean acciones posteriores para enfrentar los efectos, ¡bien por el Gobernador Tello!.

En segundo lugar, dentro del grupo de quienes se han ocupado de la población quiero mencionar el caso del presidente municipal de Trancoso, César Ortiz Canizales, quien, a pesar de las grandes limitaciones financieras heredadas al Ayuntamiento actual, no dudó ni un segundo en instrumentar acciones preventivas con la repartición de más de 5 mil kits de limpieza, acompañados de información precisa para documentar a la población sobre las medidas a seguir en esta contingencia. Casa por casa el primer edil, el Ayuntamiento y funcionarios municipales, visitaron a las familias incluso exponiendo su salud, pero dando la cara a la gente. Sabedor de los efectos económicos que implica el “quédate en casa” vino la distribución de apoyos alimentarios a los grupos más vulnerables dando prioridad a los comerciantes y a la gente de la tercera edad. Consciente también de la necesidad de mantener los espacios colectivos limpios, se adquirió un equipo de sanitización y personalmente el alcalde encabezó las brigadas de limpieza. Por último, sabedor de que hay quienes no han tomado conciencia del problema, se implementaron acciones disuasivas para evitar el tránsito nocturno de la población. Sin duda, aquí aplica que hace más el que quiere que el que puede, pues sin escatimar recursos e incluso poniendo en riesgo su salud, el gobierno de Trancoso trabaja para su pueblo.

Los antorchistas no podíamos mantenernos alejados de la problemática actual y, particularmente, de los efectos económicos, por ello, haciendo un esfuerzo económico hemos iniciado la repartición de 5 mil apoyos alimentarios, que nos queda claro que son insuficientes y que han sido causa del enojo de la jauría de las redes sociales que suelen descalificar todo lo impulsado por nuestro movimiento.

No nos podemos abstraer de la grave situación que padecen muchas familias que en ocasiones no cuentan con lo indispensable para alimentar a sus familias, quiero aquí compartirles la expresión de una de las señoras de las comunidades quien me confesó que “no tenía que comer” y que con lo que le llevábamos podría poner ese día “algo en la mesa para su familia”. Por eso, que vengan las críticas y los ataques, estar del lado del pueblo implica pagar un costo y estamos dispuestos a ello, viene a cuenta un verso de José Martí:

“Con los pobres de la tierra

quiero yo mi suerte echar:

El arroyo de la sierra

Me complace más que el mar.

Denle al vano el oro tierno

Que arde y brilla en el crisol;

A mi denme el bosque eterno

Cuando rompe en él el sol.”

Los antorchistas estamos conscientes de lo anterior, pues quienes deberían ocuparse de la gente o esconden la cabeza o buscan el aplauso fácil, pero no hacen nada que impacte verdaderamente en las mayorías, ejemplos como el de César Ortiz son muy pocos, por eso, haya contingencia o no, está claro que la única alternativa que tiene el pueblo es su unidad y fraternidad, nada más, pero nada menos.