La Caja China

MARÍA DEL SOCORRO CASTAÑEDA DÍAZ

Mi tema de reflexión esta semana tiene mucho que ver con lo que cotidianamente estamos viviendo en materia de información. Es cierto que no todas las personas de este país tienen acceso a las distintas modalidades de comunicación que hoy están potencialmente disponibles, pero es evidente que un gran porcentaje de los mexicanos tienen al menos una posibilidad de estar informados, y que un buen número de ellos están interesados en saber lo que ocurre en la sociedad en que viven, particularmente porque corren tiempos muy complicados en los que cada vez es más evidente una descomposición social que, aunque no debe atribuirse exclusivamente al gobierno en turno, sí tiene que ver con un sistema deficiente y pobremente organizado, en el que las instituciones nos quedan a deber, pero los ciudadanos no ponemos mucho de nuestra parte para dar soluciones.

En una sociedad en la que hay cada vez más información disponible, resulta una verdadera paradoja que la gran mayoría de las personas no tenga el criterio para discriminar lo falso de lo real, pero, sobre todo, lo trascendente de lo banal. Y, a decir verdad, resulta seriamente peligroso que muchas personas, posiblemente por ignorancia o por carecer de criterio para elegir lo que vale la pena compartir, se dedican a difundir información sin el menor sentido común, haciendo “viral” lo que desde algún lugar el sistema mismo decide que se propague en poco tiempo y forme parte de una especie de realidad construida a propósito para distraer la atención de lo que realmente es importante.

El tema de la “Caja china” que, por ejemplo, se plantea en la famosa película “La dictadura perfecta” es una realidad tan burda y evidente que hasta da vergüenza. Se trata de una estrategia por medio de la cual se desvía la atención del público utilizando información sensacionalista que resulta tan atractiva que hace a un lado problemas sustantivos[1]. Y tras publicar esa información, siempre hay una nueva y espectacular falsedad que ocupa el espacio de la anterior, como una caja china que trae adentro una más chica y así mientras sea necesario.

La famosa 4T no se salva de mostrar en la cotidianidad que también en su seno, y dirigidos por no sé quién, hay un marcado interés por distraer de los temas importantes a la mayor cantidad de mexicanos posible. Las cosas, por lo visto, no han cambiado y la “Caja china” sigue siendo una técnica de comunicación social utilizada quizá más torpe y burdamente que antes, pero utilizada al fin.

El caso más reciente parece un mal chiste. Y ya sé que estoy faltando a mi dicho acerca de que este espacio no giraría en torno al presidente, pero en realidad este es un intento por mostrar que lo que él hace, sobre todo en su terrible “mañanera”, nos concierne a todos nosotros que bien podríamos contrarrestar tantas declaraciones desafortunadas organizándonos e informándonos.

La verdad es que resultaría mucho más provechoso para millones de personas hacer caso a temas sustanciales que no pasan de moda en unas cuantas horas. También sería positivo pensar en darle un peso específico a ciertas acciones y, con toda objetividad, intentar evaluar los dichos del primer mandatario, que a veces parecen más bien bromas de pésimo gusto que propuestas serias para mejorar una realidad en la que encontramos cada vez más situaciones que merecen atención urgente.

Es en serio. No podemos continuar escuchando con toda tranquilidad cómo al mandatario, a su equipo o a ambos se les ocurren ideas tan brillantes como rifar el avión presidencial.

En realidad, hasta la reacción de AMLO después de todos los memes generados parece parte de una estrategia para seguir dándole cuerda a los mexicanos que se están ocupando de un tema francamente trivial, no porque el avión no represente un gasto innecesario y su destino deba ser definido pronto porque nos cuesta a todos, sino porque el asunto de la rifa es solamente una de las posibles soluciones, pero es la más absurda que se pudo plantear y porque es, efectivamente, la que llena esa “Caja china” que al parecer sigue funcionando con mucho éxito.

Rifar el avión, desde el punto de vista del presidente, no es un absurdo, que quede claro. “Los conservadores están molestísimos e inquietos. Dicen que es una ocurrencia y no, es reparar un daño, si hasta deberían estar agradecidos porque causaron un grave daño y nosotros estamos buscando una solución”, dijo en su famosa mañanera el primer mandatario[2]. A decir verdad, esas brillantes soluciones sólo caben en una mente un poco escasa, digámonos la verdad. O, por el contrario, tienen lugar en un cerebro que planifica con mucha serenidad el modo en el que podrá desatar polémicas y distraer a miles de personas que, opinando en redes sociales, intercambiando mensajes por whatsapp, leyendo los periódicos, viendo la televisión o como sea, no tendrán otro tema de conversación más inteligente por un buen rato.

Y es que, a decir verdad, casi por salud mental hay que pensar en que tampoco se vale considerar a López Obrador tan improvisado, tan incompetente, tan incapaz como para disparar todas las tonterías que arroja cada mañana sin un objetivo claro. A estas alturas lo único que se me ocurre pensar es que el presidente de México abre todos los días una “Caja china” para continuar con esa división del país en dos bandos muy definidos que parecen cada vez más irreconciliables. Dar tanto peso a propuestas de ínfimo nivel es, sin duda, una estrategia que se antoja casi perversa, pero sin duda, es proporcional al nivel de discusión, a la capacidad de análisis de los mexicanos que nos quedamos en la parte más superficial posible y dejamos a un lado lo realmente trascendente.

Así, para no ir más lejos, prácticamente nadie toma en cuenta asuntos tan delicados como la situación de las personas migrantes en la frontera sur de México, tema que ya se le ha ido de las manos a la 4T que, vulnerando la laicidad del Estado ha recurrido a una organización religiosa para atenderlo.

De acuerdo con el reportero de Proceso, Rodrigo Vera, el de Macuspana ya recurrió a su amigo el pastor Arturo Farela Gutiérrez, líder de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), para atender con casa, alimentos y asesoría legal a las personas que en la frontera sur del país buscan un mejor futuro[3]. La situación es de lo más delicada, porque, a decir del propio religioso, “Confraternice es el ejército de la Cuarta Transformación. Estamos para apoyar al gobierno de López Obrador” y esto, con todo respeto, despierta muchas suspicacias porque se trata de iglesias que manejan una cantidad importante de recursos y a decir verdad, poco se sabe acerca de su verdadera naturaleza y mucho menos de sus verdaderas intenciones. Basta recordar el penoso episodio de “La luz del mundo”, que en mayo de 2019 tuvo, gracias a los favores de legisladores de Morena, ni más ni menos que el Palacio de Bellas Artes como sede para homenajear a su líder, el hoy tristemente célebre Naasón Joaquín García[4].

Total, el tema de la rifa, como otras trivialidades que se han vuelto temas principales durante algunos días, no parecen sino distractores que impiden conocer información verdaderamente importante. Y el problema no es la 4T. El problema somos nosotros, los que recibimos todas esas expresiones sólo riendo y sin cuestionar, seguimos las tendencias, nos enojamos, tal vez hasta discutimos con quienes no piensan igual que nosotros, pero no buscamos una mejor manera para informarnos e informar a nuestros compatriotas. Somos nosotros quienes no profundizamos en nuestros razonamientos y mucho menos nos organizamos para contrarrestar los embates de un gobierno que cada vez más se perfila para empeorar la de por sí crítica situación de nuestro país. Eso, sin contar con que los medios de comunicación se han vuelto cómplices al difundir sólo lo trivial, lo comercial y conveniente, los errores que son menos pesados y que pueden convertirse en información más bien jocosa. Lo fuerte, lo trascendente, lo que nos afecta no está presente con tanta insistencia y por supuesto, a estas alturas, lo que necesitamos es reconocer que, en esto, la culpa también es nuestra.

[1] Disponible en https://www.periodismosincensura.com.mx/la-caja-china/

[2] Disponible en https://polemon.mx/entre-risas-amlo-celebra-memes-sobre-rifa-de-avion-presidencial

[3] Disponible en https://www.proceso.com.mx/614800/evangelico-ejercito-apoya-inm?fbclid=IwAR0A2S0PwgJRpPe_Pvq-Cs_7JlW-B1v_cspcLuFvtqdhPV3NTVXI3W2Fiqg

[4] Disponible en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/abren-puertas-de-bellas-artes-lider-de-la-luz-del-mundo

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