Del modo desvirtuar al modo «caer parados»

MIGUEL ÁNGEL REYES

La lucha social incansable de muchos años, para algunos bastiones contrarios al desarrollo de Zacatecas y a las políticas públicas en la forma de hacer gestión, conllevan siempre un sinónimo de aberrantes acusaciones burdamente fundamentadas, originadas de la obsesión por el golpeteo constante y sistemáticamente coyuntural, que en términos políticos y por los tiempos que se avecinan, se entienden perfectamente.

Cuando un liderazgo como el del senador de la república José Narro Céspedes, por más golpeteo que reciba y, peor tantito, a través de terceras personas, porque ya no le pueden encontrar ‘cola que le pisen’, los “columnistas” se van por conceptos alternos burdos y sin fundamento legal alguno, por más artículos que –piensan- soportan sus suposiciones; y ante los constantes ataques, gane o pierda, el doctor Narro siempre “cae parado” y avanza, como lo dijo recientemente en un programa de televisión ante los cuestionamientos de sus entrevistadores.

Para el caso, algunas breves aclaraciones, y con la invitación a que sepan hacer una investigación más profunda antes de sentarse frente a un teclado:

1.-En el escueto escrito del “columnista” Andrés Vera intitulado “Hijo de Narro cobra en el Senado”, a través de la página Periometro, y por encargo de un solicitante de información a la Plataforma Nacional de Transparencia, no se ofrece un argumento real de dónde están descubiertos el Nepotismo y el Tráfico de Influencias; sin argumentos reales es difícil darle credibilidad a una publicación tan descabellada y falta de elementos contundentes para saber si en realidad el senador José Narro intervino para “colocar” a su hijo en alguna posición del Senado…

2.- Es cierto que el joven José Benjamín, hijo del senador Narro Céspedes, trabaja en el Senado, y esa es la razón por la cual percibe un salario. Así como cierto es también que el trabajo que desempeña en la cámara alta nada tiene que ver con la oficina del Senador Narro, ni con la comisión de Agricultura que preside; es más, ni siquiera es con la misma fracción parlamentaria. En suma, no hay nada fuera de la ley, como pretende hacernos creer el “columnista” quien, al parecer, ni siquiera conoce al protagonista de su falso periodismo. José Benjamín es un profesionista, mayor de edad, que se ha encaminado en su vida libremente y con méritos propios; es egresado de la Licenciatura en Ciencias Políticas por la UNAM, y siempre ha buscado sus propios espacios para desarrollarse laboralmente.

3.- Entendemos que cada legislador, al llegar a su posición, conforma su propio equipo de asesores; el joven Narro Flores nunca ha estado adscrito en la oficina de su padre, lo que en su caso podría ser Nepotismo.  Al igual que el resto de los datos proporcionados en el escrito mencionado, el autor carece de toda realidad.

  1. El nepotismo y el tráfico de influencias son acusaciones graves. Son métodos del viejo régimen, contrarios al gobierno, al partido y al encargo que hoy representa el senador Narro como parte de la Cuarta Transformación. Además, como es sabido y aunque haya a quien disguste, la clave del éxito de Narro ha sido siempre el trabajo, la gestión, y la lucha social y popular que lo acompaña.

Finalmente, sugerimos al escribiente, haga una investigación más profunda sobre el caso, y no sólo basarse en un talón de pago, como el que puede tener cualquier persona que sea profesional y laboralmente activa, como cientos de asesores que trabajan en el Senado de la República.

¡Es cuanto!

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