Cañada Política. Milpillas: anuncio de una tragedia

MIGUEL ÁNGEL REYES

Lo que en agosto del año pasado fue calificado como un “mito” por parte de Luis Fernando Maldonado Moreno, encargado de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA), debido a la ola de información errónea en torno a la construcción o no de la presa Milpillas; de acusaciones mutuas a diestra y siniestra, tanto de la parte oficial como de los lugareños de los alrededores de Jiménez del Teul, ha traído como resultado un gran fracaso por la incapacidad de negociación del gobierno del estado y sus “operadores”, que hoy se han inventado organizaciones fantasmas para denostar y difamar.

Entonces, el fracasado funcionario –como en su momento lo fue como tal Víctor Armas Zagoya, hoy convertido de la noche a la mañana en un frustrado analista periodístico-, habría dicho que el ambicioso proyecto “se ha visto manchado por información errónea que difunden varias organizaciones, entre ellas la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) y el Observatorio de Conflictos Mineros, quienes han esparcido mitos a los pobladores cercanos sobre el proyecto”.

Bien. Ahora, como “emisario ramplón” del gobierno del estado, Erick Fabián Muñoz Román, subsecretario de Concertación y Atención Ciudadana, ve estropeada su intención de convencer a los pobladores para este proyecto y la confusión –para mal del gobierno- se ha vuelto más grande de lo que esperaban, por su incapacidad y su actitud de generar una mayor confrontación, alentada ésta también por el secretario general de gobierno, Jehú Eduí Salas Dávila, quienes han carecido todo este tiempo de una visión social y han desviado el tema a un asunto meramente político, repartiendo culpas ante su torpeza.

Hay que recordar que la parte oficial perdió en las elecciones ejidales sobre todo en las comunidades de El Potrero, Estación Guadalupe, Corrales y Atotonilco, las principales involucradas en la construcción del proyecto acuífero y que están en contra del mismo.

Ante ello, y el temor de perder una posible consulta, el gobernador del estado y sus huestes, encabezadas por la secretaría de gobierno a través de Erick Fabián Muñoz, han emprendido una gran campaña publicitaria de desprestigio hacia actores sociales, y se han atrevido a crear organizaciones fantasmas, financiadas desde el mismo gobierno estatal, para difamar.

Sin embargo, lo que no han explicado, es por qué se devolvieron 80 millones de pesos, y por qué no hay claridad en el destino de otros 70 millones, éstos últimos utilizados para campañas políticas del PRI, el embute, la corrupción y el pago de favores para acercarse simpatizantes y operadores políticos para, incluso, ir hasta Jiménez del Teul para amedrentar y amenazar a todo aquel que no esté a favor de la presa.

Y hoy, por su evidente ineptitud, corruptelas y enanismo en la negociación, han pretendido utilizar los problemas sociales como instrumento para hacer politiquería y para golpear a todo aquel adversario político que huela a Morena, utilizando a personajes comprados para denostar, en éste caso, al senador de la república, José Narro Céspedes y, no conformes con la guerra sucia emergida desde Peñasquito con la confabulación gubernamental, a través de diversos medios de comunicación, ahora buscan responsables de un asunto que ha rebasado al propio gobierno impertinente por no poner la mira en la necesidad social, sino en el interés político y económico, de lo que no han podido hacer.

Culpable es un gobierno agachón que inocentemente sigue esperando, como en el caso de Peñasquito, que el gobierno federal le venga a resolver un asunto y una controversia que gracias a la inutilidad de sus funcionarios, no ha podido concretar después de muchos meses.

Es así que la carencia de oficio político y estrategia, nos muestra tropiezo tras tropiezo y la pérdida de la base social del gobierno en la región; la confusión de que han sido objeto cientos de ejidatarios y la falta de comunicación y, sobre todo, atención social, que lo único que originará, será una tragedia social, con un asunto que se le está yendo de las manos al gobierno tellista.

Y desde los espacios de Morena y de la Cuarta Transformación, habrá que dejar claro que no se está en contra del proyecto Milpillas, siempre y cuando haya una propuesta viable que mitigue sus efectos, principalmente en la conservación del suelo y del agua, cosa que el mismo gobierno del estado ha ignorado por completo, mientras se sigue derrochando el dinero en comprar conciencias y en hacer campañas sucias desde el PRI-Gobierno, al grado de que se les está quemando el “Comal”.

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