Juventud resiliente: Tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata

RODRIGO DE JESÚS RODRÍGUEZ OLVERA

El título de esta columna hace alusión al dicho de la vox populi que enmarca que para realizar un acto que no es del todo correcto intervienen como mínimo dos partes. Referente a las grandes empresas establecidas en México que si bien generan muchos empleos también lastiman las arcas nacionales, algo así como: ayudo, pero perjudico más de lo que contribuyo, en referencia a que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público les dispensó miles de millones de pesos en impuestos que al igual que todos los mortales estarían obligados a pagar, pero no, nunca sucedió.

Inmediatamente al ser requerido por la famosa e incomoda “Hacienda” cualquier persona entra en una especie de colapso por regularizar su situación fiscal, con los llamados requerimientos que invitan (por no decir intimidan) a cumplir con las necesarias obligaciones fiscales que se traducirán en un control interno y externo de las actividades profesionales y empresariales en el país, así como en impuestos que a la postre se transformarán en beneficios sociales, hasta ahí en la teoría todo esta excelente, pero que pasa con las grandes corporaciones que no solo no pagan sino exigen el reintegro de lo que alguna vez desembolsaron.

Con fuentes como la revista Proceso en su reportaje del 23 de marzo del año en curso muestra que: “personajes como Carlos Slim Helú, Ricardo Salinas Pliego, María Asunción Aramburuzabala, la familia Hank, Rufino Vigil González, Emilio Azcárraga Jean, Roberto Hernández Ramírez y David Peñaloza Alanís, el SAT les perdonó créditos fiscales a las empresas de esos personajes por mil 458 millones de pesos.

Entre los beneficiarios destacan algunas de las firmas más importantes del país o de las contratistas más favorecidas, entre ellas ICA, Grupo Carso, Pinfra, Grupo Modelo, Simec, Soriana, Volkswagen y BMW, o bancos como Banorte e Interacciones, Banamex, HSBC y Santander, con montos que van de sumas pequeñas a miles de millones de pesos. Lo anterior en los últimos tres sexenios.”

Con datos como los anteriores aproximadamente se les “perdonó” 80,000 millones de pesos por año fiscal en su conjunto a esas empresas, las supociones de acuerdos o corrupción con los titulares del poder ejecutivo en turno pueden brotar y tener lógica, sin embargo, la extorsión de los grandes magnates no es un secreto a voces, que no dejan otra opción más que ceder antes de que estos entes amenacen con el despido másivo de sus trabajadores o bien retirar su capital de la nación, tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata.

Lo anterior pudiera evitarse con un plan de contigencia hacendaria e inteligencia fiscal adecuada a nuestro país, realmente como en anteriores oportunidades escribía que se necesita tener una certeza jurídica y visión económica para no ceder a chantajes por mucho que estos sean atractivos o en su defecto sean la única opción para los que toman las decisiones. En Zacatecas un claro ejemplo es el impuesto ecológico, en donde si bien hay voces que aún se niegan a que las grandes minas que explotan el recurso no renovable y temporal de nuestro territorio retribuyan de alguna manera, es necesario su desarrollo por lógica social y valores integrales.

Nos leemos la próxima, si Dios, adiós.

Twitter: @rodrigordzolv

-E-Mail: [email protected]

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