La Casa de los Perros: Alcaldes en crisis

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Los problemas económicos que enfrentan los municipios de Zacatecas, los 58, sin excepción de ninguno, no son cosa de este inicio de periodo administrativo, esto ha sido recurrente desde hace ya varios años, por ello los alcaldes, hoy en funciones, no deberían llamarse a sorprendidos. Ya sabían el trompo que se echaban.

Ahí está el caso de Miguel Torres Rosales, alcalde por tercera ocasión de Villanueva, quien esta vez heredó una administración en ruina total; pero, a pesar de ser él, supuestamente, un experto en juicios laborales, la emoción del triunfo y de sentarse otra vez en la silla presidencial lo embargó y con la mano en la cintura despidió a unas 240 personas, con la ilusión de que nadie diría ni pío.

villanuevaAsí, hoy que los laudos laborales no sólo son el coco de las administraciones municipales, y la causa principal de su descapitalización y crisis, Torres Rosales anunció que no renovaría los contratos por tiempo determinado de 240 trabajadores de confianza, mismos que concluirían, sin mayor problema, supuestamente, el 14 de septiembre del 2018, pero como no hubo una negociación seria con ellos, la gran mayoría de estos burócratas no acudieron a recibir su finiquito, sino a presentar sus denuncias por despido injustificado ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje.

La cuestión es que, para desgracia de unos, y felicidad plena de otros, en Zacatecas existe una jurisprudencia que señala que los trabajadores de confianza también tienen derecho a la estabilidad en el empleo y cuentan con la opción de solicitar su indemnización constitucional o bien su reinstalación, obvio todos quieren ser reinstalados. Quién en su sano juicio quiere ser parte de los desempleados de este país, pues nadie.

Miguel Torres asegura tener bajo su poder 240 contratos de los trabajadores, cuando lo que en realidad tiene son nombramientos por tiempo determinado, es decir, no existe un documento con cláusulas específicas como actividades a realizar, puesto, salario y categoría, entre otros datos, que regularían la relación laboral. El lío está bien gordo.

Por si fuera poco, en Villanueva hay alrededor de 60 demandas adicionales de personal que tiene cuatro, ocho, 12 y hasta 20 años de antigüedad, en donde tampoco hay ni nombramientos ni contratos bajo los cuales se pudiera amparar la alcaldía, y el alcalde, para hacer frente a este dificilísimo embrollo burocrático.

Lo duro, y lo tupido

En Fresnillo, el alcalde Saúl Monreal Ávila, es otro que ya comienza a sentir lo duro, y lo tupido también, luego de que, a pesar de madrugar todos los días, no ha podido encontrar la forma de hacer frente a una deuda de pago inmediato de más de 19 millones de pesos que ya, hoy, agobia a su administración. Aunque sumando y restando, el pasivo y otros adeudos pendientes podrían llegar a los 120 millones de pesos. Vaya, vaya…

Para empezar, el más pequeño de los Monreal tiene encima el pago de las cuotas obrero-patronales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de julio y agosto pasados; dicho compromiso se venció el 17 de septiembre. A esto se le deben agregar unos 40 millones de pesos que se vienen arrastrando de otras administraciones, monto que espera negociar, a la brevedad, con dicho Instituto.

Y mientras Saúl logra vender la camioneta blindada, ya tiene que cumplir con la declaración de impuestos federales igualmente de julio y agosto, además del pago a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por concepto de alumbrado público de agosto y el pago de contraprestaciones por recaudación del Derecho al Alumbrado Público (DAP).

saul monrealA todo lo inmediato se le debe sumar el pago de la nómina para los empleados que reciben su compensación de manera semanal, que son algo así como dos millones de pesos, y otros 10, con pago para este fin de semana para no quedarle mal a los burócratas que buscan cobrar puntualmente su quincena.

Por el momento, Saúl Monreal no recurrirá a solicitar un adelanto de participaciones, aunque si espera que, a Jorge Miranda Castro, el mandón en la Secretaría de Finanzas, se le haga chiquito el corazón y se apiade, aunque sea un poquito.

Desorden

Al interior de la LXIII Legislatura se vive tal desorden y desorganización, que a casi dos meses de iniciado el periodo, los diputados no han sido capaces de ponerse de acuerdo en la repartición de las Comisiones, lo que tiene atorado el trabajo.

Obviamente, el pago quincenal de las dietas a cada uno de los 30 legisladores no se ha detenido, pues de haber sido así, Jesús Padilla, presidente de la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política (CRICP), ya hubiera hecho sentir el supuesto poder que su cargo representa, para poner orden.

Nos vemos la próxima semana…

Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes

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