La cruzada política de Coparmex

GABRIEL VELÁZQUEZ CONTRERAS

¿Qué intereses impulsaron a la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) para medir, en diez distintos rubros, el desempeño de los gobiernos de las entidades federativas, de manera trimestral a partir de este 2018? ¿Por qué aglutinar cifras oficiales en indicadores de gremio, que faciliten la “evaluación” de los gobiernos desde la óptica empresarial?

El pasado 7 de febrero, este concilio de actores económicos dio a conocer una nueva herramienta de medición: “Data Coparmex”. Con ella registrarán, cuatro veces por año, una decena de temas –ambiguos en su construcción metodológica- que han nombrado como: Marcaje a mi gobierno, Mi deuda sin sentido, Más seguridad, Dinero Prófugo, Mx sin corrupción, Empleo formal, Mejores empleos, Una sola economía, Confianza empresarial, y Gasto regulatorio.

Cada uno de estos conceptos arroja distintos porcentajes que, en conjunto, establecen una calificación promedio de lo que los empresarios de cada entidad perciben en materia de deuda, corrupción, inseguridad, empleo, economía, entre otros rubros. A su vez, los campos de información son nutridos con cifras oficiales que obtuvieron del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el Consejo Nacional de Población (CONAPO), y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Sin embargo, baste decir que, por ejemplo, en el rubro “Mx sin corrupción”, la Coparmex especifica “que los resultados que se presentan cumplen las condiciones estadísticas necesarias mínimas para asegurar que la muestra es suficientemente grande para que tenga representatividad a nivel estatal.” ¿Cuáles son esas condiciones estadísticas necesarias mínimas? ¿Por qué no conocemos el padrón de empresarios en Zacatecas? ¿Cuántos de ellos respondieron a los cuestionarios y cuántos no lo hicieron? Carecemos de una radiografía completa del “estudio”.

Pareciera que el interés del gremio patronal –que no ciudadano- no necesariamente pasa por la oferta de herramientas de evaluación que, a comparación de los partidos políticos, las instituciones electorales y los medios de comunicación (tratándose de encuestas sobre preferencias de voto), ofrezcan transparencia suficiente para su publicación y consulta.

Su compromiso con la ciudadanía es mínimo, pues “Data Coparmex” no profundiza acerca de cuántos de los empresarios que se vieron afectados por actos de corrupción de los funcionarios públicos iniciaron un procedimiento de investigación para sancionar a los corresponsables de dañar el patrimonio de los particulares y de la hacienda pública.

Tan sólo en materia de “Confianza empresarial” ninguno de las 32 entidades evaluadas alcanzó un marcador por encima de los 50 puntos, número que reflejaría hipotéticamente el optimismo empresarial, la motivación del gremio para aumentar las inversiones en todo el país, y la localización de zonas rezagadas para atraer estas mismas inversiones.

¿Qué necesitaría el empresario mexicano para mejorar la confianza y el ánimo de los inversores, de acuerdo a la Coparmex? Pues “la aprobación de un paquete de leyes enfocadas a fortalecer la seguridad nacional; la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción y de sus sistemas locales; la aprobación de una Ley General de Mejora Regulatoria; un Acuerdo de Desregulación 2×1 en los estados; la construcción de una verdadera Reforma Fiscal; y un Acuerdo Nacional por una Nueva Cultura Salarial.”

El activismo del sindicato patronal ha encontrado una nueva carátula que facilite su cabildeo político y su acercamiento o distanciamiento con los candidatos presidenciales, y esa carátula se llama “Data Coparmex”. Apenas unos meses atrás Gustavo Hoyos Walther, titular del gremio empresarial, exigió al gobierno de Enrique Peña Nieto “el cumplimiento de 106 de los 266 compromisos que el presidente de la República firmó ante notario público durante la campaña 2012.” Un distanciamiento obvio del proyecto transexenal priista.

Durante el llamado al Ejecutivo Federal a presentar al Poder Legislativo la Iniciativa de la Ley General de Mejora Regulatoria para el Fortalecimiento de la Competencia y la Competitividad, el líder patronal evidenció también que para la Coparmex “hay signos de que las prioridades de una buena parte de la estructura y recursos del poder ejecutivo se están enfocando en la atención de la coyuntura electoral” de este 2018.

Otro de los objetivos primordiales de “Data Coparmex” es el posicionamiento permanente de los intereses del gremio patronal en todas las entidades de la República Mexicana. A partir de la calificación de los gobiernos estatales, la Coparmex buscará tener mayor injerencia en las agendas locales con miras a incidir como gremio fiscalizador de los gobiernos de todos los colores, a nivel nacional.

En Zacatecas hasta ahora lo han logrado, pues el secretario de Economía, Carlos Bárcena Pous, no acertó en un diagnóstico de lo que “Data Coparmex” significaba y, pasivo como acostumbra, legitimó la maniobra patronal al convencer al contador Tello de retar a un comparativo de cifras.

Particularizar el conflicto con Alejandro Enríquez Suárez del Real, presidente de la delegación en Zacatecas, resultará inocuo. No se trata de aspiraciones políticas particulares. La Coparmex fue uno de los pilares del Partido Acción Nacional en 1939. Su proyecto, hoy, es reformista y nacional.

Twitter: @GabrielConV

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