Legitimar gobiernos

DANIEL ENRÍQUEZ ROBLES

¿Qué necesita el próximo presidente de México para echar pa’lante al país?

Desde hace un par de años se ha puesto de moda el mote político de «GOBIERNOS DE COALICIÓN», siendo aquellas administraciones que buscan puntos de acuerdo para generar políticas públicas en bien de todos los estratos sociales y de las diversas corrientes políticas, debido a que no tiene la representación mayoritaria para ser Gobierno.

En México, el 02 de diciembre de 2012 se tuvo que hacer el PACTO POR MÉXICO para que el PRI pudiera realizar las reformas estructurales que profundamente modificaron la Constitución Mexicana, alterando drásticamente el juego y la administración nacional a favor de intereses más particulares que generales.

Los otros firmantes del PACTO, el PAN y el PRD, más que proponer y sugerir cambios menos dolosos para la ciudadanía, fueron cómplices de una estrategia en la que alzaron al PRI como el partido que salvaría a México del estancamiento económico.

A poco más de 5 años de aquella “Alianza por el bien de todos”, resultó que el evento protocolario evidenció la oficialización del reparto entre oligarcas del botín de retorno del tricolor a Los Pinos, ese premio al que el mismo presidente Peña Nieto llamó “La gallina de los huevos de oro”, y que sentenciaba en cadena nacional, que tristemente se había acabado… al menos para el ciudadano común, el asalariado y el emprendedor, pues las grandes esferas políticas y financieras se aseguraban las concesiones más jugosas en telecomunicaciones, recaudación de impuestos y explotación de los recursos naturales (energéticos y mineros).

Revisemos la historia para comprender que pactar para el beneficio de unos cuantos es una práctica común en todos los niveles de gobierno. En México se ha desvirtuado el verdadero significado de Pacto y Alianza; ambas formas de convenido se ejercen más para fines personales y grupales, que para el bien de las mayorías. ¿Cuándo fue que la política pública empezó a tener dueños? O acaso, ¿siempre ha sido así?

Desde la antigüedad, el ser humano se tuvo que aliar a otros individuos para lograr objetivos comunes como el protegerse, subsistir, conseguir alimento y progresar en un mundo natural que cobraba más vidas que las que procreaba aquella frágil especie, denominada por nosotros mismos como Hommo Sapiens. Curiosa la política, que a veces parecer ser ejecutada más bien por neandertales, una subespecie inferior en las capacidades de raciocinio.

En lo ético y moral, las alianzas y los pactos políticos sirven si se realizan por el bienestar común, y no sólo de quienes estrechan las manos que sellan el convenio. Si todos los partidos políticos se asumen como defensores de las libertades, ninguna conciencia ciudadana les pertenece ni deben negociarlas, o peor aún, venderlas en tiempos electorales para asegurar espacios. Desgraciadamente así ven la política muchos clanes, y así la ejercen, por ello, los que pactan para sí mismos, haciendo caso omiso de las mayorías, son mercenarios sociales, pusilánimes políticos y egoístas que frenan el progreso de la Humanidad.

Las elecciones de 2018 tienen ya el escenario puesto para el desfile de contendientes:

A) El gobierno en turno, con la maquinaria y estructura de las dependencias y algunas gubernaturas será PRI+VERDE+NA.

B) El híbrido mutante de la política mexicana (recordemos las clases de genética: las especies híbridas son estériles, no generan descendencia): PAN+PRD+MC.

C) La izquierda ambidiestra, fuerte y sorprendentemente criticada: MORENA+PT+PES.

D) Por último, los candidatos “Independientes” con currículum vitae certificado y bonos de antigüedad en los partidos a los que tantos años pertenecieron, excepto Mary Chuy, la vocera del CNI (EZLN), quien no alcanzará la cantidad de firmas, pero que pone en evidencia el rezago y distanciamiento con los grupos nativos en México.

Ante el escenario anterior, ya los opinólogos y falsos profetas de la comunicación han anunciado una elección cerrada para el 01 de julio, llamada por ellos mismos como ELECCIÓN DE TERCIOS. Aseguran que entre las opciones A, B y C saldrá el ganador, y la diferencia triunfal será mínima.

Haciendo uso de la facultad gratuita del cerebro, la imaginación, pensemos lo siguiente:

• ¿Cómo le hará el nuevo Ejecutivo, para gobernar un país en el que 1 persona votó por él, pero 2 ciudadanos no? Pensando en la elección tripartita.

• ¿Qué hará Meade, Anaya o AMLO para establecer el Estado de Derecho, si tienen el 33% de confianza entre los electores, pero el 66% de desconfianza electoral? Y falta contemplar a los ciudadanos apáticos o declarados apolíticos, que no aparecen en estos conteos, pero que son ciudadanos mexicanos y cubren algún espacio público.

• ¿Qué haremos tú y yo, si gana el candidato por el que no votamos? ¿Le daremos el respaldo que necesita para afianzar su mandato o seremos férreos opositores? Esto último se definirá conforme camine la elección, de acuerdo al margen de respeto y legalidad entre los contendientes.

En 2012, el PRI ganó la presidencia nacional a punta del gasto excesivo en la compra del voto y conciencias ciudadanas. Está documentado que Miguel Alonso Reyes, quien fuera en aquel año Gobernador de Zacatecas, entre una de sus muchas artimañas, patrocinó el vestido de XV años a una jovencita, con tal de ganar la aceptación de la familia en las urnas. El texto completo lo pueden leer en: https://issuu.com/danterifles/docs/fraude_2012

Ganar una elección a billetazos es lo mismo que las «caricias compradas», es efímera la atracción, dicen… Basta revisar la aceptación ciudadana al gobierno peñista al día de hoy: 2 mexicanos lo aprueban, 8 lo reprueban. ¿Quién corrige al presidente? ¿Quién realiza ajustes a sus percepciones monetarias en base a su desempeño? En la república de los “Mirreyes”, nadie.

Preguntémonos:

• ¿Qué Gobierno fuiste, si el 80% de tus gobernados te miran con enojo por la violencia, el desempleo, el alza de impuestos y la pobreza en que los tienes sumidos?

LEGITIMARSE es lo que tiene que hacer todo líder, mandatario, persona que representa a un grupo de individuos, sobre todo con aquellos que no votaron por él.

Todo candidato que se convierte en autoridad después de un proceso democrático tiene que dar CERTEZA con sus PALABRAS y HECHOS de que requiere del apoyo de las mayorías para que haya estabilidad económica, social y política.

“El buen juez por su casa empieza”, dice de manera alegórica el libro más leído en la historia de la Humanidad. El presidente electo de una nación debe GARANTIZAR el cumplimiento de la ley, por encima de todo, tal como lo hizo Juan Ranulfo Escudero, quien fuera alcalde de Acapulco allá por el año 1920, quien tuvo que llamar a su padre para que pagase los gastos médicos que un perro de su propiedad había hecho sobre una vecina, encarcelándolo hasta que cubriera su multa, según cuenta una versión de los hechos.

Por ello, AMLO, Anaya o Meade, el que gane la elección del 01 de julio de 2018, debe buscar ser un BUEN GOBERNANTE para todos y cada uno de los que habitamos está porción geográfica llamada México, pero también hay que hacerlo para que los migrantes desplazados regresen a dinamizar sus pueblos, garantizando un bienestar social en todas sus dimensiones.

Dicen que soñar cuesta barato, si es así, pues pago lo doble y lo triple por aquellos que no confían en que sí hay salida y la vamos a encontrar, pero vayamos juntos como pueblo mexicano, hoy la patria nos lo demanda.

DER

[email protected]

@Velvetfusca

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