Salario mínimo, la medida pobre

RAÚL MANDUJANO SERRANO

Para el hacedor de los deméritos informativos, el recién anunciado incremento de 8 pesitos al salario mínimo, por parte de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (88.36 pesos diarios a partir del 1 de diciembre de este año) no es un dato que emocione, que impacte; quizá si en la estadística política o para los rubros positivos del informe del presidente Peña pero, en la realidad no, no es significativo.

Y seamos honestos, esa suma es medible a partir del número de salarios mínimos que percibimos, o sea, ni se nota tal incremento, incluso, algunos empresarios pagan más bajo el  concepto de productividad que de justicia político-social. Lo cierto es que al menos tenemos un aumento en México que no es de inseguridad, falta de educación, robos, desapariciones, en fin…

Al final esto queda en un incremento de 8.32 pesos al día ó 10.4 por ciento, como mejor le parezca. Ojo, no hablamos de un aumento del 10 por ciento al salario, o a las percepciones que recibimos quincenalmente, sino a la base del ingreso.

Para el presidente Enrique Peña Nieto si es significativo, ya que cuando inició su administración, hace 5 años, el mínimo era de 60 pesos, así que veámoslo con criterio o sonriendo. En 5 años el salario mínimo subió 20 pesitos, o sea un dólar en su cotización actual. Algo así como una torta y un refresco, nada vaya.

Lo que es cierto, indudablemente, es que tal incremento es limitado, mucho muy limitado. Para empresarios y trabajadores formales, depender de esta medida para determinar el consumo básico alimentario no ayuda en el bienestar de la sociedad, insisto, al menos en el tema de la economía formal, porque para el mercado informal, que es el más beneficiado en la evasión de impuestos, esto del mínimo, es lo de menos.

Para que el salario mínimo de los trabajadores sea justo y rebase la línea de bienestar en las familias, con un consumo en canasta básica sano, pensaríamos en un incremento de al menos el 100 por ciento, pero en México, esto ni soñando…

Colofón.- Prisiones mexiquenses… Puuuuura vida papá!

Mientras degusta de un plato de caldo de camarón, con camarones pelados, guisados en sartén, y algunas almejas, acompañados de tostadas preparadas en comal, con un vaso fríos de agua de Jamaica, el embajador de los enfados periodísticos desea reír o llorar… Está indeciso en su expresión emocional; y es que leer o ver el facebook live de reos del penal de Chiconautla, lo hacen entender o ver tres panoramas preocupantes.

Primero, el uso de redes sociales tan importante en nuestros tiempos obliga a meditar en su uso responsable pero, que los reos sentenciados las utilicen y en aplicación en vivo, habla ya sea de un ejercicio planeado por la autoridad o de una relajada custodia.

Si esto es así, lo de relajada, nos lleva a suponer de los descuidos en filtración de teléfonos celulares… O de otras cosas, tema muy delicado, mucho muy delicado; y tercero ¿Sabrán las autoridades de este tipo de cosas? Porque enterarse por medios de comunicación debe ser muy deprimente. Y luego encima el live es para recomendarle a sus cuates que se pongan truchas y no se dejen atrapar… Que cosas…

Susurros.- La inseguridad mexiquense

Susurran que el despiadado embate informativo sobre la delincuencia en el estado de México, por parte del poderoso Televisa no se debe siquiera a una venganza por su directivo asesinado, si no porque aún no firman los convenios publicitarios…

Mi twiter @raulmandujan

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