Urge que Tello renuncie

ERNESTO GONZÁLEZ ROMO

Zacatecas es un desastre, el Gobierno de Alejandro Tello no tiene ni pies ni cabeza; el Gobernador está dominado en las decisiones de Gobierno por su esposa y en las determinaciones políticas por Joel Guerrero y francamente es injusto que los ciudadanos tengan que soportar otros 4 años de este caos.

Cuando algo similar ocurre en la mayoría de los países o regiones de Europa, se organizan elecciones anticipadas y se renueva el Gobierno, pero nosotros vivimos en un sistema presidencialista, donde el Presidente, los Gobernadores y los Alcaldes se sienten intocables, sin embargo, se puede implementar la “revocación de mandato” para despedirlos, es decir, se puede organizar una consulta, donde los ciudadanos decidan sí Tello debe renunciar o debe continuar en el Gobierno.

No estamos hablando de nada extraordinario, Enrique Alfaro y Andrés Manuel López Obrador se sometieron a este tipo de procedimientos para que la gente los despidiera o les permitiera continuar Gobernando. Por el bien de Zacatecas Tello debería hacer lo mismo.

La semana pasada, mi amigo Gabriel Contreras escribió en este mismo medio sobre la revocación de mandato, diciendo que “sólo inyecta inestabilidad a los Gobiernos, acelera las alternancias sin proyecto… y en las condiciones actuales, la revocación de mandato no fortalece los derechos políticos de la ciudadanía”. Gabriel tiene razón cuando dice que la partidocracia es capaz de tomar las banderas ciudadanas y deformarlas para que terminen beneficiando a los políticos, pero aun con ese antecedente, la revocación de mandato es un instrumento necesario para mejorar nuestra democracia.

Implementar la revocación de mandato tendría tres efectos inmediatos en Zacatecas: le daría fortaleza a los buenos gobernantes, pondría en dificultades a los malos gobiernos y aumentaría la competencia electoral.

Dándole oportunidad a los ciudadanos de calificar a sus gobernantes, lograríamos que los malos Gobernadores como Alejandro Tello de Zacatecas, Graco Ramírez de Morelos y Kiko Vega de Baja California, fueran despedidos de inmediato, pero Gobernadores bien evaluados como Miguel Márquez de Guanajuato o Claudia Pavlovich de Sonora, tendrían un manto protector frente a “la grilla electoral”.

La revocación de mandato también tiene riesgos,  pero en este momento tenemos autoridades que no cumplen con su tarea básica de Gobernar, tenemos a un Gobernador que no se atreve a castigar la corrupción que le heredaron, estamos completamente endeudados a pesar de los nuevos impuestos ¿Qué puede ser peor que esto?

Ahora tampoco se trata de despedir a nuestro Gobernantes a diestra y siniestra, debemos poner candados razonables para que la revocación de mandato sea una medida extrema para castigar a Gobiernos francamente improductivos, se trata de que los ciudadanos puedan tomar el control, despidiendo a los malos gobernantes y conservando a los que den resultados.

Hoy no tenemos revocación de mandato y estamos soportando una crisis profunda de inseguridad, estancamiento económico, finanzas quebradas, parálisis gubernamental y a un Gobernador que a pesar del desastre se siente intocable, definitivamente no debemos permitir que las cosas sigan igual, por eso urge que Tello renuncie.

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