Ricardo Anaya y el fantasma de Roberto Madrazo

NÉSTOR SANTACRUZ

Justo cuando el tan sonado Frente Ciudadano por México (conformado por PAN-PRD y MC) empezaba a posicionarse como una alternativa sumamente atractiva y altamente competitiva de cara a la próxima elección presidencial, Margarita Zavala da un brusco golpe de timón en el que parecía un tablero de ajedrez ya definido.

El mensaje que envió desde sus redes sociales la ex presidenta del DIF en el sexenio anterior ha sido muy claro y contundente: seguirá promoviendo la doctrina y postulados panistas, sigue siendo panista, pero desde una candidatura independiente porque, dijo, el Instituto ha sido secuestrado por unos mercenarios que sólo están utilizando las siglas para satisfacer sus ambiciones personales.

En resumen, estamos ante la mayor fractura que haya tenido ese partido en la historia reciente, pero que hoy se suma a las permanentes dimisiones que sufre el PRD un día sí y al otro también, lo que debilita enormemente las posibilidades reales que tenía el contradictorio Frente para ganar las próximas elecciones.

Con la salida de Margarita, también se prevén dos enfermedades sumamente crónicas y degenerativas al interior del PAN, una que tiene que ver con la inminente división interna, pues liderazgos como el presidente del Senado, Ernesto Cordero, han dejado en claro que, aunque no votarán por el PAN, se quedarán a dar la pelea al interior de su Instituto.

La otra tiene que ver con la inminencia de que, en los hechos, la boleta electoral del 2018 tendrá dos candidatos del PAN compitiendo por el mismo cargo: Los Pinos.

Ricardo Anaya se ha ufanado de decir que el PAN es el partido con el Mayor número de gubernaturas (12) y que junto con el PRD gobiernan 16 entidades, contra las 14 entidades que gobierna el PRI, sin embargo, olvida que se está convirtiendo en la más pura analogía de Roberto Madrazo cuando en 2006 se aferró a la candidatura presidencial del PRI. Todos conocemos el desenlace.

La señora Zavala, a pesar de cargar con el lastre de ser la esposa de un sanguinario ex-Presidente de la República que es plenamente recordado por haber desatado la violencia e inseguridad que seguimos padeciendo a diario o por haberse exhibido la opacidad monumental con la que ejerció discrecionalmente los millonarios recursos del Sistema Nacional DIF, sigue siendo hoy por hoy la primera opción para muchos.

Incluso, podría convertirse en la opción más viable de millones de personas que simpatizan o se identifican con Acción Nacional, pero que no concuerdan con una alianza con las izquierdas, tal es el caso de los senadores calderonistas, a los que se suma una veintena de diputados federales que han dejado en claro que apoyarán a la señora Zavala pero sin renunciar a su militancia, lo que seguramente harán también Gobernadores y alcaldes de importantes municipios que hoy son gobernados por panistas que, en mayor o menor medida, observan en Ricardo Anaya la analogía de Roberto Madrazo en 2006 y han sido víctimas de ese sectarismo a la hora de la repartición del poder, las candidaturas y, obviamente, los presupuestos públicos.

Como dato, recordemos que en 2006 el PRI pasó por una circunstancia muy similar: después de haber perdido la presidencia en el 2000 donde hasta se le expidió un certificado de defunción, tras seis años de ser oposición el PRI comenzó a ganar gubernaturas hasta llegar a la elección de ese año con 18 gubernaturas, sin embargo, las desleales ambiciones personales del entonces dirigente partidista dieron lugar a la creación del famoso TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo). Así, el ex candidato presidencial del PRI, Madrazo Pintado, cayó hasta un lejano tercer lugar y obtuvo casi 3 millones de votos menos que sus candidatos a diputados federales.

Lo anterior demuestra claramente que en el PAN habrá muchos liderazgos locales y hasta candidatos a todos los cargos de elección popular que no necesariamente trabajarán para la causa de Anaya e incluso, podrían trabajar en su contra de resultar candidato.

Finalmente, si Ricardo Anaya logra postularse como el candidato presidencia de ese frente antinatural, sin duda alguna que su futuro será similar al de Roberto Madrazo. Si Anaya no es el candidato, entonces habrá cometido el error histórico de dejar ir a quien era la candidata mejor posicionada y, por ende, será el único culpable de la debacle del PAN y sus aliados, que ahora se perfilan a ocupar el tercer lugar.

Cualquiera que sea el caso, Ricardo Anaya es ya el gran perdedor de este proceso.

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