El regreso de Genaro Borrego

JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX

Descendiente de una prominente familia zacatecana, de cuya prosapia nadie duda en la entidad.  Su abuelo Genaro, abogado nacido en Calera en el año de 1880, hizo estudios primarios en ese municipio, para continuarlos en Jerez posteriormente. Ingresó al Instituto de Ciencias en 1895, graduándose como abogado el 10 de marzo de 1906.  Fue juez municipal, juez de Primera Instancia en Concepción del Oro, juez penal y civil en la ciudad de Zacatecas, magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y Secretario General de Gobierno de Luís J. Zalce.

Su padre, Genaro Borrego Suárez del Real, afamado litigante de la capital de la entidad, fue  rector del Instituto de Ciencias de Zacatecas entre 1958 y 1959 y fungió, además, como Secretario General de Gobierno en los tiempos de José Rodríguez Elías hasta su muerte.  Hombre bueno, culto, aficionado al toro: la más importante de las peñas toreras zacatecanas lleva su nombre.  Se conoce que fue fundador del PAN, sin embargo, participó en gobiernos priístas de la época donde era necesario que, profesionales del prestigio del licenciado Borrego, dieran credibilidad a los regímenes de entonces. La prensa que reseña la visita de Felipe Calderón a Fresnillo, Jerez y Zacatecas señala que “don Genaro Borrego Suárez del Real fue de los fundadores de este partido” junto al padre de Felipillo, el candidato presidencial del Acción Nacional.

Felipe Borrego Estrada, también abogado como sus ancestros, fue titular de uno de los tres Poderes de gobierno: el Judicial, durante la gestión de Ricardo Monreal.  Hombre respetado por su sapiencia jurídica y su verticalidad, fue candidato plurinominal a la Cámara de Diputados en el Estado.  Originalmente se señaló que sería el contrincante del Primer Distrito contra el candidato perredista Raymundo Cárdenas, quien hubiera sido vapuleado por Felipe Borrego de haberse llegado a la confrontación por la postulación.  Sin embargo, en acuerdos cupulares fue eliminado de la candidatura uninominal dejando un sparring como contrincante del perredista. Muchos aromas fétidos signaron este acuerdo para evitar que el aspirante a gobernador del PRD fuera decapitado en la contienda federal.

Genaro Borrego Estrada, zacatecano de cepa, aficionado al toreo, hizo sus estudios básicos en el Colegio Margil, posteriormente en el Colegio Francés de La Laguna, y la licenciatura en Relaciones Industriales en la Universidad Iberoamericana.  No estudió nunca en el Instituto de Ciencias de Zacatecas, del que su padre fuera rector.  Desde su adolescencia fue funcionario del Banco Ejidal, con el popular “Chabelo” Rodríguez Elías.  Fue diputado federal por Zacatecas.  Se dice que se configuró para el, desde niño, un perfil presidencial.  Fue Oficial Mayor del PRI y Gobernador de Zacatecas donde hizo un buen gobierno al reunir dos condiciones indispensables para la época: ser eficiente y tener un buen padrino en la federación.

Al terminar su gestión, intentó imponer sucesor.  Sin embargo, el hijo que nunca tuvo Don Fidel Velázquez –Arturo Romo Gutiérrez- fue designado candidato: representaba uno el ala liberal del PRI y el otro, la conservadora.  Los enfrentamientos fueron muchos, y muchas también las posiciones dispares entre gobernador y ex gobernador.

Fue también nombrado Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI donde, quizá como un “prietito” en el arroz se dice que la noche del 23 de febrero de 1993 cuando siendo presidente de su partido, junto a Don Antonio Ortiz Mena –cónyuge de una zacatecana- se dispuso a hacer un “pase de charola” ante los treinta hombres más acaudalados de nuestro país.  Las críticas no se hicieron esperar: se habló de la privatización del PRI. Empresarios del estilo de Emilio Azcárraga Milmo, aceptaron públicamente que sí “le habían entrado” al charolazo.

Las disputas entre Borrego y el gobernador zacatecano en turno continuaron.  Se dice que en una reunión en Aguascalientes, influido por “el hijo que nunca tuvo”, don Fidel solicitó al entonces Primer Mandatario, Carlos Salinas de Gortari, decapitar al rutilante Borrego Estrada y cancelar su configurada carrera a la Presidencia de la República.  Sorprendentemente, así ocurrió.

Genaro Borrego tuvo oportunidades posteriores, como haber sido director del Seguro Social y  ser Senador de la República, además de presidente del Consejo Consultivo del Programa Estatal para el Desarrollo de la Industria de las Tecnologías de la Información en Zacatecas, en un gobierno perredista.  Posición aceptada públicamente y presentado como tal ante los medios de comunicación.

Para explicar los contrastes y las similitudes de su antigua y su actual ideologías, en un artículo publicado el martes 22 de mayo de 2006 en el periódico Reforma, firmado por el propio Genaro  Borrego y referenciado como “el autor es Senador por el PRI”, titulado “Mis Coincidencias” que, más bien debió haberse titulado “Mi Regreso”, señala: “Con Amalia García, gobernadora de mi estado, Zacatecas, he coincidido abiertamente con su propósito de crear nuevas bases económicas en la entidad, para generar empleos crecientemente en la industria de los servicios como el turismo y especialmente, en la moderna industria de las tecnologías de la información”.  En la administración pública no hay puestos honorarios, a menos que se trate de la Presidenta del DIF, correspondiente a la esposa del titular del Poder Ejecutivo, llámese estatal, municipal o federal.

En el mismo artículo señala  “Felipe Calderón, candidato presidencial del PAN, tomó la decisión de construir una plataforma en la que las políticas públicas no tengan una procedencia exclusiva de su partido, sino que se caractericen por su apertura y diversidad.  Como consecuencia, Felipe Calderón me invitó a analizar su plataforma y a enriquecerla con ideas, soluciones y sugerencias provenientes de mi perspectiva y experiencia priísta.  El resultado es que, en efecto, sí existen coincidencias y además me ha parecido positivo y encomiable el ejercicio incluyente y plural en beneficio de México”.  La interpretación es un acuerdo político que, desde luego tenía implicaciones de diversa naturaleza: Primero, la incorporación del Senador Borrego a un posible gobierno federal panista, o sea, el regreso a su derecho de sangre, a sus orígenes como militante  y a la innegable trayectoria familiar.  Segundo, la incorporación de su hermano a la lista plurinominal panista de la diputación en Zacatecas, que era absolutamente innecesaria: Felipe Borrego tiene con qué ganar el Primer Distrito, su nombre otorga garantías para ganar por sí mismo el voto en la entidad.

El regreso de Genaro Borrego a Zacatecas a través de las páginas de El Nopal del prestigiado Pablo Quezada tiene interpretaciones diversas entre los zacatecanos. La especulación de su potencial regreso a competir por el Senado ha iniciado. Partidos le sobran y hasta una candidatura independiente. En la pobreza financiera, moral e intelectual en la que dejó a Zacatecas el pillo de Miguel Alonso Reyes, es importante rescatar nuestro estado de tan miserable etapa. Genaro Borrego aporta con su historia, con su experiencia y sobre todo es una alternativa fresca entre la podredumbre en que se encuentran todos los partidos.

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