Jerez… Miel y veneno a la vez 

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

La sorpresiva reaparición y el cambio de tono

Considerando que es un político guiado casi siempre por el impulso mediático, la reaparición del expresidente José Manuel de Jesús Viramontes Rodarte en Jerez no provoca ningún tipo de sorpresa y de hecho se considera que se había tardado.

Sin embargo el siempre polémico personaje, experto en calcular los alcances de una simple declaración periodística, se dejó ver en el momento que lo consideró oportuno, de cara a un proceso electoral al interior del Partido Acción Nacional (PAN), donde las actuales cúpulas, evidentemente enfocan sus esfuerzos a cerrarle el paso.

Lo que sí causa de alguna manera sorpresa, es el tono del discurso pastelista, aparentemente a la defensiva e incluso con un insistente llamado a la civilidad política de quien es en este momento su natural adversario político, su sucesor Fernando Uc y en el contexto de un proceso de entrega recepción, en el que uno busca el acomodo definitivo y el otro dar por concluido de la mejor manera la fase administrativa de su gestión.

Civilidad o tregua

Hablar de armonía en este instante, podría suponer además una petición no expresa de tregua, en una guerra que se libra desde hace varios meses entre las figuras políticas, cabezas de sus propias fuerzas políticas, uno el expresidente que no se decide del todo a irse y otro el alcalde en funciones que no se decide a tomar el mando en forma definitiva.

Desafortunadamente, por si sola, la convocatoria a la prudencia, pierde un tanto de credibilidad cuando viene precedida de actitudes como invadir el espacio y tiempo del nuevo alcalde con la entrega de un camión fuera de tiempo y la exhibición pública del nuevo gobierno por su supuesta negativa a recibirlo, no obstante que cuando el actual munícipe aun no estaba en funciones, también irrumpió en el escenario del que aun no concluía.

Se queja de persecución y filtraciones

A la defensiva, como lo pretendió asegurar una y otra vez quien dijo que sólo venía en plan de aclarar la falsedad en el sentido de que habría dejado un adeudo por 57 millones de pesos, lo dicho por el exalcalde se vino abajo una vez que en los pasillos de la Legislatura comenzó a ventilarse el tema de la cuenta pública 2014, con efectos resarcitorios para Viramontes y su equipo.

Como anticipándose a lo que llamó filtraciones ilegales, José Manuel Viramontes aseguró que fue justamente el 2014 el año en que recibió la presión más fuerte en materia de observaciones y ningún municipio tuvo tantas por parte de la Auditoría Superior del Estado (ASE) como Jerez, lo que de alguna manera consideró natural, ante su eventual postulación como candidato a diputado federal y con amplias posibilidades de ganar, aunque finalmente –dijo–, el aparato gubernamental trabajó para arrebatarle el triunfo.

De pasadita

Y si bien el tema de su reaparición parecía no tener otro objetivo que aclarar y llamar a la civilidad, Viramontes Rodarte no resistió la provocación a lanzar guantadas a su sucesor y reiterar una vez más que las obras en proceso son gestiones suyas, que dejó los recursos para ejercerse por el bien de Jerez y sobre todo manifestar que los trabajos no llevan el ritmo que se planeó. Incluso hizo un señalamiento directo en el sentido de que el propio Fernando Uc Jacobo junto con el entonces diputado local Ismael Solís Mares, frenaron el empréstito para poder concluir el nuevo hospital.

Hoy está seguro que la serie de filtraciones con respecto a la información que todavía no es oficial, tienen otro fin de carácter político y no descarta que haya fuego amigo, panistas que le abonan a su desgaste, considerando que las encuetas le dan seis a uno en la preferencia para dirigir el Partido Acción Nacional a nivel estatal, de ahí su negativa de entrar en negociación con otros candidatos.

Distracción

Su determinación de hacerse ver desde Jerez, tiene relación con la posibilidad de que autoridades del estado y de municipios como el nuestro, se inmiscuyan en un proceso que debería corresponder única y exclusivamente a los panistas; en política y sobre todo en la forma de hacer política actualmente, donde los partidos están completamente rebasados, todo puede esperarse.

Finalmente, si el asunto de la cuenta pública se hace efectivo como parece que ocurrirá, Viramontes Rodarte tendrá mucho en que entretenerse. Quizá esa sea la intensión que poco a poco olvide sus aspiraciones y ponga atención a lo prioritario; aunque no será tan fácil que desista en su empeño de ser dirigente del Partido Acción Nacional, una posición desde la que políticamente se puede negociar prácticamente todo.

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