Educación para enriquecer nuestra Mexicanidad

DANIEL ENRÍQUEZ ROBLES

«La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida”

Octavio Paz

Es una idea generalizada entre el pueblo mexicano, el hecho de que somos una sociedad que como los cangrejos «caminamos para atrás».

Existe un sinnúmero de argumentos históricos que fundamentan la incapacidad social para entendernos, organizarnos, tolerarnos  o respetarnos. Esta característica negativa siempre nos ha impedido echar a andar proyectos que serían para el bienestar común.

El pesimismo no sirve más que como autoflagelación cuando se ejerce únicamente como quejido. Es decir, «se valen las quejas, pero con propuestas», de lo contrario, solo se engrosa la fila del estereotipo mexicano que «está en contra de todo y a favor de nada».

Sabiendo lo anterior, resulta imprescindible mencionar, que los mexicanos tenemos que afrontar con nuevas perspectivas los problemas sociales que nos aquejan. La educación es el instrumento para cavar pozos sin fondo a la ignorancia, así que debemos pugnar siempre por la ampliación de la equidad y cobertura educativa, sin perder de vista la calidad en el servicio.

Se suele creer que quien escribe y cumple las funciones de «opinólogo», es un ente separado de las multitudes a las que observa, analiza y cuestiona. Se piensa que el escritor se desliga en sus textos de la realidad que plasma. Las cosas no son así.

El ejercicio intelectual realizado durante la reflexión nace por la relación sujeto/medio. Los seres humanos nos cuestionamos sobre las relaciones que sostenemos con los demás, ahí es cuando nace el deseo: primero, por describir los fenómenos que nos rodean, y segundo, la manera de querer controlarlos (para bien o para mal).

Por ello, al escribir sobre algunas conductas sociales que tenemos regularmente los mexicanos, entiendo que son lastres que no se quitan de la noche a la mañana, sino que forman parte de la propia mexicanidad y cosmovisión que alimentamos día a día.

Toda sociedad está conformada por prácticas sanas y degradantes, por ejemplo, se puede ser una Nación con mucha riqueza cultural pero con serios problemas de racismo, México lo es, lo somos, lo toleramos, lo ignoramos. Es un deber del Estado el generar políticas que abatan los males sociales, y nuevamente la educación es más efectiva que el castigo.

Las «culpas nacionales» las hemos generado todos. Los mexicanos contribuimos en su perpetuación. Si nosotros formamos parte del problema, seguramente en nuestras manos está la solución.

Es lamentable que todas las Instituciones en México estén bajo la influencia de ese maleficio nacional nombrado corrupción. Pensemos…

¿Quiénes integran las Instituciones?

Todos.

Analicemos los sectores petrolero, educativo, artístico, empresarial, político, bancario, minero, médico, sindical, ONG’s, judicial, religioso, etc. Todos somos usuarios y/o servidores que alimentamos (en mayor o menor medida) esta losa de corrupción que es retrógrada y nos impide avanzar como Nación. Reflexionemos…

¿De qué sirve el escalafón laboral (repleto de cursos de diversa índole), si como Autoridades, Dirigentes y Profesionales no podemos echar a andar un proyecto por el bien de la juventud?

La ignorancia se refleja en los egos, las malas actitudes, los chismes, la intolerancia, el capricho, la envidia y la simulación. Autoevaluémonos…

¿Quiénes no hemos tenido tales conductas en nuestra familia, barrio y empleo? 

Citaré un ejemplo de mala gestión causada por malas actitudes, cabe señalar que esta característica es muy recurrente en la sociedad mexicana:

1.- Imagine una comunidad donde el Alcalde Municipal se cierra al «sentido común» y la lógica de las cosas.

2.- Un lugar donde la Directora General de «X» Subsistema Educativo se encapricha y aplica venganza contra quienes buscan una solución, manifestando indiferencia a los problemas que le competen a ella como representante máxima de la escuela.

3.- Vislumbre un plantel en donde los Trabajadores Educativos hacen esfuerzos extra por mejorar las condiciones de la escuela; una escuela donde se lleva trabajando durante más de un año en solucionar el problema, pero el patrón envía a personas sin autoridad moral ni conocimiento para trabar y pisotear los avances.

4.- Esta historia también tiene a otro tipo de individuos,  son aquellos que “nadan de a muertito», cantando con orgullo su típico himno: ¡hacen que me pagan, hago que trabajo, hacen que me pagan, hago que trabajo!

5.- Mientras tanto, que el ciudadano se preocupe por trabajar y trabajar, que se «mate» toda la semana para que el día de raya ahogue su vacío existencial en licor… conviene que el domingo vaya arrepentido de sus instintos a pedirle una ayuda a Dios para que lo saque de pobre, para que sus hijos no vivan el mismo destino; pero lástima, ya es lunes y el ciclo se repite como un gif automáticamente perverso.

6.- Por su parte, los jóvenes viven cegados por estilos de vida falsos que han superado el deseo de aprender y estudiar para descubrir cosas. Para muchos, hoy es más exitoso el tener una camioneta ching*** que descubrir la vacuna que salve un chin** de vidas, a estos niveles ha llegado la decadencia de una generación que los mismos adultos hemos permitido.

CONCLUSIONES:

* Para cambiar nuestra sociedad mexicana de los males que nos aquejan: necesitamos contar con más y mejores escuelas.

* Para revertir la crisis de descomposición en todos los niveles es necesario mejorar la calidad educativa.

* Para subir el rango de escolaridad en una comunidad que tiene «Primaria Completa» como máximo grado de estudios entre sus habitantes, se requiere atender el problema de manera responsable y alcanzar los indicadores nacionales, mediante una gestión integral (autoridades educativas, docentes, padres de familia y alumnos).

* Para que Zacatecas sea un estado de desarrollo y progreso se necesita tener más jóvenes profesionistas capacitados, no jóvenes que sean vistos como mano de obra barata para las empresas maquiladoras.

Y lo seguiré manifestando, siempre y en cada momento:

Urgen las instalaciones de la escuela preparatoria en la comunidad de Sauceda de la Borda. Es una necesidad, un reclamo estudiantil, es un derecho constitucional, es un derecho humano, es una responsabilidad de todos.

DER

[email protected]

@Velvetfusca

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