¡Alerta, alerta…!

SOLEDAD JARQUÍN EDGAR

Menos burocracia y más resultados. Eso nos haría un pueblo feliz. Menos publicidad mediática y más acciones reales, concretas. Eso también nos haría feliz.

Pero cuando hablamos de emprender tareas efectivas, contundentes, fundamentales, con dinero suficiente para combatir la violencia contra las mujeres y, mejor aún, utilizar los mecanismos que desde hace varios años existen para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres las cosas parecen ir demasiado lentas.

Es el caso de la declaración de alerta de violencia de género que este viernes se hizo para cinco municipios de Nuevo León, que tuvo que esperar casi cinco años, lapso en el que se cometieron otros 450 asesinatos contra mujeres, algunos o quizá muchos de ellos se hubieran evitado si en el 2012, el contexto político no les hubiera ganado a quienes tenían la responsabilidad de actuar.

Hoy, más de 400 tumbas asoman en el territorio neoleonés para quienes no llegó la respuesta, el principio para jalar el hilo y enderezar el barco. Y no, no es que el gobierno sea el único responsable, pero sí tiene una enorme responsabilidad sobre la vida de las personas.

¿Acaso no se ha dicho suficiente por las expertas, incluso reconocido por las instituciones de gobierno, que la violencia de género y en específico el feminicidio son una emergencia nacional?

En Chiapas, las organizaciones sociales de mujeres, también demandaron esa Declaración de Alerta desde 2013, pero fue hasta este viernes que dijeron que sí, que sí va.

Así tenemos que además de estas entidades se han declarado estas alertas en el Estado de México, Morelos y Jalisco. Es decir, en cinco estados del país ha quedado establecida la alerta. Emblemático el caso de Edomex donde todo indica que la mencionada alerta no funcionó, seguramente porque no se operó adecuadamente o estamos ya en el umbral de reconocer que ese no es el mecanismo correcto. Difícil de aceptar. Pero demos más tiempo al tiempo, ojalá se pudiera sin más asesinatos contra mujeres que lamentar.

Hoy están en “lista de espera”, la cual como hemos visto podría ser de varios años más, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Nayarit, Tabasco, Sinaloa, Veracruz, Querétaro, San Luis Potosí, Michoacán, Colima, Guanajuato, Sonora, Baja California y Quintana Roo.

También emblemático el caso de Chihuahua donde no existe la alerta de género pese a que el fenómeno que se visibilizó en la ciudad de fronteriza de Juárez, se extendió por todo el país. Pero ahí, en esa entidad, el feminicidio está presente en 47 de los 67 municipios de aquel estado. El Instituto Chihuahuense de la Mujer reconoce que el asesinato de mujeres se multiplicó y que el aumento ha sido drástico y progresivo –en 2010, la tasa fue la más alta 26.7 por cada cien mil habitantes-. Luego baja hasta llegar a 7.4 para 2014. (netnoticias.mx 28/07/2016).

Y sí, existe una solicitud de alerta de género, presentada por el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres por la negativa del Congreso local de ese estado a reformar los códigos de Procedimientos Civiles y de Procedimientos Familiares que violentan las garantías humanitarias de las mujeres.

Este mismo año, el Observatorio Nacional del Feminicidio, a través de María de la Luz Estada, señaló que “analizaban plantear la declaratoria de violencia de género” en la ciudad de México (NoticiasMVS 4/08/2016).

Si nos quedamos con las palabras del gobernador de Aguascalientes, en esa entidad no hay feminicidios. Sería una excepción.

No sabemos a ciencia cierta que pasa en Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Durango, Hidalgo, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.

El  caso de Oaxaca, donde en los últimos seis años del gobierno de Gabino Cué Monteagudo, la cifra de mujeres asesinadas superó las 600 y más de cien en el último año, las cosas tienen otro ritmo, otras prioridades y están inmersas en unsospechosismo que nadie entiende ni se puede descifrar con claridad. Las organizaciones no gubernamentales hicieron declaraciones demandando la alerta de violencia de género, las cuales se quedaron en el espacio mediático. En abril de 2013, el pleno de la LXI Legislatura aprobó como de urgente y obvia resolución, la emisión de un exhorto al titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca para que solicitara la declaratoria de alerta de género. En abril, el titular de la Defensoría, Arturo Peimberg hizo la solicitud ante Osorio Chong, En agosto de ese año, la Comisión Permanente de Derechos Humanos solicitó ante Gobernación la famosa declaratoria. Toc, toc, nadie contestó. El fondo del asunto es que el destinatario estaba equivocado.

Tumbos y caos. Así podría llamarse el episodio de Oaxaca, donde la Fiscal Especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer por Razón de Género, Ileana Araceli Hernández Gómez, dijo a Proceso en marzo de este año, que en esta entidad no era procedente la alerta porque no hay asesinos seriales ni desapariciones por la presencia de la delincuencia organizada. Para Ripley.

Así que si en Oaxaca no hay la declaratoria de alerta de género se debe no solo a la dilación que este procedimiento significa, como hemos visto sucedió en Nuevo León y en Chiapas y podría suceder en otras entidades que están en la lista de espera (en este país, recordemos todo se logra a través de la cola). El problema en Oaxaca también son errores de procedimiento, la solicitud se mandó a la puerta equivocada y no hubo corrección en el camino, ¿será esa una equivocación casual o intencionada? Como le sucedió a Peimberg luego de los actos mediáticos protagonizados por integrantes de la LXII Legislatura. La diputación que ya se fue nadó de a muertito, ni se inmutó ante el problema pese a que las cifras se fueron multiplicando año con año.

Lo otro que hay que decir es que hubo una protección abierta o encubierta por parte de algunos y algunas servidoras públicas que no tienen consciencia de lo que aquí estaba pasando y que las mujeres han sido para ellas una forma de vivir cómodamente. Y conste que no lo digo porque ya se van, lo dije siempre. Su ineptitud fue tal que rayó en la ridiculez, eso también es corrupción.

Lo otro fue que algunas organizaciones “dueñas del tema” le hicieron al cuento y seguirán haciéndole al cuento en tanto les convenga. Porque las declaratorias de alerta de género se logran con trabajo y compromiso, ahí está el ejemplo de lo realizado por las Arthemisas por la Equidad, que durante más de cinco años no quitaron el dedo del renglón. Aquí, en Oaxaca son declaraciones mediáticas y no hubo más. Era claro se trataba de no “dañar” la imagen del indefendible Gabino Cué Monteagudo, cuyas políticas públicas a favor de las mujeres brillaron por su ausencia y se puede constatar en su último informe de gobierno y claro las cifras.

Gabino ya se va. Quien, Alejandro Murat, se queda con las mujeres asesinadas. Le tocan ni modo.

Twitter: @jarquinedgar

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