Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

¿Y la feria?

Por extraño que parezca, en la transición gubernamental, concretamente en Jerez, una de las preguntas que con mayor insistencia rondan en el ambiente, es si el gobierno de Fernando Uc Jacobo mantendrá el tipo de feria que se llevó a  cabo durante los tres años anteriores o perderá “calidad”.

Y suena extraño porque habiendo tantas cosas que deberían preocupar a nuestra sociedad, se mantiene la tendencia a la fiesta, sin pensar si quiera en que pueda o no ser motor de desarrollo económico, como tanto se presumió o que repercuta en un desmedido costo para el erario público, como también se insistió en señalar por voces discordantes al Ayuntamiento pastelista.

Lo cierto es que Fernando Uc Jacobo tendrá que tomar decisiones muy bien pensadas en este sentido, ya sea que opte por dar continuidad a lo realizado, sin que el salivazo lanzado al aire le reviente en el rostro, o bien que le baje de nivel, sobre todo en el gasto, sin que la repercusión sea mayor a la hora del inevitable comparativo.

Pero insistimos, hay cosas más serias de que preocuparse, el asunto de la feria ya lo abordará el nuevo gobierno en su momento, aunque tampoco tiene mucho tiempo para pensarlo, tomando en cuenta que 2017 está a la vuelta de la esquina y abril a corta distancia.

Hay que considerar que de entrada, sólo le corresponderá realizar dos eventos feriales y que si bien, no debería ser la principal preocupación, sí será un elemento que se coloque sobre la balanza a la hora de buscar una posible reelección.

Entre los pendientes que quedaron esta semana al anunciar el nuevo gabinete, está precisamente el nombramiento del Patronato de la Feria, aunque hay tiempo todavía en base a lo que establece el reglamento, para presentar la terna al Cabildo y sea éste quien lo designe; aun así, más valdría ganarle tiempo al tiempo.

Debutantes y viejas caras

Varias novedades surgieron en la designación de los nuevos funcionarios, algunos nombres que nunca se habían escuchado en un gobierno municipal, otros regresan tras dos, tres y hasta cuatro periodos en la banca.

Llama la atención la presencia mayoritaria de maestros que con las reformas al servicio público, tendrán que pedir licencia sin goce de sueldo para poder ocupar el cargo y ahí tendrán que analizar también la conveniencia de un puesto municipal y una percepción segura en su espacio; quizá al ver reflejada la primera quincena este fin de semana venga el desencanto para algunos.

El alcalde ha sido enfático al exigir una entrega de por lo menos 12 horas diarias de trabajo, esperemos que no se trate solo de una pose mediática y que sin temblarle la mano, tome las decisiones que haya que tomar si alguien no cumple lo que abiertamente pidió, así se trate de grandes amigos o existan de por medio fuertes compromisos.

De entrada habrá que recordar que por tratarse de un nuevo trabajo, tendrán que pasar por lo menos seis meses para acceder a un periodo vacacional y que en lugar del descanso acostumbrado de diciembre, deberán permanecer en las oficinas al menos 12 horas; ya veremos si son capaces de marcar la diferencia en este sentido o como ha ocurrido en los ciclos anteriores, el edificio presidencial se convierte en un desierto la última quincena de diciembre.

Sin Artemio ¿Rompimiento?

Llama la atención en el nuevo gabinete la ausencia total del grupo que se decía el conductor de los hilos en gran parte de la carrera política de Fernando Uc Jacobo y que –por voces de algunos simpatizantes–, se le adjudicaba todo el derecho de poner los funcionarios que quisiera.

Por extraño que suene, no aparece Artemio Ultreras Cabral ni su gente en ninguno de los cargos de primero ni de segundo nivel, simplemente no hubo premio, ni siquiera de consolación y muchos cantaron victoria antes de tiempo.

Se habla incluso de un rompimiento total del alcalde con quien era considerado su padrino político, aunque Uc Jacobo siempre prefirió hablar más de coincidencias en proyectos que de sometimiento.

Sin embargo siempre estuvo dispuesto a reconocer que Ultreras Cabral fue parte fundamental en el éxito y de alguna manera pudo pedirle mantenerse al margen, como lo hizo en la campaña, pero en razón de justicia, no veía ninguna necesidad, ni parecía conveniente desligarse por completo, de ahí que hasta ahora pocos saben qué pasó.

Sin que nadie se explique aun la razón, ambos tendrán que seguir su carrera política cada uno por su lado y hay versiones de que el grupo de Ultreras Cabral o lo que queda de él, estaría buscando un reacomodo y un nuevo gallo, pensando en una necesaria sucesión dentro de dos años, pues la reelección ya no les garantiza nada.

Dejarlo sin tentáculos, pareciera ser una estrategia para desarmar al exintegrante de los llamados cinco fantásticos, situación que se dice no concluirá ahí pues por ejemplo, sus piezas ubicadas en el ajedrez de la Región educativa número ocho, estatal y federalizada, estarían a punto de regresar a sus escuelas, en cambios “naturales” que se darán de un momento a otro.

Con la maleta lista

De las reglas no escritas en el servicio público que valdría la pena legislar con mayor precisión y no dar margen a huecos legales, está aquella de que si a alguien se le llama para servir en un puesto de confianza por un periodo determinado, cumplido el tiempo hay que irse; pero hay más, a un cargo de esta naturaleza hay que arribar siempre con la maleta preparada, por si las necesidades exigen emprender la retirada antes.

Antaño este tipo de asuntos estaban muy bien definidos y raros eran los que pretendían eternizarse, simplemente terminaba su tiempo y entregaban el puesto al nuevo, sin buscarle más; a veces obtenían una liquidación, la mayoría de las veces se iban sin nada.

En la actualidad se ha vuelto una rara costumbre el pretender permanecer a como dé lugar, ya sea sólo por molestar al que llega, o por llevarse algo en la bolsa, sin considerar que –por justicia–, quien debió liquidarlos es quien los contrató; varios más, aprovechan los vacíos legales, para lograr incluso la reubicación, aun y cuando en su mayoría, terminan su etapa como empleados de confianza para convertirse en trabajadores de desconfianza.

Bien cabría una reforma de fondo en este sentido, que ahorraría mucho dinero al erario y quitaría muchos problemas a los nuevos gobiernos; pero se vuelven temas intocables para quienes tienen el poder de reformar, por el hecho de que lo aprobado pueda un día perjudicarles en su persona o a alguno de sus familiares.

Rodrigo Trujillo Quijas.- Tuvo que ver pasar años, gobiernos de tres colores diferentes y mucho trabajo partidista, para comprobar en carne propia que la lealtad y la institucionalidad tienen su justo premio; aguantó todo y de todo y ahí está por vez primera en una responsabilidad gubernamental. No sé si el Instituto Jerezano de Cultura sea su perfil ideal, pero sus antecedentes dicen que lo hará bien. No defraudes Roy.

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