Desprotección centro del matrimonio infantil (especial)

GABRIELA RAMÍREZ Y MIRIAM RUIZ

En esta ciudad ocho mil 827 niñas se casaron de 2007 a 2015. La causa principal fue la pobreza y la violencia.

Las edades de las niñas que han contraído nupcias van de los 13 a los 17 años y el 89 por ciento de ellas se unió un adulto, revelan datos de la Dirección General del Registro Civil de la Ciudad de México; en el 49 por ciento de los casos el padre y la madre otorgaron su consentimiento, en el 44 por ciento sólo las madres y en el 6.5 por ciento sólo el padre.

Actualmente, el matrimonio entre menores de edad ya no admite excepciones, es decir, no puede ser realizado aún cuando madres, padres o tutores estén de acuerdo.

Juan Marín Pérez, Director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), explicó que el centro de esta situación es la desprotección de las niñas.

“Significa que las niñas no tienen mecanismos para hacer valer su voz, a la que se suma la condición de exclusión ya que este fenómeno puede estar asociado a situaciones de pobreza o de violencia, que las dejan fuera del ejercicio de sus derechos como a cualquier otra persona”, explicó.

Según datos de ONU Mujeres, en la Ciudad de México es donde menos matrimonios infantiles se registran en el país. El porcentaje de mujeres de 20 a 24 años de edad que se unieron antes de cumplir los 18 años, es de 13 por ciento en la capital del país, mientras que el promedio nacional es del 21 por ciento.

Matrimonio infantil y embarazo adolescente

“Cuando tenía 15 años salí embarazada y pues decidimos tener al niño. Yo tenía mucho miedo. Mis papás y mis hermanos se enojaron muchísimo, me dejaron de hablar un tiempo, hasta que fui con mi novio a decirles que nos íbamos a casar, ya luego de que nació el niño. Ya entones tenía 17 y él 23 años cuando nos casamos”, relató Isabel, quien vive en la Delegación Milpa Alta, tiene 18 años y abandonó sus estudios.

Sonia de 27 años y quien vive en la delegación Cuajimalpa, contó que se embarazó a los 16 años; hoy tiene cuatros hijos, su esposo es chofer de un tráiler y ella se dedica al hogar.

Rosa María es madre de dos niñas. Vive en Iztapalapa. A los 17 años quedó embarazada y se casó con su pareja que tenía entonces 24 años.

“Fue muy rápido, antes de que se me empezara a notar la panza”.

Teresa Incháustegui, titular del Instituto de las Mujeres CDMX explicó que el matrimonio en menores de edad está relacionado con el embarazo prematuro, a pesar de el cuerpo de las mujeres no está bien desarrollado para la procreación.

“Hay un tema sobre las condiciones en las que se embarazan y viven su embarazo demasiado jóvenes. Por ejemplo, la preeclampsia, es un problema que se da sobretodo en adolescentes. Muchas veces va unido al problema de obesidad que también se relaciona con la población infantil y de jóvenes”, señaló Incháustegui.

Cifras de Evalúa muestran que en el 2014, se registraron ocho mil embarazos en adolescentes en los hospitales de la Secretaría de Salud capitalinos,

Las madres fueron jóvenes de 15 a 19 años y las delegaciones Iztapalapa y Gustavo A. Madero registran el mayor número de nacimientos, seguidas de Milpa Alta, Xochimilco y Magdalena Contreras, revela el “Estudio del embarazo en adolescentes en la Ciudad de México, desde un enfoque de género, 2005- 2014”, del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Distrito Federal (Evalúa CDMX).

El ritual y el vestido

A pesar de que el matrimonio es para muchas adolescentes una decisión derivada del embarazo, el ritual de la boda sigue presente en las familias capitalinas.

En un recorrido por la Lagunilla, en el centro de la Ciudad, una quinceañera, encorvada, se prueba un vestido blanco; ella está allí, pero sus pensamientos, no. La modista ajusta las crucetas a la espalda. La hermana y su madre, que carga al recién nacido, le lanzan comentarios entusiastas.

“Qué bien se te ve”; “Te vas a ver hermosa mi hijita”.

Un sondeo, entre personal de ventas en 14 de este tipo de comercios revela que la boda sigue siendo también importante para las adolescentes.

“Se ven más de 15 y 16 aquí en el mercado, muy jovencitas. Unas vienen contentas a buscar su vestido”, sostiene la dueña de un local de accesorios haciendo eco de la percepción de las personas entrevistadas.

Una práctica nociva

La ONU considera el matrimonio de las niñas y las uniones tempranas como prácticas nocivas y una violación a sus derechos humanos, que afectan gravemente la vida, salud, educación, y la integridad de las niñas, e incrementa la discriminación y la violencia contra ellas.

Juan Martín Pérez, director ejecutivo de REDIM, explica que el matrimonio infantil en zonas urbanas, como la Ciudad de México, es más frecuente entre mayor precariedad económica exista.

Anthony Caswell, director de Asuntos Internacionales, Incidencia Política y Gobernanza de Save The Children México, señala que esta práctica genera “deserción escolar, inicio de la vida sexual sin información ni acceso a métodos anticonceptivos, riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y el confinamiento al trabajo en el hogar”.

Aunque en la Ciudad de México no se tienen registros sobre la venta de niñas, la directora del Inmujeres capitalino Teresa Incháustegui no descarta la posibilidad de que existan madres y padres que no tienen cómo resolver el tema de una familia numerosa.

“Si hay alguien que quiere a su hija, que tiene modos económicos, encantados de la vida se quitan una boca, obligándola, chantajeándola, no necesariamente vendiéndola, pero al final es un asunto simbólico no respetuoso de la voluntad y derechos de las hijas jóvenes”, expresó.

Este fenómeno también está asociado con la transmisión intergeneracional de la pobreza y la limitación de oportunidades de vida.

Según el especialista de REDIM, si bien las niñas que han contraído matrimonio tienen pocas posibilidades de romper el ciclo de la pobreza.

“La estadística nos lo refiere, los niños tienen un grado más de educación que la madre; así que si la mamá se quedó en secundaria los hijos lleguen tal vez a la preparatoria”, señaló.

La ley y la protección de a la niñez

En la Ciudad de México el pasado mes de mayo fue aprobada en la Asamblea Legislativa con 39 votos, la modificación al Código Civil para derogar las disposiciones que permitían el matrimonio antes de los 18 años.

Antes de esta reforma, las personas menores de 16 años podían contraer nupcias con el consentimiento del padre, la madre o tutor.

Con la modificación sólo podrán contraer matrimonio las personas mayores de 18 años, con lo cual armoniza la ley con el Código Civil Federal, con la ley general de Niños, Niñas y Adolescentes y la ley de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad de México.

Esto responde a la realidad social y a la defensa de los derechos de las y los adolescentes, señaló el abogado Armando Martínez Gómez, Presidente del Colegio de Abogados Católicos de México.

Explicó que los padres y madres deben acompañar en todo momento los procesos de decisiones de las personas menores, evitando que puedan unirse o tener un embarazo no deseado a temprana edad.

LNY/SEMMéxico

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