El huevo y quién lo puso

SOLEDAD JARQUÍN EDGAR

En estos días una idea recorre los pasillos de Gobernación y de media docena de secretarías de Estado en la Ciudad de México:

¿Qué hacemos con Oaxaca? Se pregunta uno y le responde lo mismo el otro. ¿Y Chiapas? no te olvides de Chiapas.

Todo es patético, la guerrilla orquestada por las gallinas que ponen huevos de 40 pesos, eso ya no tiene perdón de Dios.

¡Dónde está Díaz! ¡Qué los maten en caliente y después verigüamos! ¿A quién? ¡A las gallinas! ¡Pues a quién va a ser!  

En los mercados públicos y muy populosos de Oaxaca la gente se muere de risa. Qué no la frieguen, aquí si hay huevos y los hay de todos precios: 1.50 o dos pesos, en la tienda de la esquina son más caros, ahí están a 2.50. Si son criollos valen más pero valen la pena ¡Especuladores!

El plantón del zócalo está horrible, qué puercos son los maestros. No les dará vergüenza. Ya nadie va a tomar café y cerveza en los portales. Ahí, lo que hay es un foco de infección. Se puede desatar una epidemia. Como cuando estuvieron por meses y años las Loxichas o por tiempo parecido los triquis. ¡Qué horror! No por ellas y ellos, sino porque cuando un conflicto tiene esa duración lo que ha faltado es la buena política.

Qué hoy amanecimos con 16 carreteras tomadas, ayer fueron 20, que mañana quién sabe… qué ya volvieron a tomar Nochixtlán…Que siempre es lo mismo en Oaxaca.

Una marcha aquí, otra marcha allá. Una conferencia de prensa de empresarios, otra de una organización, otra de la iglesia. Todos hablan y opinan. Gabino paga para salir en programas estelares y los noticiarios comerciales se venden al mejor postor, como siempre, el problema es su audiencia.

Qué si salieron las pipas de Pemex, que hay humo en la refinería, ¿la iban a quemar? Dice una voz perdida entre las ondas hertzianas. Apenas unos segundos y rectifica. No, no la iban a quemar, fue una falla técnica.

Días antes una fotografía circula en las redes sociales. Los maestros iban a quemar el gimnasio. Pero lo acaban de inaugurar después de seis años de construcción…silencio. Horas más tarde se supo, dejaron prendidas las calderas y por poco se incendia. Ah, entonces no fueron los maestros…bueno que nadie se entere.

Un milagrito por acá, otro milagrito por allá.

Así, bajo esa mirada, la desinformación y los rumores, sí, Oaxaca es un caos.

En Oaxaca todo es así. Hasta en una graduación en un Colegio de Bachilleres, la oradora oficial toma la tribuna para agradecerle al gobernador Gabino Cué por el desgobierno, por los muertos de Nochixtlán…Pero Gabino no está, ya se fue, mandó al diablo a Oaxaca.

Las decisiones sobre Oaxaca dejaron de tomarse en la otrora libre tierra de Juárez, se toman en Gobernación donde habrá que leer bien a Miguel Ángel Osorio Chong, quien dice dos frases que rasgan la crispación y hiela el alma: “el tiempo se agota” y “estamos al límite”.

¿Él? ¿Por los huevos de 40 pesos? ¿O por los suyos? No, por las gallinas.

Y es que en Oaxaca ya no hay moral, dicen algunas buenas conciencias. Pero tampoco hay maíz. Hacer tortillas requiere del maíz de Diconsa. No hay huevos porque las granjas están en Puebla. No hay carne, porque viene de al menos cuatro de las ocho entidades productoras de carne.

En Oaxaca, dicen, los chapulines también podrían escasear porque ahora los traen de Puebla. La producción de quesillo, con leche de vacas no oaxaqueñas, podría escasear también, advierten algunas voces alarmadas. Por eso es la preocupación pero todavía no ha pasado. Hay caos y miedo entre la gente. ¿Qué haremos sin quesillo? Pero ningún mercado ha dejado de tener verduras ni frutas…y pese al pollocidio del pasado domingo 19 de junio, los expendios de este animal, también poblano, siguen operando cada día.

Entonces ¿qué se produce en Oaxaca? No mucho, casi nada. De ahí que la gente de muchas comunidades dependa de Diconsa. Y lo cierto es que de esa falta de producción de alimentos, nada, pero nada tienen que ver los de la CNTE. De ahí que en el último día de diciembre pasado, al aprobar la ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos del gobierno del estado,“la asignación de los recursos públicos, se distribuyó en su mayoría al rubro de Educación Pública, Caminos Aeropistas de Oaxaca, Salud, además del sector Agropecuario y Desarrollo Social, donde se ubican la mayor parte de los programas sociales”.

Eso nos deja las cosas bien claras. En Oaxaca lo que hay son programas sociales, no políticas públicas. Y con ello el fracaso de lo que hoy se confirma“gracias a las gracias” magisteriales: pobreza más pobreza, derivado de las políticas de micro subsidios cada vez más raquíticos.

Y sí, como dice Osorio Chong, estamos al límite, así hemos estado durante años, han violado los derechos humanos de la población oaxaqueña al negar sistemáticamente el derecho a la educación, a la salud, al trabajo, al bienestar, a vivir sin violencia. Y quienes nos han negado ese derecho, no ahora, sino desde hace varios sexenios son quienes nos han gobernado.

Por eso estamos al límite como dice el Sr. Osorio Chong, de quien buena parte de la población, espera que no se le crucen los cables en estos días y ni modo, aunque estemos al borde de todo, lo primero es el diálogo, lo segundo es el diálogo y lo tercero es el diálogo. Lo mismo para la CNTE, también tienen que poner algo para que los huevos no cuesten tanto. Y sí, que la “responsabilidad de aplicar el Estado de derecho”, como dice el secretario de Gobernación, empiece por combatir la pobreza que genera este estado de caos que le rasga el alma a su gente, incluyendo al magisterio, a sus “adherentes”, como le dicen a las organizaciones que simpatizan con el desbordado movimiento magisterial y su rotundo no a la reforma educativa.

Y lo peor es que ante “las advertencias”, como se calificaron los opinólogos, las palabras de Chong, hay mucho mas movimiento en Oaxaca, el rumor va y viene, la cuerda de las opiniones encontradas se estira más de la cuenta. No tengo idea si esta columna se publique antes de que a Chong se le acabe el tiempo y la paciencia, pero ojalá no se le olvide al Secretario de Gobernación que hay una cuenta regresiva sobre Oaxaca, una cuenta que empezó hace 50 años.

Don Rubén Vasconcelos Beltrán

El cronista de la ciudad de Oaxaca murió el pasado miércoles 29 de junio. Cerró sus ojos. Pero nos dejó sus libros. Sus consejos. Dicen que los árboles se conocen por sus frutos, sin duda, él fue un hombre que nos legó muchos frutos, su obra como cronista e historiador, y la amistad con sus hijos e hijas, en especial a Juan Pablo Vasconcelos.

Hace muy poco estuvimos con él, en el homenaje que esta casa editora le rindió por la publicación de su libro. Estaba contento y se notaba satisfecho por su obra. Ahí, Juan Pablo lo observaba con admiración y le dijo con profunda emoción: “¡Qué puedo decir, te conozco. Gracias Maestro!”. En lo personal las palabras del hijo al padre me llenaron de emoción y de admiración profunda para con el Cronista de la Ciudad.

En esa misma reunión nos aconsejó recopilar nuestros trabajos, hacer un libro…yo solo digo como Juan Pablo Vasconcelos: ¡Gracias Maestro!

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