La difícil tarea de un buen diputado migrante zacatecano

RAÚL SILVA TORRES
Nuestra entidad lleva prendida con su historia un lastre social del cual es difícil desprenderse: la migración. Zacatecas tiene la fama de ser pionero en la construcción de la política binacional.

En 2004 apareció en la escena política el Diputado Migrante, luego de las reformas aplicadas a la Constitución Política y al Código Electoral del Estado, un año anterior.

Román Cabral del PRI y Manuel de la Cruz del PRD fueron los dos migrantes que arribaron a este escaño por representación proporcional, no sólo al Congreso de Zacatecas, sino a una legislatura mexicana.

Ellos pueden considerarse precursores de la política binacional entre el gobierno estatal y los zacatecanos radicados en Estados Unidos. 

Desde entonces y a la fecha, la productividad de los diputados migrantes o binacionales es cuestionable, pues su trabajo no ha sido suficiente para convertirse en agentes de cambios ni en defensores de los que viven fuera del estado.

Su paupérrimo desempeño los ha dejado malparados ante su comunidad migrante y la sociedad, por tanto, hay quienes consideran a estos diputados simples “levanta dedos”, marionetas de las fracciones legislativas y figurines de cartón.

Para el catedrático de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Miguel Moctezuma Longoria, en un principio esta figura tuvo un buen inicio, pero hoy en día no representa los intereses de los migrantes zacatecano radicados en el exterior.

Su baja productividad obedece a la carencia de asesores que apoyen a los diputados migrantes en la promoción de reformas que deriven en el desarrollo de las comunidades y la construcción de una agenda binacional ha señalado el docente.

He tenido la oportunidad de cubrir parcialmente el Poder Legislativo del Estado por casi 10 años, y he visto que algunos de los representantes migrantes carecen de una preparación mínima para afrontar con decoro el quehacer parlamentario que les fue encomendado.

Ninguno ha figurado como buen defensor de los zacatecanos radicados en el extranjero, no tienes propuestas y su único oficio es ser paladines del gobierno en turno y de los grupos parlamentarios para aprobar iniciativas, reformas y cuentas públicas polémicas.

En la 59 Legislatura local llegaron a una curul migrante, Sebastián Martínez Carrillo del PRD y Luis Rigoberto Castañeda Espinosa del PRI. En la 60 Legislatura estuvieron Pablo Rodríguez Rodarte del PAN y María Estela Beltrán Díaz del PRD.

En la actual 61 Legislatura, se dio cavidad a Rafael Hurtado del PRI y José Guadalupe Hernández del PT.

¿Cuántos de ellos fueron los mejores cuadros o perfiles migrantes?, la historia misma los ha señalado. Muchos de ellos fueron designados no por su capacidad sino por su arropo político con algún partido o candidato.

Es por ello, que la mayoría de estos diputados binacionales no tienen un poco de oficio político ni pericia legislativa. Sé que muchos dirán que estos no pueden tener ni una ni la otra para legislar porqué no son políticos.

No es excusa, pues si de verdad quieren enfrentar el reto de apoyar a su comunidad requieren, mínimo, tener conocimientos básicos sobre la migración, su impacto económico, su desarrollo social y hacer suyas las demandas de los migrantes.

De lo contrario, su quehacer será pobre y no tendrán armar para impulsar reformas, construir una agenda y proteger los derechos de los paisanos radicados en Estados Unidos.

En septiembre próximo entrarán en funciones los 30 diputados locales que conformarán la 62 Legislatura, entre ellos los dos diputados migrantes: Felipe Cabral Soto del PRI y María Guadalupe Adabache Reyes de Morena.

Estos dos nuevos diputados migrantes representan más de cerca de 1.4 millones de zacatecanos que viven fuera del estado.

Su desafío será mayor, con mayor creatividad. Ya no habrá asignaturas pendientes como mejorar las reglas de operación del programa 3×1, la creación de la Secretaría del Migrante y el voto en el extranjero.

Cabral Soto ha sido presidente y fundador de la asociación Zacatecanos PRImero en California, que es un sector migrante del PRI. Mientras que Adabache Reyes perteneció a la asociación D:16, que había apoyado políticamente al ex senador David Monreal.

Más allá de banderas partidistas, ambos legisladores deben centrar sus esfuerzos en velar por el bienestar de los migrantes zacatecanos, de lo contrario, pasarán como todos los demás antecesores, sin pena ni gloria.

* Periodista Independiente

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