Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

Sube el nivel

Por fortuna, el nivel de agresión de las campañas electorales, no registra hasta el momento daños personales, que sería lo verdaderamente lamentable, pues una lona se sustituye y una oficina destruida se reconstruye, pero para una pérdida humana, no hay reversa.

Sin embargo, puede percibirse que no falta mucho para que el desbordamiento de pasiones sea difícil de controlar, los partidos y los propios candidatos lo saben, aunque en ocasiones sean ellos mismos quienes alientan y promueven la existencia de esos grupos de choque, algunos importados de entidades donde hace años la violencia electoral es pan de cada día y otros que a nivel local han aprendido el “arte”.

Nadie gana

Lo ocurrido a las oficinas del candidato independiente Felipe Salazar Correa y a la propaganda electoral de Fernando Uc Jacobo y Alejandro Tello, abanderados de la Coalición Zacatecas Primero, es algo que sobrepasa los límites que de alguna manera se consideraban normales, aunque no aceptables, en las contiendas electorales.

Nos queda claro que con estas actitudes nadie gana, pero es indudable que el ansia de poder, ciega y mal aconseja a algunos actores políticos, que en este caso, no necesariamente tienen que ser los candidatos, aunque muy posiblemente se trate de sus seguidores.

Ciertamente estas acciones logran intimidar no sólo a quienes sufren la agresión (aunque sistemáticamente lo niegan), también crean confusión entre el electorado, donde se escucha decir que “estas elecciones si estarán complicadas”; hay miedo e incertidumbre y si ese era el objetivo de quien promueve esta clase de acciones, han logrado su propósito, pero insistimos, con ello nadie gana.

Golpes que fortalecen

Comentábamos con algunos comunicadores, que la agresión directa a los candidatos, más que afectarles, en algunos casos les fortalece y si bien no escapan a sentir cierto temor, –son humanos–, la realidad es que esos hechos los  engallan y tratan por lo menos de demostrar fortaleza.

Por otro lado, si los ataques obedecen a que quienes los reciben  pudieran estar arriba en las preferencias, quienes agreden muchas veces lo único que provocan es que se vuelvan más populares, por lo que tampoco entendemos el propósito real de este tipo de sucesos que sin duda son bien planeados.

Ambiente cálido

Si bien se dice que los actos vandálicos de esta semana son atípicos, hay que recordar que en el proceso electoral de 2013, se vivieron actos violentos de dramatismo, por lo que la autoridad civil está obligada a garantizar que la ciudadanía pueda votar en armonía.

El ambiente electoral del municipio, como en gran parte de la entidad, es cálido y cualquier chispazo podría resultar suficiente para que haga explosión, por lo que cabe hacer un llamado a la prudencia de todos los que se encuentran involucrados en este proceso, para evitar la provocación o caer en ella.

Por el antecedente violento de esta semana, podría suponerse que el proceso del próximo domingo no será  fácil y en ese sentido, habrá que recordar a los partidos y sus candidatos, que son los primeros responsables de que todo transcurra en paz; mientras que la autoridad, debe generar la confianza plena de que se puede ir a las urnas sin temores de ninguna especie.

Y ojalá todo quedara en el proceso del próximo domingo, pero con lo apretado que se anticipa el resultado, la fase postelectoral podría ser también larga y difícil; ojalá todos aceptaran la voluntad popular y tanto ganadores como perdedores, asuman el resultado.

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