La Casa de los Perros: De Alejandro Tello, perredistas y tortas
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Caras viejas
Alejandro Tello Cristerna ha reiterado una y otra vez que su gobierno, de ganar, obviamente, estará conformado por nuevos rostros. Eso, sin duda, ha causado esperanza. Hay funcionarios que tienen cobrando tres sexenios sin ningún resultado palpable para Zacatecas. Urge un cambio.
Cuando fue elegido como candidato a la gubernatura por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en su discurso remarcó que se rodearía de hombres y mujeres honestos y con vocación de servicio, pero también dejó en claro que todos aquellos que ahora trabajan con él, y los que estarán en su gabinete, deben estar conscientes de que “la confianza como se deposita, también puede ser retirada en cualquier momento».
Cuando comenzó a circular, primero como un rumor, luego como un chiste, pero más tarde como una realidad, que Mario Caballero –ex periodista, ex vocero del gobierno del inquilino temporal de La Casa de los Perros y ex director del Cobaez— se unía al equipo de campaña del priista, la sorpresa no se hizo esperar. Sin duda entre simpatizantes, militantes y sociedad en general se hizo escuchar: Esa cara vieja le saldrá cara.
Y así fue.
En el portal Zacatecas en síntesis, se dio a conocer que el candidato priista había “plagiado” textos íntegros de varios autores y los había presentado como propios en publicaciones efectuadas en los periódicos El Sol de Zacatecas y La Jornada. Estalló la bomba.
Honestidad
El candidato que se presentaba con la bandera de la honestidad de pronto se veía envuelto en una acusación muy seria, que más allá de que exista o no un delito en sí, el solo hecho implica un acto justamente de deshonestidad.
De inmediato, eso hay que reconocerlo, se presentó una disculpa pública que firmó su coordinador de prensa, Héctor Alvarado, en donde se alegó que el texto fue delegado a uno de sus colaboradores. “Fue ese integrante del equipo de campaña que propuso y redactó el contenido del artículo, pero lamentablemente omitió señalar las citas bibliográficas y las referencias. El candidato únicamente aprobó el texto final pero desconocía las fuentes bibliográficas. Es un error del equipo de campaña y no del candidato”, rezó la nota a la redacción publicada en La Jornada.
El plagio
Lo que llamó la atención, tras esta disculpa y reconocimiento en entrevistas posteriores del propio Alejandro Tello, fue que siempre se ocultó el nombre “del colaborador” que, fallando a la confianza del candidato, había cometido semejante equivocación.
En los pasillos del PRI, de la casa de campaña y en las redes sociales comenzaron a circular las versiones –ante el vacío de información–, y el listado de los posibles culpables cada día creció y creció. El círculo cercano nada dijo y permitió que inocentes cargaran con el señalamiento.
Hoy se sabe que ese “colaborador” no es otro que Mario Caballero, quien no solo tuvo un desempeño patético como vocero del Gobierno del Estado, sino que además llegó al Cobaez para dejar al instituto educativo envuelto en un sinnúmero de problemas económicos y de autoridad muy serios, sin olvidar lo peor, los señalamientos de desvío de recursos.
El colaborador
Alejandro Tello, como la mayoría de los políticos, se allega de colaboradores que no solo les escriben los discursos, sino también elaboran cartas, oficios y, de vez en cuando, construyen las colaboraciones que entregan a los medios de comunicación. Y efectivamente, depositan en ellos la confianza de que cumplen con el cometido con seriedad, profesionalismo y honestidad.
Ha quedado demostrado que Mario Caballero, ni respondió a la confianza ni actuó con honestidad, además que, con dolo y sólo mirando sus propios intereses, permitió culparan a otros, incluido el propio candidato, de su descuido y desfachatez.
Ahora, la sociedad que acudirá a las urnas este 5 de junio, espera del priista un golpe de timón que demuestre no solo su carácter, sino también ese don de mando que genere confianza y que se sepa en Zacatecas que, efectivamente, los deshonestos no tienen ni tendrán cabida junto a él.
Perredistas
Hoy es miércoles y todos los perredistas y ex priistas –léase simpatizantes de Rafael Flores y de Pedro de León–, esperaban con ansia que en la sesión de la Sala Regional o en la Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación apareciera en el orden del día el «Caso Zacatecas». Pues no.
La Sala Especializada, en punto de las 11:00 horas, llevará a cabo sesión pública en la que tratará tres temas, ninguno es de Zacatecas. A la misma hora, la Sala Superior sesionará, y de los 28 puntos ninguno es de Zacatecas.
Así que la espera de la decisión final que conllevará que la coalición Unidos por Zacatecas que integran el PRD y el PAN sigue, al menos la fecha fatal «del miércoles» no será.
Trascendió que este día, en la sesión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) sí se trataría el «Caso Zacatecas», y que dada la premura del tiempo podrían aventurarse a designar, otra vez, un candidato. Esta decisión sería otro error, hay que ser claros, la última palabra no la tiene Agustín Basave ni las corrientes al interior del CEN, es única y exclusiva del TEPJF.
Tortas
Quien demostró «su fuerza» al interior del Congreso del Estado durante la votación en la que se eligió a Arturo Nahle García, como magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Zacatecas (TSJEZ) fue Cuauhtémoc Calderón Galván. Se depositaron 21 votos a favor del ex procurador y sólo uno, el de él, para «Miguel Alonso Reyes».
Esperaba la solidaridad de la oposición, con la que nunca ha sido solidario él, y como los cubanos en el exilio a Marco Rubio, al del Verde le dieron la espalda.
El perredista Iván de Santiago pidió a las huestes opositoras aprobar sin aspavientos a Nahle García, a cambio de disfrutar, aunque sea unos meses, de las mieles de la CRICP.
Por eso hoy día, el panorama para el ex panista no luce nada halagüeño. Caprichoso como es, perdió la oportunidad de ser delegado de la Sedesol y busca ahora que David Monreal le dé cabida. Su salida del PVEM no se ha dado; su arribo a Morena está en veremos, pero mientras tanto, ya se dice que se quedará como el perro de las dos tortas.
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