¿Después del Chapo que…?   

RAÚL SILVA

Pasaba de las 10 de la mañana, era viernes 8 de enero. Yo tomaba un poco de chocolate caliente y veía la televisión. De inmediato, se interrumpió la programación habitual y la noticia corrió como pólvora por Estados Unidos.

Todos los canales hispanos y anglosajones no paraban de hablar de lo mismo: la recaptura de Joaquín Guzmán “El Chapo”. Un twit del presidente mexicano, Enrique Peña, con afanes triunfalistas, conformó la aprehensión.

Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informarles a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido capturado. Decía el mensaje.

Las redes sociales y medios de comunicación viralizaron la caída del narcotraficante más buscando en el mundo, aunque ello ocurre justamente cuando la economía mexicana está a punto del colapso.

Muchos escépticos creen que se trata de una nueva jugarreta de la presidencia del país para evadir la realidad que permea. Donde el dólar se come al peso, el precio del petróleo se contrae y la pobreza es el pan nuestro de cada día.

Para nadie es un secreto que las finanzas públicas de México se encuentran en una parálisis ante la nula generación de empleo, los salarios raquíticos y los altos costos de los alimentos de primera necesidad.

Si el gobierno mexicano detuvo al “Chapo” una vez más; tal vez, quizá pueda también detener el alza del dólar para que no se devalúe la moneda nacional. Y es que la preocupación no es para menos cuando el dólar se cotiza en 18.20 pesos.

Para los mexicanos que vivimos en Estados Unidos, el precio del dólar es magnífico, no así para quienes sobreviven con un salario de 80 pesos por día en nuestro país de origen.

En 2014 México tuvo un flujo económico de 23 mil 645 millones de dólares, cifra que fue superior a las exportaciones de petróleo de ese año, de acuerdo a un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

De igual forma, esperamos que el gobierno de Peña Nieto sea capaz de detener la caída del precio del petróleo, pues ello ha convulsionado las finanzas del país debido a que dependen del 25% de los ingresos generados por su venta.

En los últimos meses el precio del barril de petróleo no ha sido positivo, recordemos que de estar en más de 100 dólares, ha fluctuado entre los 85 y 80 dólares, y lo peor del caso, es que el precio sigue en picada.

Ni la cotización del dólar ni el precio del petróleo está en manos de Peña Nieto. Tampoco lo está la seguridad nacional, la erradicación de la pobreza, la educación, la salud, el empleo, aunque estos últimos si le atañen directamente.

Como todo país libre, los usuarios de las redes sociales expresaron sus puntos de vista en los que dejan ver que la captura del “Chapo” se trata de un nuevo circo orquestado por la presidencia de México.

Sus sospechas no son infundadas, ya que los analistas financieros no son muy optimistas con el manejo de la crisis económica mexicana. Por ello creen que Peña Nieto utilizó “la caja china”, una estrategia para distraer la opinión pública, afín de tapar el sol con un dedo.

En Zacatecas, las cosas siguieron la misma tendencia que a nivel nacional, unos a favor otros en contra de la actuación del gobierno federal. En facebook circuló una carta dirigida Peña Nieto.

En ella, Aldo Lenin Lozano Morales, un joven zacatecano le pidió al mandatario cuentas claras.

“Sr Peña: A mí no me atrapes al chapo, a mí: súbeme el sueldo, bájame la gasolina y canasta básica, dame oportunidades de educación, desarrollo y crecimiento, aclárame los 43, agua blancas, los feminicidios sin resolver y los mil niños desaparecidos que nadie vio esfumarse de la tierra…”.

En un segundo párrafo expresa lo siguiente. “A mí no me mandes un twit de victoria por el Chapo, mándame que vas a hacer con el hambre y el frío las poblaciones indígenas sin recurso…”

La misiva no es un reclamo, es un derecho que todo ciudadano mexicano tiene para exigir a sus gobernantes buenos resultados. Si todos tuviéramos el valor de expresar nuestras inconformidades seguro las cosas caminarían por otro rumbo.

El diario El País, de España, en su edición en línea, hace referencia a que la tragedia de Iguala, la sucesión de escándalos de corrupción y la huida de El Chapo habían dejado a Peña Nieto malherido.

Además destaca que los índices de popularidad del mandatario mexicano rozaban los mínimos históricos y una de sus mayores bazas, la política de seguridad, se había convertido en papel mojado. Pero que la captura del narcotraficante fue un alivio para su popularidad.

En su editorial el New York Time, dice que durante la presente administración, el gobierno mexicano ha tratado de lavarle la cara a varias verdades incómodas y ha minimizado más de un escándalo.

Le señala su incapacidad de dar respuestas al escándalo de la Casa Blanca de la Gaviota, la desaparición de los 43 normalistas, la persecución de periodistas, y la fuga del Chapo.

Y pone en entre dicho que a estas alturas algo pueda salvar la reputación de Enrique Peña. En especial por el caso de los normalistas, que a decir de este diario es una de las mayores y más atroces violaciones a los Derechos Humanos en la historia mexicana reciente.

Ahora, la presidencia de México tiene que decidir si extradita o mantiene en tierras mexicanas a Joaquín Guzmán. Si se autoriza su extradición a Estados Unidos, se dejará al descubierto la debilidad del sistema de justicia mexicano y su incapacidad de retener al capo de capos.

Si por el contrario, decide retenerlo, tendrá que dar garantías reales de que ya no escapara de la justicia, como ya ha ocurrido las dos anteriores ocasiones. Si es que quiere recuperar la confianza en su gobierno.

La pregunta ahora es ¿qué sigue? ¿Después del Chapo que…?

* Periodista Independiente

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