La innovación en Zacatecas, sus límites y rezagos: ¿Crear o morir?

* Sin educación de calidad, imposible que se produzca innovación en una sociedad

* Las agrupaciones académicas mafiosas: ¿Obstáculo para la innovación?

* Los parques científicos y tecnológicos son en realidad una alternativa ante la falta de innovación

MANUEL IBARRA SANTOS

En materia de inventiva científica Zacatecas ocupa, según estadísticas del Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual (IMPI), el lugar número 29 en el país, dato que revela la urgencia de otorgar importancia a la producción de innovación, como componente esencial del crecimiento y el desarrollo social, sin el cual no hay prosperidad.

Los especialistas todos, entre ellos Joseph Schumpeter (1883-1950), creador del concepto e incluido por primera vez en su libro “Teoría del Desarrollo Económico”, publicado en 1911, estableció que la innovación es la fuerza que mueve la producción, el desarrollo económico y el bienestar de una sociedad.

La innovación generalmente cuando se da en el contexto de una nación se traduce en la producción de riqueza,  de nuevos bienes de consumo, en la creación de empresarios exitosos, en el surgimiento de renovados métodos productivos, en la apertura de emergentes mercados y en la aparición de esquemas organizacionales y de gestión avanzados. En otras palabras,  sin innovación, no puede haber economías sanas.

Un indicador para medir el grado de innovación de un pueblo  es el que se manifiesta en la producción de patentes y en este ámbito Zacatecas ocupa uno de los últimos lugares, sólo un poco antes de Chiapas, Nayarit y Guerrero, entidades que se desplazan en el “cabús” de los procesos inventivos en la República.

En promedio al año en el país se registran casi 14 mil patentes, de las cuales sólo cinco de cada cien son producidas por mexicanos, y el resto, es decir, el 95 por ciento de ellas, son de creadores norteamericanos, franceses, italianos, japoneses, ingleses, españoles y suizos. En nuestra nación los rezagos son hasta por más de 50 años en este ámbito.

La información oficial proporcionada por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) señala que los países que más producen patentes son China, Estados Unidos y Japón. En México, las entidades con mayor número de registro son el Distrito Federal, Querétaro, Nuevo León, Morelos, Coahuila, Jalisco y Yucatán; las de menor, son Guerrero, Nayarit, Chiapas, Zacatecas, Michoacán, Durango y Oaxaca.

¿Por qué no hay innovación en nuestra sociedad? ¿Cuáles son las causas?

Son muchas las razones del porqué en una sociedad como la nuestra no se produce innovación y la causal de fondo está asociada a la presencia  de un sistema educativo de muy mala calidad, altamente mediocre, con  espacios de aprendizaje donde no se estimula la creatividad, la sensibilidad, la libertad y el sentido de racionalidad crítica.

Lo anterior quiere decir, como lo afirman los expertos, que jamás podrá haber capacidad inventiva e innovadora, si una sociedad no se acompaña por un sistema educativo de calidad, eficaz, competitivo, con docentes adecuadamente preparados, que alienten la iniciativa creadora.

Los parques científicos y tecnológicos: ¿Acierto o disparate?

En muchas naciones del planeta, la ausencia de capacidad innovadora se ha pretendido resolver con la formación de amplias redes de parques científicos y tecnológicos (PCT), tradición que inició en los años posteriores a La Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no se ha  entendido que los parques científicos sin un una educación de calidad, nunca darán resultados y finalmente fracasarán.

 Un estudio reciente realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 60 parques científicos de siete países latinoamericanos –entre ellos Brasil, México, Venezuela, Colombia, Chile Uruguay y Perú- concluye que hay pocos inicios de que los parques estén cumpliendo sus objetivos y poco y nada propician  la transferencia de conocimiento hacia el tejido productivo de la economía, el desarrollo y bienestar social.

La crítica que se les hace, es que los parques científicos se han constituido muchos de ellos en proyectos inmobiliarios para los negocios particulares, en manos de burocracias insensibles académicamente organizadas en mafias, que hacen todo, menos en influir  en el incremento de la innovación de una sociedad. Esta tesis prevalece y la recupera Andrés Oppenheimer, en su libro “Crear o Morir”, de reciente publicación. Incluso fue más allá y los calificó de un disparate y un absurdo.

Esa narrativa que involucra la experiencia negativa mundial y en particular de Latinoamérica debiese ser tomada en cuenta sobre todo ahora que se ha anunciado la creación, con una inversión multimillonaria, de un parque científico y tecnológico en Zacatecas, con la finalidad de que no termine en un singular fracaso, que no queden secuestrados por burocracias académicas inescrupulosas, como ha sucedido con la mayoría de las experiencias internacionales de este tipo.

La innovación y su fuerza para el desarrollo económico en Zacatecas

Al considerar  que la innovación es la mayor fuerza para crear una economía sana, entonces invertir en la formación de capital humano y en la integración de una agenda de inserción a la sociedad de la información y el conocimiento, es la más adecuada alternativa, para alejarnos cada vez más de la tentación de apostar solo en la maquila y la explotación laboral de la mano de obra joven.

Innovación y educación de calidad, son una fórmula excepcional para el desarrollo humano, asuntos que tendrán que ser privilegiados con mayor ímpetu por el aparato de Estado y sus agencias.

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