Educación y gobernabilidad: ¿Crónica del desastre y fracaso escolar?

* Las tensiones que afectan la gobernanza educativa y el trato sensible para los  maestros

* Evaluaciones y los resultados nacionales, una radiografía del desastre

* Implementar los cambios y a demoler los paradigmas de la mediocridad, una necesidad

MANUEL IBARRA SANTOS

El ciclo escolar 2015 – 2016 inicia con una serie de tensiones que debilitan los cimientos de la gobernabilidad del sistema educativo mexicano, que fortalece, por otra parte, la idea colectiva que narra el fracaso y el desastre definitivo de la escuela, así como la imposición de la estandarización de la cultura de la mediocridad, como resultado.  Zacatecas no está al margen de esa circunstancia que el educador Gilberto Guevara Niebla denominó en una de sus obras “La Catástrofe Silenciosa”.

Al menos cuatro factores que afectan  potencialmente la gobernanza del sistema educativo se pueden referenciar en la etapa actual. Primero: Las precarias políticas de financiamiento y la existencia de modelos ineficientes de gestión administrativa que han llevado a la bancarrota a distintas instituciones educativas; Segundo: La escasez de profesores y la crisis persistente del sistema de formación de docentes que no se ha resuelto; Tercero: La baja cobertura de servicios en algunos niveles, como el bachillerato y educación  superior, que describen la profunda inequidad, la desigualdad y la injusticia que prevalece en nuestra sociedad; y Cuarto: Los bajos niveles  de rendimiento y de calidad en la enseñanza, que han contribuido únicamente a socializar la mediocridad y la percepción del desastre.

En Zacatecas, por ejemplo, los pasivos económicos en el sector por más de 2 mil millones de pesos, heredados de años atrás, aunadas a la práctica de políticas acotadas de financiamiento de la enseñanza pública y a la ausencia de modelos de gestión administrativa modernos que orienten el gasto con racionalidad, han provocado la crisis de muchas instituciones educativas. El caso más emblemático es el de la Máxima Casa de Estudios. Y este es un tema de la mayor relevancia, que requiere resolución urgente.

Pero existen otros problemas igual de graves o más. Uno de ellos tiene que ver con  la falta de profesores de calidad que conduzcan  los procesos de enseñanza – aprendizaje de niños y jóvenes, como bien lo han demostrado los resultados de los exámenes de ingreso al servicio profesional docente en el país, los que han revelado que muy pocos (1 de cada dos egresados de las normales, en promedio) son idóneos para dar clases en las aulas. Una verdadera fatalidad.

La ausencia de calidad es el otro agravante que subraya el fracaso escolar. Los resultados de los exámenes PLANEA (Plan Nacional de Evaluación de los Aprendizajes) dados a conocer recientemente en el país dan cuenta de cómo la educación es campo minado y dominado por la catástrofe, pues más del 70 por ciento de los alumnos  examinados de tercer grado de bachillerato en la república se ubicaron en el sótano, es decir,  en los niveles más bajos de aprovechamiento en las áreas de matemáticas y lenguaje y comunicación. Zacatecas no escapa a esa dolorosa realidad.

En nuestro Estado,  sólo el 10.9 por ciento de los alumnos evaluados se colocaron en el más elevado nivel de aprovechamiento en lengua y comunicación y 7.9% en matemáticas. El desastre y fracaso escolar es evidente. Pero  lo anterior nos revela cómo el saber y los aprendizajes de calidad son patrimonio de unos cuantos, en detrimento de la gran mayoría.  La escasez de liderazgos académicos y políticos gratificantes es otro problema.

Un sistema educativo que alienta el desastre y la mediocridad

Esos y otros datos, nos describen la presencia de un sistema educativo que cancela el talento de niños y jóvenes y que conduce, por si fuera poco, a la mayoría de los alumnos al camino que estandariza  las prácticas de la mediocridad.

El escritor José Ingenieros (1877/1925), en su obra “El Hombre Mediocre”, publicada en 1913, define al mediocre “como la persona que es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales de futuro en libertad y dignidad”. Y parece que a eso contribuye, y no a otra cosa, la educación pública y privada de nuestra sociedad. No se salva ninguna.

Otros especialistas (<como Ken Robinson, prestigiado educador y pedagogo inglés>) han convocado a todos a trabajar para demoler los sistemas educativos que estandarizan la mediocridad y el fracaso, pero que obstruyen la capacidad innovadora y creativa de los alumnos.

La Reforma Educativa ha mostrado los niveles de rezago que existen

Hoy es importante que aterricen los cambios pedagógicos, administrativos,  axiológicos y éticos de la reforma educativa, porque en la actualidad sólo han ayudado a evidenciar  los niveles de rezago que en la enseñanza pública se tienen en el país.

Y admitir, que sin un sistema de formación de docentes moderno y un trato sensible y justo para los maestros, imposible será construir una oferta de educación de calidad.

El ciclo escolar 2015/2016, como nunca antes, nos alerta y describe con su inicio, los grandes desafíos que en materia educativa tiene la sociedad.

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