De números y retos políticos

LUCÍA LAGUNES

En la jornada electoral de este domingo 7 de junio no sólo se disputaron el poder las fuerzas políticas partidarias. Las mujeres entraron con todo a conquistar la mitad del poder que por derecho les corresponde, en medio de una violencia política que dejó una precandidata asesinada y varios atentados contra ellas.

La violencia contra el avance de las mujeres es uno de los elementos que caracterizó esta jornada electoral. Proceso que por primera vez registró el mayor número de mujeres candidatas en 62 años de sufragio femenino, debido a los avances logrados para garantizar la paridad. De las cuatro mil 496 postulaciones, la mitad, dos mil 248, son de mujeres.

El número ya se tiene; el reto es lograr más candidatas comprometidas con la democracia, los Derechos Humanos de las mujeres, la transparencia y la rendición de cuentas. Exigencia que sin duda les compete también a los candidatos, quienes por años han monopolizado el poder.

De las nueve gubernaturas en juego este domingo, en ocho participaron mujeres (Nuevo León, Michoacán, Sonora, Guerrero, San Luis Potosí, Campeche, Colima y Querétaro). La única claramente ganadora es la sonorense Claudia Pavlovich, por la coalición PRI-Verde, quien la mañana de hoy obtenía el 47 por ciento de los votos.

Lo que pesa sobre ella es su historia como legisladora local, pues respaldó a los propietarios de la Guardería ABC, donde murieron 49 menores de edad por un incendio en 2009 y donde la justicia quedó debiendo a estas madres y padres, y a quienes quedaron con secuelas graves.

¿Cuántas de las más de dos mil candidaturas llegarán a ocupar una curul tanto en la Cámara de Diputados federal como en los congresos estatales?

¿De qué tamaño será el avance para las mujeres, numéricamente hablando, y qué tanto el número de legisladoras se verá reflejado en la justicia social y los Derechos Humanos de las mujeres?

La presencia femenina en el poder público podrá ser el contrapeso a las resistencias masculinas que impiden los avances y buscan hacer retroceder lo ya avanzado. Una vez en el poder podrán tejerse alianzas políticas femeninas para seguir avanzando, y frenar las intentonas regresivas y la violencia política que pesa sobre ellas.

Ellas mismas vislumbrarán estas necesidades y serán conscientes de que su presencia y su actuar servirá para alentar a otras mujeres o para darles los argumentos sexistas y misóginos a quienes buscan sacar a las mujeres del derecho a participar en la vida pública.

Consolidar la presencia de las mujeres en el poder desde la autonomía tejiendo alianzas con mujeres, hombres, feministas, mujeres organizadas, movimientos sociales, etcétera, es sin duda de los retos que siguen estando presentes.

Rebasar el 33 por ciento que hoy existe en la Cámara de Diputados, lograr colocar la agenda de los Derechos Humanos de las mujeres en las prioridades legislativas de los partidos y sus dirigentes, son parte de los pendientes.

Ganar la candidatura del partido y después el voto de la ciudadanía sin duda es un gran logro en la lucha que nació hace más de un siglo, cuando el movimiento sufragista demandó el mismo derecho que los hombres “democráticos” se habían dado para sí, excluyendo a las mujeres del poder público.

Avanzar internamente a la par de empujar más mujeres comprometidas con los derechos de las mujeres y no con las sumisiones patriarcales, hacer de este proceso no una anécdota en la historia sino la historia misma, es lo que se juega en este proceso electoral que va más allá de una elección.

Twitter: @lagunes28
 
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC.

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