Oportunidad para cambiar el rumbo de México

CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
El domingo inició formalmente el proceso electoral en México. Tendremos comicios federales en todo el país y la renovación de gubernaturas y municipios en nueve entidades.
Éste es, quizá, uno de los procesos electorales más grande e importante en la historia del país, al coincidir los comicios federales con un alto número de  elecciones estatales y municipales.
Por principio de cuentas, serán renovadas las 500 curules de la Cámara de Diputados. Además, se elegirán gobernadores en Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora.
También se renovarán congresos locales y alcaldías en el Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Morelos, Tabasco y Yucatán.
Por ese motivo, estas elecciones representan una inmejorable oportunidad para que la ciudadanía decidamos el cambio en el rumbo de la nación.
A casi la mitad del camino de la actual administración federal, está visto que el gobierno y quien lo encabeza no ha sido eficiente, los resultados prometidos no se han dado y entre la población existe una decepción generalizada.
Este es el momento para que cada ciudadana y ciudadano analice a profundidad los resultados entregados y estoy seguro que en el balance que harán nos quedarán debiendo, en áreas tan importantes como la economía, empleo, educación, salud y seguridad, por referir algunas.
La gran panacea que, nos prometieron, serían las reformas estructurales no fueron implementadas correctamente y por ello fallaron.
La entrega de Pemex y los hidrocarburos mexicanos a manos extranjeras es uno de los principales errores cometidos por el pequeño grupo en el poder, lo que provocó una inconformidad generalizada entre el pueblo.
La economía mexicana en el ámbito mundial mostró el “talón de Aquiles” de este gobierno, pues la baja en el precio del petróleo, el alza en el dólar (que lo llevó hasta los 16 pesos) y el estancamiento productivo, son una muestra del rezago en el que estamos.
La macroeconomía no es la única debilidad que actualmente tenemos, en la microeconomía la escasez de circulante, falta de empleo, bajos salarios, subempleo e informalidad son problemas que todavía no resueltos.
La peor de las situaciones se registra en el tema de seguridad pública. Los más de 40 mil desaparecidos, incluidos los 43 normalistas de Ayotzinapan, el crecimiento de la delincuencia organizada, los miles de asesinatos, el incremento en muchos delitos del fuero común y los atentados contra periodistas y la libertad de expresión son una muestra de la incapacidad del gobierno federal de garantizar la seguridad y tranquilidad de la población.
Hoy no estamos mejor que en el 2012 y por eso éste es el momento de rechazar esa mala conducción que tenemos. Es necesario construir juntos un nuevo modelo de nación que satisfaga las exigencias de quienes la integramos.
Aprovecho la oportunidad para pedir al electorado que se convierta en un fiscalizador de los procesos electorales, en los que vigile que no se registre la compra del voto ni la entrega de dádivas, como sucedió en las elecciones presidenciales pasadas.
Tampoco debemos permitir la utilización de recursos económicos de procedencia ilícita en las campañas y estar atentos a que no se rebasen los topes de gastos ni se adquiera propaganda disfrazada de información. Les invito a denunciar esos hechos.
Las experiencias pasadas nos demostraron que esas violaciones a la Ley Electoral son frecuentes y que las autoridades en la materia no siempre responden como debieran.
No estamos condenados a repetir los errores del pasado.
Esta es la oportunidad que tenemos para cambiar.
No estoy de acuerdo con las voces negativas que llaman a la inactividad, a participar en una campaña de boicot electoral, como sucede en el estado de Guerrero.
Al contrario, soy firme creyente de la democracia y sus valores, a los que concibo como la vía pacífica para lograr el cambio.
Les invito a emitir el voto el próximo 7 de junio, porque el sufragio es la herramienta que tenemos para hacer valer nuestra opinión, para inconformarnos contra los malos gobiernos y para tener un México mejor.
Somos más de 86 millones de personas las que podremos votar y tenemos exactamente dos meses para reflexionar nuestro voto, para analizar las mejores opciones y para cambiar el rumbo por el que vamos, que parece que “nos lleva al despeñadero”.
*Consejero Nacional del PRD
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