Democracia clientelar, elecciones y federalismo

* El escenario de competencia electoral polarizante de los comicios próximos

* Federalismo versus feuderalismo: la propuesta crítica del ex/mandatario Genaro Borrego

* El SNTE, el Panal, Pedro Padilla y la importancia del voto de los profesores

MANUEL IBARRA SANTOS

Cuando el mundo se transforma <incluso las naciones con sistema comunista tradicionalmente petrificado como Cuba cambian>, en nuestro país su modelo político se mantiene estáticamente inalterado, sustentado en un régimen de partidos desacreditado y una democracia de corte clientelar que no privilegia el combate a la pobreza ni el ataque a las desigualdades y que, al contrario, ha potenciado la impunidad y la corrupción. En ese contexto los ciudadanos acudirán a las urnas el primer domingo de junio próximo a emitir su voto, en comicios que tendrán un renovado marco jurídico, pero donde prevalecerán las mismas prácticas de siempre.

Nuestro país (Sí), es una democracia de fuerte presencia y calado clientelar, pero no una democracia liberal. Tenemos, efectivamente, elecciones periódicas, pero sin un Estado de derecho que garantice el acceso universal y equitativo a la justicia. Se registran en los comicios mexicanos cada vez más votos, con la asignación creciente de enormes recursos económicos, pero eso no implica necesariamente que en nuestro escenario político haya mayor ciudadanía. El costo económico del sufragio será casi de 300 pesos, cuando en las democracias modernas de primer mundo es apenas 1.5 y 2 dólares.

En lugar de avanzar hacia una democracia liberal, que en los hechos asegure el estado de derecho con protección enérgica de las libertades individuales, en realidad lo que ha sucedido es que hemos transitado regresivamente a una democracia corrompida, limitadamente funcional, de perfil clientelar.

El clientelismo se funda en relaciones  políticas pervertidas en el intercambio de favores entre un patrón y un cliente, entre políticos, supeditado a la entrega da dádivas, de cargos públicos, de presupuestos, de iniciativas en el ejercicio ilícito del poder público, en la compra de conciencias. Eso es lo que llamó Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, como una democracia indigna, éticamente reprobable, que obstaculiza el progreso y la prosperidad colectiva.

Acudiremos los ciudadanos a una elección federal, en donde el modelo de participación electoral de “pluralidad polarizante”,-así le llamó Maurice Duverger, al régimen de más de seis partidos contendientes-, esquema que conducirá a la pulverización y dispersión del voto ciudadano, sin que este tenga peso alguno en las transformaciones democráticas que reclama la Nación y si contribuirá, en cambio, a perpetuar las relaciones contradictorias que deforman la práctica de la democracia.

Pues bien, mientras el mundo se transforma inexorablemente ante nuestros ojos, en el sistema político mexicano no pasa nada y mantiene sus inercias, no obstante la gran rebelión ciudadana registrada en el transcurso del año 2014 en demanda de ajustes y cambios, ante los excesos en el poder, frente a la impunidad y la corrupción.

En el planeta se construye un nuevo orden mundial: Rusia procura con dificultades recuperar hegemonías perdidas; El Estado Islámico intensifica su política de terror, como se observó en la reciente experiencia trágica en Francia, con la masacre de Charlie Hebdo; China busca convertir su poder financiero en influencia geopolítica; Norteamérica pierde fuerza internacional; y el Vaticano y la iglesia se oxigenan con las prácticas del Papa Francisco. En México es necesario detonar las transformaciones y el cambio.

Las causas de la política y la democracia clientelar

Los especialistas acuciosos del fenómeno político sostienen con argumentación racional que la democracia clientelar mexicana obedece, entre otras, a cinco causales: I) La partidocracia; 2) el estado rentista que compra voluntades con dinero y despensas; 3) el Estado capturado por los poderes fácticos; 4) la impunidad y la corrupción; y 5) El feuderalismo, concepto crítico que se instaló en el diccionario político nacional y que puso de moda(como su creador) el entonces gobernante zacatecano Genaro Borrego Estrada, para hablar de la simbiosis entre federalismo y prácticas feudales en las entidades federativas de la República, resultado de la acción de los caudillos y caciques regionales.

Pues bien, la sociedad padece una democracia clientelar de funestas y lamentables consecuencias. Bajo ese esquema de partidos, quienes ellos propongan y quieran, incluso lo más ineptos y corruptos, puede acceder a los puestos públicos y de representación popular. Para el colmo de la irreverencia y el cinismo, otro mandatario estatal en algún lugar del país diría, hace mucho tiempo,  que con ese esquema “hasta el caballo de su compadre” podría ser electo diputado”. Un ejemplo de desproporción e inmoralidad.  

El Panal en Zacatecas, su renovación y realineamiento político: ¿Cómo la jugará?

La llegada de Pedro Padilla González (ex dirigente de la sección 34 del SNTE), a la dirección estatal del Partido Nueva Alianza (Panal), representa no sólo un simple cambio de estafeta. Es  también un cambio de grupo político en este instituto, pero también de  prioridades políticas de su “Jefe” hacia la entidad, el profesor Juan Díaz, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE. Se convierte Pedro Padilla, por su lealtad a la organización, en uno de los hombres de mayor confianza y afecto  en Zacatecas,  en el ánimo del líder del sindicato de maestros. Fueron desplazados unos, porque terminaron su tiempo estatutario y otros, porque traicionaron sin pudor ni recato  alguno al SNTE y a sus antiguos mandos dirigentes.

En la pasada elección federal, la del 2012, el Panal en Zacatecas logró un  promedio del 4.2 por ciento del total de los votos disputados en Zacatecas, muy cerca del PVEM, del PT y superando por mucho a Movimiento Ciudadano. Logró el Panal en esos comicios registrar para su causa casi 28 mil sufragios. Una cantidad nada desdeñable,  sobre todo en un contexto de competencia electoral polarizante, como la que se avecina. En el 2016 será valioso e importante el voto del magisterio que se ejerza en un marco de libertad o por la vía corporativa. Lo que es cierto es que nunca podrá desdeñarse la presencia socio/política de los maestros.

Los cambios democráticos que la sociedad demanda:

A los ojos de los ciudadanos el mundo se transforma, pero en cambio en nuestro país se enraíza hasta la médula la democracia de tipo clientelar que obstruye el avance de la economía, la evolución política y el desarrollo de la sociedad.

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