Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

Ven que el muchachillo es risueño y le hacen cosquillas

David Monreal Ávila no niega que quiere ser gobernador del estado pero por si las dudas y para evitar repercusiones legales, le echa la culpa de su muy anticipado destape a un grupo de empresarios y personas de la sociedad que “quieren que se sea gobernador de Zacatecas”. Sólo falta que diga que la gente lo quiere y él nada más se deja querer.

Pero eso de que respeta los tiempos electorales, no convence a nadie; anda en campaña desde que terminó la anterior; es el político que tiene mayor cantidad de propaganda distribuida en la ciudad; hay decenas de bardas de su candidatura a la senaduría en 2012 y a la gubernatura en 200, mismas que destacan el nombre de David con grandes letras y que se aprecian a considerable distancia, las cuales premeditadamente y con la complacencia de la autoridad electoral, no se eliminaron en el término que la ley establece, luego de una elección.

Aparte de las nuevas pintas colocadas estratégicamente, que indican la propaganda Da vida a Zacateas, en clara alusión a su anticipada campaña electoral, aparte de los destapes que van haciendo por ahí sus hermanos a través de sus respectivos partidos.

La caballada está flaca

Quizá no sea el mejor candidato y el propio apellido tiene un desgaste político que por mucho que hoy quieran ostentarse los defensores de la nación y estar en contra del autoritarismo, la corrupción y otras situaciones a las que el estado de Zacatecas no escapó durante el mandato del más famoso integrante de la esa familia fresnillense.

Pero aun así, sacarán todo el provecho de lo olvidadiza que suele ser la población zacatecana y de todo lo que sea posible, de las reformas, de la inseguridad y especialmente de las debilidades que seguramente ya tienen bien detectadas en el gobierno de Miguel Alonso Reyes, pero sobre todo de la falta de cuadros políticos sólidos que sean capaces de constituir una oferta política creíble. El hecho de que la caballada esté muy flaca en todos los partidos, incluido el propio Partido del Trabajo (PT), ha permitido a David Monreal tomar la delantera al menos en cuestión mediática y mientras el resto de los partidos buscan ponerse de acuerdo en los mecanismos de elección, en el suyo y los de sus hermanos, está definido que él será el candidato, aunque en dos años muchas cosas pueden cambiar.

Jerez, bastión del monrealazo

En la primera edición del monrealazo, que se fraguó en 1997 y se consolidó a inicios del año siguiente, Jerez fue un factor importante; con la habilidad característica, el aun priísta Ricardo Monreal conquistó la conciencia de cientos de activistas, de diversas expresiones políticas y cuando apenas contendía por la diputación federal muchos le habían puesto desde antes la etiqueta de gobernador en la frente.

Recuerdo una reunión en una casa de la calle Constitución, donde luego de que Monreal hablara de la política en términos de mercadotecnia, un conocido ganadero le respondió que iban a ir con todo porque estaban convencidos de que tenían el mejor producto para ofertarlo a la sociedad; aunque finalmente en el proceso para renovar la gubernatura, la persona en mención no le dio su respaldo.

No basta el apellido

Ricardo Monreal externaba en cada ocasión su gusto por Jerez y su deseo de que si un día se retira de la política, el lugar en el que le gustaría vivir es la tierra de López Velarde; no sabemos si era un cumplido o simples cálculos aritmético-electorales, el caso es que como candidato a diputado federal y a gobernador y luego ya como mandatario estatal, prácticamente se la pasaba aquí, sus visitas oficiales a Jerez eran por lo menos dos veces al mes y muchas más para atender invitaciones de carácter personal.

Quizá por la importancia que reviste Jerez, es que se ve con cierta frecuencia al senador David Monreal, aunque viene mucho menos de lo que lo hacía su hermano y sus encuentros son sólo con la prensa, no con la sociedad, como lo hacía el ex gobernador. A Ricardo Monreal se le veía siempre rodeado por decenas de seguidores o colaboradores que llegaban en una caravana de vehículos; el ahora senador llega prácticamente solo, con una comitiva que cabe en un automóvil compacto y se le suma una o dos personas de Jerez, ni siquiera el famoso Chicharito, Javier Cabral Hernández, que se ostenta como dirigente del partido del trabajo en el municipio, se da su tiempo para recibirlo y acompañarlo en sus eventos.

Es un hecho que no basta con apellidarse Monreal para tener la simpatía popular y que al objetivo final le falta mucho más que un buen deseo.

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