Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

Los policías en tiempos electorales

Aunque se supone que los policías no son políticos y entre los personajes de la sociedad que deben mantener la condición de imparcialidad, son justamente los que más se obligan a ello, al menos los últimos presidentes municipales han considerado dentro de su estrategia triunfadora de campaña, sumar a una mayoría de ellos y sobre todo a aquellos que tienen alguna forma de liderazgo en la corporación.

La esperanza de que el nuevo sí les cumpla lo que el anterior les prometió es uno de los aspectos que los llevan a adherirse cada tres años con algún candidato en especial, aun a riesgo de perder su chamba u otras represalias; pareciera que no tuvieran derechos como el grueso de los ciudadanos
Pero igual, pronto viene el desencanto y tarde que temprano, se dan cuenta que las autoridades parecen estar cortadas con la misma tijera, sean del partido que sea.

No han recibido el retroactivo

Lo anterior viene a cuenta, por la inconformidad que priva en la Dirección de Seguridad Pública, ante el incumplimiento a una serie de compromisos que en su momento se establecieron y que en su mayoría tienen que ver con la percepciones de los guardianes del orden y es que –comentan con cierto desencanto–, no se ha hecho efectivo ni siquiera el pago del retroactivo en el incremento salarial, como ocurrió con los demás trabajadores del municipio, así es que menos tendrán la esperanza de que un día su salario pueda ser acorde a su desempeño, al tiempo que dedican a sus labores diarias, al riesgo latente y otros aspectos que los hacen diferentes al grueso de la planta laboral.

Un rubro siempre regateado

El regatear el recurso para seguridad pública, es algo que se vuelve sistemáticamente recurrente, sobre todo lo que tiene que ver con los servicios personales; siempre que se toca el tema de mejorar los salarios se habla de que se va a revisar el asunto y cuando por fin dicha revisión se hace efectiva, los incrementos son irrisorios y ampliamente superados por el poder adquisitivo.

En materia de equipamiento y uniformes, podría decirse que las cosas están un poco mejor, gracias a recursos federales como el Fondo Cuatro, que tiene como máxima prioridad la seguridad pública, aunque en realidad es para lo último que se destina y finalmente, las nuevas unidades, uniformes y el poco armamento y equipo que reciben, se los dan como si fuera un favor que les hace la parte patronal, no como una exigencia mínima que debería tener con sus subordinados y regularmente, sirven para que la autoridad en turno se tome la fotografía.

Que no sea sólo para apagar la lumbre

Es prudente reconocer nuevamente que el presidente José Manuel de Jesús Viramontes Rodarte, no se haya quedado con los brazos cruzados y decidiera buscar la manera de bajar recursos extraordinarios para el municipio, como los diez millones de pesos que este martes anunció en conferencia de prensa, provenientes del programa Subsidio para la Seguridad en los Municipios (Subsemun) y que sumados a 2.5 millones que deberá aportar el municipio, hacen una bolsa de 12 y medio millones.

Llama la atención dentro de la normatividad de este programa, el aspecto de profesionalización de los elementos, así como la dotación de armamento y patrullas, pero no queda muy claro el anuncio de que con este recurso se pretende homologar los salarios de los policías, para que estén a la altura de la media nacional; hay que mencionar que se trata de recursos etiquetados y el salarial no es un concepto que se considere en el esquema.

Pero seguramente deben haber encontrado algún resquicio para incluir el punto que como buen deseo es importante, ojalá no hay sido una salida para apagar un poco la inconformidad que es evidente en el grupo y que por fin haga realidad ese compromiso con los elementos, que tienen años esperando justicia en el bolsillo.

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