Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

La historia sin fin

Seguramente que la historia tiene un fin, pero nadie puede anticipar cuál será; lo que sí es seguro que quienes esperaban a su regreso de España, a una síndico sumisa por el desgaste político de que ha sido objeto, accesible por gratitud de haber conocido la Madre Patria, gracias al erario público, y orillada a volverse solapadora, parece que no será así, al menos en lo que denota su actitud inicial, en la que asegura que sus convicciones siguen firmes y el viaje no será de ninguna manera moneda de cambio ni medida de presión.

Por lo tanto, a esta telenovela de argumento impredecible y que sale de toda lógica en su trama original, le quedan muchos capítulos sorprendentes por lo inesperado y emocionantes, por lo inusual con respecto a las reglas no escritas de la llamada institucionalidad.

La prueba en el Inmuje

Correspondió hacer la prueba del regreso a la ex diputada local Sonia de la Torre Barrientos, la titular del Instituto de la Mujer Jerezana, quien seguramente ya no esperaba tener mayor problema en que la síndico viajera le firmara un documento  que, en calidad de urgente, debe enviarse para la gestión de recursos extraordinarios al Instituto, y que antes de su partida se había negado, por el hecho de que éste tiene un espacio para la firma de Samuel Berumen de la Torre, como secretario de Gobierno Municipal; sería como reconocerlo que sigue en el cargo, cuando ya está destituido –dijo en su momento–, y a su regreso se sostiene en lo dicho, pero ahora con la posibilidad de estampar su rúbrica, porque el documento ya no se puede sustituir, aunque tal vez con un escrito anexo en el que explica las razones de su firma bajo protesta.

Viejos paradigmas

Por supuesto, no nos parece mal que se rompa con viejos paradigmas que por años han llevado a una actitud entreguista que lejos de aportar en favor de la ciudadanía, frena todo desarrollo; vienen a la mente frases sin el mínimo de razonamiento como aquello de: “¿qué hora es? La que usted indique señor presidente”, o aquello de los cocodrilos voladores y peor aún, el “¿Dónde le firmo señor?”, situaciones que –se dice–, no son parte del vocabulario de Adriana Margarita, quien afirma estar con el munícipe, pero aclara que no será solapadora de nadie.

Lo que en todo caso nos parecería incorrecto y lamentable sería que contando con información tan seria como la que dice tener, se la guardara y –si este es  el caso–, la tenga disponible sólo para exponerla cuando las cosas se lleguen a complicar.

Se requiere claridad

Sería importante también que fuera más precisa y dijera a qué se refiere con “otras personas que también se fueron y nunca nadie dijo nada”; se habla suspicazmente de un supuesto viaje con gastos pagados al viejo continente, y si se señala que tampoco hubo permiso del Cabildo, la referencia tendrá que ser también un integrante del cuerpo edilicio, y si de pasada alguien (no la síndico) menciona las palabras luna de miel, no son muchas las bodas recientes al interior del cuerpo colegiado, pero el señalamiento tendría que ser más claro y, como dicen que decía mi abuelo, con los pelos de la burra en la mano.

Valdría la pena ser claros con la información en la que se evidencia nepotismo de algunos regidores que la han incomodado con sus declaraciones sobre el viajecito, de recursos mal aplicados y tantas otras cosas ¿Qué le detiene?

La pregunta sigue en el aire

La edil se sorprende de que la capacitación en España haya generado tanto ruido, que no dudamos, tiene su tinte político y hasta de envidia por parte de algunos que ya lo quisieran, aunque el sentido común lo hace ver como incorrecto.

De acuerdo con sus propias palabras, la funcionaria no sufría carencias antes de arribar al cargo de elección popular; nos consta que ha sido una profesionista muy chambeadora y tampoco pondremos en duda que los bienes que tiene le han costado trabajo y esfuerzo. Pero quizá el no haber sufrido la pobreza en carne propia le impida ponerse por un momento en los zapatos de aquellos a los que lesiona el hecho de saber de su  semana en la Madre Patria, con los recursos del pueblo, mientras que otros enfrentan diariamente una batalla por la sobrevivencia.

Al propio interior del gobierno hay reclamos como el de una trabajadora que cuestionó: ¿Por qué a mí no me pueden dar seguro social y a la síndico le patrocinan un viaje de 60 mil pesos a España? Y como dijera Napoleón (el cantante, no el revolucionario francés) aquella pregunta, sigue en el espacio.

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