Los Miserables

Juan GómezJUAN GÓMEZ

La comparecencia ante los congresistas zacatecanos del Secretario de Seguridad Pública, general Jesús Pinto Ortiz, siempre ha generado una expectativa tanto en la opinión pública como entre los medios de comunicación, por el escenario de inseguridad que hoy vive el estado y porque constituye en la actualidad, el “Talón de Aquiles” de la actual administración, aunque se deja de lado que también podría convertirse en su fortaleza sexenal.

La comparecencia del funcionario responsable de la seguridad de los zacatecanos en el estado no defraudó. En efecto, dejó una estela abundante de información que bien vale la pena analizar y abordar alguno de los temas que abordó, particularmente el relacionado con la presencia de las bandas del narcotráfico que se disputan la plaza en la entidad.

El diputado panista Luis Acosta preguntó al general Pinto Ortiz ¿porqué la Marina dejó de tener presencia en Fresnillo? Cuestionamiento que hizo reflexionar con profundidad al funcionario, originario precisamente de El Mineral, quizá recordando sus años de niñez y pubertad.

Fresnillo, mi tierra, la suya, la de varios de aquí (del congreso)…Fresnillo es Fresnillo, dijo de entrada un melancólico, Pinto Ortiz.

Pero de inmediato asumió su papel de responsable de la seguridad estatal y por ende, de la estrategia de la lucha en contra de las bandas del crimen organizado, para decir:

“Fresnillo es el corazón neurálgico del narcotráfico. La gente pobre de Fresnillo es adepta o es simpatizante del grupo de la última letra (del abecedario, la Z). La gente pobre, la gente miserable de Fresnillo. Es un problema muy fuerte que necesita de la prevención del delito de una inversión cuantiosa como en Ciudad Juárez. Necesita del apoyo de la población civil para que se solucione”. “En Fresnillo es el problema toral  (del narcotráfico) de Zacatecas”.

El término “miserable” causó escozor entre algunos de los diputados asistentes, pero el general Pinto Ortiz, desde mi punto de vista, no lo expresó como un concepto despectivo sino descriptivo para ilustrar un problema social y económico que es aprovechado por los líderes de los cárteles de la droga en el estado y en el país.

Y en efecto, lamentablemente es lo que está sucediendo en Zacatecas y en México, porque las bandas del crimen organizado reclutan en los barrios marginados, en las colonias paupérrimas a sus “halcones”, a sus distribuidores y gatilleros.

No es en las colonias exclusivas o residenciales en donde reclutan a la “carne de cañón”, ahí distribuyen o “lavan dinero” acaso, pero es en los barrios excluidos por la sociedad y los gobiernos, en donde tienen su caldo de cultivo para incorporar a jóvenes o menores de edad a este tipo de actividades ilícitas, pero que despiertan una expectativa –corta, por supuesto- de obtener poder y dinero.

Hace dos años entrevisté ampliamente al general Jesús Pinto Ortiz en su oficina de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno de Zacatecas. Me dijo en aquella ocasión que el crimen organizado se estaba convirtiendo en el “Robin Hood” en algunos municipios y comunidades,  donde llegaban con cualquier tipo de ayuda para ganarse el apoyo y la simpatía de la población.

Me comentó el secretario de Seguridad Pública que las bandas del crimen organizado secuestraban trailers con productos básicos, con comida, para regalarla entre la población más necesitada del estado. Ese es parte de su modus operandi para ganarse la simpatía, el apoyo de la población. Es una estrategia bien planeada.

El general Jesús Pinto Ortiz es un hombre de origen modesto, el se describe de la siguiente manera, cuando se le pretendió calificar de autoritario durante su comparecencia en la Glosa del Tercer Informe de Gobierno, la noche del martes 08 de octubre:

“La personalidad del que habla, de origen humilde en Fresnillo, Zacatecas, soldado militar desde los 15 años en el Colegio Militar, creo que da la modestia necesaria para jamás darle apoyo a un autoritarismo”.

El Secretario de Seguridad Pública –y no lo advirtieron los “agudos” diputados, seguramente- fue poner el dedo en la llaga sobre el problema de fondo del crimen organizado: la pobreza zacatecana.

El crecimiento de la depauperación de grandes sectores poblacionales a causa de la falta de empleo, de crecimiento industrial, de falta de desarrollo de un estado que lamentablemente no ha podido crecer integralmente, generan condiciones para que las bandas del crimen organizado lleguen con grandes cantidades de dinero a ofrecer el efímero sueño del poder.

El reto de la actual administración no solamente es contener con equipamiento, armamento, capacitación; construcción de cuarteles militares o Unidades Regionales de Seguridad (Unirse), sino con la generación de condiciones para obtener un empleo bien remunerado y por supuesto, con recursos para la educación.

Sin embargo lejos de analizar el contenido y sentido de la expresión “miserables” al referirse a la población marginada de Fresnillo, se rasgaron las vestiduras para adoptar la descalificación simplona para atacar al responsable de la seguridad en el estado.

Por cierto en este tema, el de la estrategia de la seguridad pública, tiene varias aristas, efectos, debilidades y contradicciones, que abordaremos en otra ocasión, porque el reguero de muertos y secuestros siguen brotando como hongos en el estado, lo que nos dice que aún estamos inmersos en un fenómeno que no ha podido ser contenido y menos aún evitado en Zacatecas.

Al tiempo.

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