El pacto (Amenazas y oportunidades)

Pedro de León MojarroPEDRO DE LEÓN MOJARRO *

Senadores del PAN y del PRD, anunciaron en días pasados que en fechas próximas presentarán una propuesta de Reforma político electoral, al margen del Pacto por México (PM), “no estamos en contra del pacto, sino ejerciendo nuestro derecho a legislar” dijo Miguel Barbosa. El anuncio levantó ámpula entre los dirigentes del Pacto, no era para menos.

La agenda anunciada por los legisladores incluye 30 temas, de entre los que destaco, la eliminación del fuero, la ley reglamentaria de candidaturas independientes, la ley de propaganda gubernamental, la autonomía  constitucional para la PGR, la ley de Partidos, el cuarto nivel de autoridad, la reelección legislativa y de autoridades municipales; la revocación de concesión de radio y televisión cuando el medio intervenga ilegalmente en campañas electorales; son entre otras propuestas que explícita o implícitamente están contenidas en los 95 puntos del pacto, incluidos los del adéndum firmado en últimas fechas.

Sin restarle importancia a la propuesta, me temo que lo más importante de la iniciativa de los senadores no es el contenido de lo presentado, sino más bien el llamado de atención a ser incluidos como actores en la agenda de los acuerdos.

¿Cuáles son en este momento los tres principales problemas para el tránsito sosegado de los acuerdos del pacto? Básicamente serían tres de carácter general, más los que se acumulen sobre el proceso mismo de discusión, según la especificidad de cada uno de los temas.

Primero el de la representatividad. Evidentemente a estas alturas queda claro que es necesario ampliar la participación a nuevos actores de partidos, las cámaras de diputados y senadores y de algunos ciudadanos, como sería el caso del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en el tema de la reforma energética, por citar un ejemplo.

Según los estudios de opinión, a la fecha el Pacto ha logrado carta de naturalización, esto es, la aprobación mayoritaria de la ciudadanía, su agenda es incuestionable porque engloba prácticamente la totalidad de plas propuestas que los partidos hicieron en el pasado proceso de elección federal; no obstante, lo que más se reclama es que el círculo de discusión es bastante reducido.

Segundo, el proceso electoral en las catorce entidades. Los hechos de Veracruz demuestran el riesgo latente de conflictos y desacuerdos que evidentemente pudieran dejar en segundo término la agenda del Pacto; estos riesgos son consustanciales a nuestro todavía incipiente proceso democrático y, no obstante lo logrado por los partidos de oposición en los puntos del adéndum al Pacto son verdaderamente trascendentes, pero no sólo eso, si se le da curso a la reforma política propuesta por los Senadores, podría avanzarse prácticamente de manera definitiva en lograr un sistema electoral trasparente, equitativo y justo, tanto para partidos como para ciudadanos.

Tercero, las reformas. Particularmente la energética y la hacendaria, que por sí mismas son de carácter estructural y si son de a de veras, esto es si van al fondo, van a trastocar varios intereses creados, sobre todo la hacendaria, mismo que más allá del IVA, lo estructural es como varios lo han definido, que pague más quien más gana

De ahí la importancia de avanzar lo más rápido posible en acuerdos que permitan dar seguridad y confianza a los actores. El pacto no es para ver quién sorprende a quién, sino para verdaderamente lograr los acuerdos que México necesita, más allá de los legítimos intereses de grupos y partidos.

Los acuerdos logrados dan cuenta de que en las Reformas y los acuerdos, como lo han dicho varios analistas, gana el gobierno, ganan los partidos pero, sobre todo, gana México y precisamente de eso es de lo que se trata: de ganar-ganar, de lograr acuerdos que permitan la transición al México del siglo XXI.

Y con estos acuerdos, aprovechar la coyuntura internacional muy favorable para nuestro país, pero sólo a condición de que seamos capaces de ponernos de acuerdo al interior para aprovecharla en su máxima expresión.

No hay duda, como ya se ha dicho, México está en la antesala de recuperar un crecimiento sostenido mínimo del 5 por ciento anual. ¿Será mucho pedir que nos pongamos de acuerdo y con esto acceder al ansiado bienestar?

PD. Michoacán, ¿estado fallido? Esperemos que no, eso lo vamos a ver en las próximas semanas, una vez que tengamos los resultados del ejercicio de autoridad urgente y necesario, iniciado tanto por el gobierno federal como por el estatal el pasado martes. Ya era tiempo y lo que falta.

Correo: [email protected]

Facebook: Pedro de León Mojarro

Twitter: @Pdeleonm

*Coordinador de Delegaciones de la SEDESOL

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