Crisis vocacional sacerdotal por desconocimiento de Dios: Alvarado

Por Benny Díaz

Aguascalientes, Ags.- “No se puede amar lo que no se conoce, y cada día hay más desconocimiento de Dios entre los jóvenes; por lo tanto no sienten el deseo de ser sacerdotes, porque cuando se elige una carrera es porque se tiene vocación y se ama a lo que uno se va a dedicar toda su vida”, dijo en entrevista exclusiva para www.lasnoticiasya.com el vocero de la Diócesis de Aguascalientes, Carlos Alberto Alvarado Quezada.

A unos días de que inicie la promoción de “Febrero, mes del seminario”, el sacerdote reconoció que son “pocos los jóvenes que ingresan a prepararse para dedicarse al presbiterio; pero estamos ante una sociedad cada vez más secularizada y desgraciadamente ahora las madres de familia ya no se preocupan, ni se ocupan, de inculcar a sus hijos desde pequeños el amor a Dios, el hablarles sobre Él, su amor infinito, tampoco hay un lugar especiar para Nuestro Señor en las familias; ahora se vive en hogares donde todos están dispersos u ocupados en todo, menos en estrechar los lazos familiares y cultivar valores y amor”.

Reconoció que la Iglesia también tiene que hacer su parte en la Evangelización, “pero no es posible cuando desde los padres de familia hay una decidia tan grande que ni siquiera los domingos van a misa. Es triste ver como en las misas dominicales cada vez son menos las personas jóvenes que acuden, pocas familias, y las que van, es porque casi siempre son los abuelitos los que los llevan”.

Alvarado Quezada aseguró que “muchos pueden sentir el llamado al sacerdocio, pero ni siquiera reconocerlo. Por eso es importante que las nuevas generaciones se acerquen a la iglesia, que conozcan el Evangelio, que tengan una relación estrecha con Nuestro Señor Jesucristo, porque trabajar para Él no es cualquier cosa: hay que tener una convicción muy firme y sentir verdadera pasión por el entregarse a los demás como Él lo hizo”.

Negó que hayan disminuido las vocaciones por los escándalos de pederastia en la Iglesia Católica.

“Claro que hay sacerdotes que se equivocan y hacen cosas indebidas, pero si nos ponemos a analizar cuántos somos en el mundo, es un número reducido los que cometen estas graves faltas. Como decía hace un rato: Para ser sacerdote se necesita amar profundamente no solo a Jesucristo, sino servirlo con todo tu ser, tu alma y tu corazón… por eso hay también quienes se quedan en el camino y abandonan el seminario antes de concluir, porque se dan cuenta que no tienen esa pasión para entregarse al servicio Dios”.

Para concluir, dijo que “en este año de la fe, no sólo los sacerdotes, sino todos los cristianos del mundo debemos pedir que ilumine al mundo, que abra los corazones de piedra y siembre el amor, la paz, la comprensión y la tolerancia entre todos, porque no sólo hay crisis en las vocaciones sacerdotales, sino en todos los ámbitos y todos debemos de poner lo que está en nuestra parte si queremos que el mundo cambie”.