Revalorar la Política: El uso de la fuerza pública y la Ley

JUAN GÓMEZ *
En los últimos meses el gobierno de Zacatecas ha enfrentado una serie de conflictos sociales, movilizaciones, bloqueos a calles, plantones y protestas de distintos sectores de la población, lo que pone a prueba la capacidad de toda administración para resolver los problemas.
Si la inseguridad que se vive actualmente, como dicen las autoridades locales, es un problema nacional en el que Zacatecas no es la excepción, de la misma manera todos los gobiernos tienen su problemática y por supuesto que tampoco la entidad es la excepción.
El meollo del asunto es cómo lo resuelven los gobernantes, cuáles son los recursos que utilizan para ello y quiénes son los actores que participan.
¿La administración actual cómo los ha resuelto?
El plantón en la Plaza de Armas que duró 39 días fue resuelto con  la fuerza pública, con un grupo de antimotines que llegaron durante la madrugada a la explanada y los conminaron a salir. Fue una acción inhibitoria, ciertamente, pero ¿Alguien no cedería cuando está frente a un grupo de policías armados con toletes y gas lacrimógeno?
Las movilizaciones en el bulevar Adolfo López Mateos también han sido resueltas liberando órdenes de aprehensión en contra de líderes sociales.
En ambos casos los instrumentos son la fuerza pública y la utilización de la Ley.
La actual administración está recurriendo más a los instrumentos de represión que a los de la negociación y concertación política, lo que denota que a dos años y dos meses del actual gobierno, se registra un agotamiento para enfrentar la problemática social de la entidad.
El estado de ánimo ya no es el mismo que prevalecía aquel 12 de septiembre de 2010, cuando el gobernador Miguel Alonso Reyes rindió protesta cuando dijo: “Construiremos un gobierno que revalore y respete la política, para que ésta nos sirva como instrumento fundamental para alcanzar la armonía entre todos los ciudadanos”.
Es precisamente el momento de revalorar la política como instrumento de solución a la compleja problemática que a veces se muestra en distintos ámbitos, en lo social, en los partidos políticos, en la economía, en la cultura, en el comercio.
Ciertamente existe un responsable de la política doméstica en la investidura del secretario general de Gobierno, en donde el ingeniero Esaú Hernández Herrera sufrió un fuerte desgaste a causa del aislamiento en el que se vio inmerso primero y después rebasado por la fuerza de los conflictos.
Sin embargo, Hernández Herrera no utilizó a los grupos antimotines para resolver los conflictos que se le presentaron.
Hoy el actual secretario, Francisco Escobedo Villegas, resuelve las movilizaciones y plantones con el último recurso que tiene a la mano cualquier gobierno, cuando está frente a una situación que se puede ir fuera de control, ante una emergencia que pone en riesgo la estabilidad social y la seguridad: el uso de la fuerza pública.
Por otro lado, el Ejecutivo del estado no ha podido construir una relación directa con la bancada priista en el congreso, con quien se ha lesionado una relación, a causa de la falta de identidad y confianza que prevalece con un sector del partido que le dio el registro para hacerlo triunfar en la elección del 2010, en la que logró 284 mil 237 votos, la captación electoral más cuantiosa en la historia política del estado.
¿Cuándo fue la última ocasión en la que el gobernador Miguel Alonso Reyes se reunió con su bancada legislativa?
Con la bancada priista ha faltado diálogo, acuerdos y sobre todo información para proponer reformas e iniciativas legislativas, que llegan elaboradas por los hombres de confianza del mandatario, pero en las que mayoritariamente no son convidados y menos informados los legisladores de su bancada en el congreso local.
Es el momento de reflexionar sobre los resultados en la solución de la problemática político-social y evaluar a los actores que han participado, a los responsables de mantener los equilibrios y los acuerdos, más allá de afectos y simpatías; más allá de famas efímeras y de identidades en proyectos políticos pasados.
Hoy lo que cuenta son los resultados.
Miguel Alonso Reyes deberá reflexionar sobre aquellas palabras que pronunció aquel 12 de septiembre, cuando plasmó sus convicciones y compromisos de cara a la sociedad y a los actores políticos en donde también participa la oposición:
“Creo en el valor de la palabra…
Creo en el diálogo…
Creo en el respeto y la tolerancia…
Creo en los acuerdos…
Creo en la unidad…
Creo en la política… creo en Zacatecas”.
Es el momento de revalorar y respetar la política, porque el endurecimiento y el autoritarismo ha cobrado factura muy cara a sus antecesores.
Aún se recuerda en Zacatecas, cuando el gobernador Arturo Romo Gutiérrez utilizó la fuerza de su jefe de la Policía Judicial, Pedro Eliel Carmona Calosi, para amedrentar a la oposición, para montar un operativo durante la salida de Carlos Pinto Núñez ,de la Procuraduría de Justicia del Estado.
El desgaste social y mediático fue devastador.
Lo duro, se quiebra.
Al tiempo.
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