Navidad 2012

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CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID *

Esta es una época que siempre se presta para reflexionar sobre los logros obtenidos en lo individual y en lo social. En este marco de armonía quiero invitarlos a analizar la situación que se vive en el país. En esta fecha en que la característica es la de convivir, sobretodo compartir en torno a una cena, en la que la familia se reúne para dialogar e intercambiar regalos, no todos podrán disfrutar ni ser felices.

Llamo a cada uno y cada una de ustedes a que en este periodo mercantilista, que nos invita a comprar para “regalar” objetos materiales, no nos olvidemos de aquellos que esta noche no tendrán un bocado que llevarse a la boca. Tampoco podrán recibir ni regalar nada. Se trata de 52 millones de personas, el 46 por ciento de la población mexicana, que vive en situación de pobreza, según datos de las Naciones Unidas. Ellos no tienen mucho que celebrar.

No se trata de amargarle la Navidad a nadie. Se trata de que no nos olvidemos de los que menos tienen. Recordemos que uno de nuestros compromisos como sociedad es trabajar por lograr verdaderamente la igualdad de oportunidades, la distribución equitativa de la riqueza, acabar con los rezagos sociales y generar empleos que permitan a casi la mitad de nuestra población cubrir sus necesidades básicas.

No cerremos los ojos a esa realidad que nos lacera en México. No olvidemos que tenemos muchos retos que enfrentar, en especial si reconocemos que los esfuerzos gubernamentales hasta ahora no han sido eficientes para detener el aumento de la pobreza extrema, que, según cifras oficiales, crece.

Construir pisos firmes y darles láminas o despensas a las familias que viven en pobreza extrema no cambiará su situación. Es obligatorio proporcionarles estudio y fuentes de trabajo. Sólo así revertiremos la difícil situación económica y de pobreza que vivimos. Tenemos un país donde el desempleo oscila en el cinco por ciento, con 2.5 millones de desempleados.

En esta nación laboran en la economía informa más de 14 millones de habitantes, es decir, 26 de cada 100 mexicanos se ganan la vida en esta actividad que no paga impuestos, no genera división del trabajo, no da seguridad laboral y tampoco cuenta con tecnología de punta.

La pobreza de los mexicanos se debe también a que, por ejemplo, en el 2012 las líneas de ingreso de la población vulnerable fue de mil 120 pesos mensuales en el entorno urbano y de 798 pesos, en el rural. Con esos recursos las familias a penas si pueden comer, de ahí que la pobreza alimentaria sea preocupante.

Necesitamos trabajos permanentes y bien remunerados; así como entregar apoyos para la creación de empresas o el fortalecimiento de la actividad agrícola, de la que sobreviven millones de personas.

Propongo que esta noche, al estar sentados todos a la mesa, en familia, y reflexionando sobre los millones de mujeres, hombres, niños y ancianos que no tienen nada que comer o están padeciendo frío, uno de nuestros propósitos sea, desde lo individual, aportar nuestro trabajo y esfuerzo por mejorar la situación general de México.

Si cada uno desde nuestra trinchera hacemos lo mejor para nuestras familias, nuestra sociedad y el país, estoy seguro que podremos tener un México mejor, equitativo y de progreso y así todas las familias mexicanas podrán tener una Feliz Navidad.

*Representante del PRD ante el IFE.
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