Carta a EPN con copia a FCH

GERARDO DE ÁVILA GONZÁLEZ *

Está entrega, la número 100, aparecerá publicada en El Diario NTR, un día antes de que a Enrique Peña Nieto le coloquen la banda presidencial, de que proteste como el Presidente Constitucional de los Estado Unidos Mexicanos número 85, el más alto honor para cualquier mexicana y/o mexicano bien nacido.

Señor presidente Peña Nieto:

En unas cuántas horas, es probable, que conozcamos como sociedad, a través de su discurso, el cómo, el cuándo, el dónde y el con qué pretende solucionar los problemas estructurales que aquejan a México y de paso los compromisos que asumió como precandidato. Comenzar bien es importante…

La primera interrogante que aflora es: ¿Regresa también el presidencialismo?

Me dirijo a usted, sin el afecto pero con respeto, porque sólo lo conozco como figura pública. A pesar de que pensamos diferente soy un ciudadano razonable que ama a nuestro entrañable país. De callar nos hemos arrepentido algunas veces, pero de decir las cosas, nunca. Le deseo suerte, la va a necesitar.

Segunda interrogante: ¿Gobernará señor presidente para todos y todas?

Quien le escribe estas sencillas líneas, es uno de los millones de mexicanos que -no votó por usted-, por una simple razón: no debió prestarse a los poderosos intereses de los llamados grupos de presión, Televisa por ejemplo. Fue desigual la jornada electoral, como desigual el apoyo hacia otros contendientes.

Otra pregunta ¿Será desigual el trato hacia quiénes no votamos por usted?

Represento a la generación que nació bajo el discurso oficial de que estamos en crisis económica. Tengo 47 y hasta la fecha escuchó lo mismo. Fui educado bajo el valor del respeto hacia los demás y hacia las instituciones, pero también con la enseñanza de señalar las cosas cuando no se hacen bien.

Siguen las preguntas: ¿Será un presidente abierto a la crítica responsable?

Como mexicano, me cuesta trabajo aceptar que usted es y será el presidente de México por los próximos seis años, pero admito que ganó en las urnas, no muy democráticamente que digamos, pero ganó. Un sector de la población de este país así lo determinó y tenemos que respetar esa decisión.

Otra duda: ¿Aplicará las viejas prácticas para gobernar?

Señor presidente, -a pesar de los pesares-, merece el beneficio de la duda. Nos queda claro, que si le va bien a su gobierno que inicia le puede ir bien a México, en especial a los más de 60 millones pobres. Por eso le deseo suerte.

Tiene pues el beneficio de la duda…

Frente a usted, tiene enormes retos y desafíos, todos, complejos que tendrá que sortear, esperemos que esté a la altura para resolverlos, pero gobernando para todos, incluyendo a los que no votamos por usted.

Como mero antecedente, la represión, la persecución, la corrupción, la tortura, la impunidad, el influyentísimo, fueron rasgos distintivos de los gobiernos de extracción priista, sólo esperamos que el nuevo gobierno no emule las cosas del pasado. México ya es otro. La sociedad no le permitirá. Cuidado.

¿Erradicará estas viejas prácticas que insultaron a la sociedad?

Quisiera decirle más cosas que nos preocupan, como a millones de mexicanos pero el espacio no lo permite.

Por cierto, recorrí hace unas horas las cercanías a la Cámara de Diputados (San Lázaro) y veo que es una fortaleza ese edificio que alberga a los representantes populares que le han fallado a México. Dicen los clásicos, que del tamaño del operativo es el miedo. Ciertamente, se rectificó pero sigue el cerco.

¿Volverán los tiempos de represión, dominación, de control excesivo?

Cuidado. Reza un refrán popular: “Quien empieza mal termina peor”. Sino nos cree, pregúntele a Felipe Calderón. Y aunque estas líneas no las leerá usted, lo expresado aquí y mucho más en lo que está pensando el pueblo de México.

“Yo no voté por usted”, pero sinceramente le deseo pues. México requiere de un buen gobierno. La alternancia estará a prueba una vez más.

Para el anecdotario:

1) Adiós ex presidente Felipe Calderón Hinojosa. En su conciencia se lleva los cerca de 100 mil muertos, -entre buenos y malos-, los más de 40 mil desaparecidos, el repudio de las víctimas, producto de una guerra que el pueblo mexicano nunca pidió.

En su conciencia se lleva también la pobreza, la desigualdad, la falta de empleo, la irritación de una sociedad secuestrada por el miedo por una guerra con el crimen organizado, sin medir las consecuencias. Pero ya, terminó parte del martirio, afortunadamente.

Adiós pues al sexenio de la muerte. Al sexenio de la intolerancia. Al sexenio de la deshumanización. Al sexenio del repudio y el odio. Al sexenio de la sordera. Al sexenio perdido. Al sexenio de la irracionalidad. Al sexenio de la criminalidad.

En descargo de usted Felipe Calderón, de las acciones que hizo bien, -que las hubo-, éstas, simplemente quedaron reducidas a nada, ante los ríos de sangre, producto de la criminalidad. Sino cómo explicar el resultado electoral. ¿Habrá lugar dónde se pueda refugiar?

En suma, yo tampoco voté por usted”… Ahora a recoger lo que sembró…

Es mi opinión.

(*) Periodista.

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