Cosas del periodismo mexiquense

RAÚL MANDUJANO SERRANO

Cosas del periodismo mexiquense.- Ya en los últimos días de la Pascua católica y del relax vacacional con la familia, el mensajero de los evangelios informativos se topó con la noticia de que el pasado 11, los periodistas mexiquenses festejarían con una ceremonia los 200 años del otrora pasquín revolucionario denominado El Ilustrador Nacional, ejercicio de un mes y 6 números impresos de un activista independentista de nombre José María Coss. El pretexto sirvió igualmente para conmemorar a los comunicadores de la entidad en la antigua Villa de Sultepec, allá por los rumbos sureños del Estado. El resultado… Mmm bueno, algo de desconcierto e inconformidad quedó en las estructuras subcorticales del hipotálamo de los periodistas.

Lo cierto es que la convocatoria del buen Pepe Nader, a la que debe hacer un amplio reconocimiento el hacedor de los dogmas editoriales, tuvo, más allá del esfuerzo por reunir a varios cultos (y otros no tanto) del medio, la egregia de colocar la semilla de lo que pronto será un espectáculo de las noticias. Habla el amanuense de una revolución de los medios, del entendimiento sin estrellitis y de la profesionalización para crear un espectro informativo de calidad. Así que más que una simple ceremonia de esas a las que muchos van y encabezan en forma cotidiana y aburrida, esto era una reunión de reporteros, de esos que escriben diariamente la historia de este tembloroso país.

Horas después, en la calurosa capital mexiquense, otros informadores se congregaron en una taberna local de nombre muy berbiquí para convivir. Y fue prodigiosa la cita. Pero habría que entender los sentimientos de los comunicadores cuando no hay reconocimiento a lo que hacen y crean pero, ¿quién podría comprenderlo si no un periodista?

Viene a la memoria del escribano de los pulpitos irreverentes una máxima de Francisco Martínez de la Vega: Una crítica política abierta a todas las corrientes ideológicas, sin censuras ni conveniencias, puede ser un factor de garantía de reformas progresistas, de evolución conveniente, sin choques tempestuosos ni irresponsables vehemencias. Alcanzar esa función es la más noble aspiración del periodismo político.

Simple y llanamente, que se queden afuera los resentimientos y florezca la emoción de escribir. Ya lo decía Alejo Carpentier: El periodismo es una maravillosa escuela de vida. Aprendamos de su existencia. Felicidades a todos los periodistas.

Colofón: Mucio Gómez, ahora si por Tenancingo

Resulta que en esta etapa de las marañas electorales, quedó en la memoria de los ciudadanos tenancinguenses un marcado resentimiento hacia su ex alcaldesa, doña Tanya Rellstab, situación que llevo a la izquierda de ese florido municipio, integrada por los partidos del Trabajo, de la Revolución Democrática y Convergencia, a conformar una agrupación unida para enfrentar los comicios del próximo 2 de julio. Crearon el Partido Movimiento Ciudadano que formalizó el registro del tribuno y extraordinario amigo, Mucio Gómez López, como precandidato a la Presidencia Municipal para el trienio 2012-2015.

La determinación de enviar por segunda ocasión al periodista a contender por la alcaldía no fue treta del azar, sino de una encuesta ciudadana que reconoce e impulsa a Mucio, quien además de apoyar a sus paisanos desde las paginas de su medio y visitando comunidades para respaldarlos, ahora lo hará desde la silla edilicia. Sería un sensible alcalde, no cabe duda. Se trata de alguien que nació y creció allí, que camina desde abajo y nunca ha agachado la cabeza para plantearse objetivos. Las definiciones están cerca y Tenancingo parece tener una oportunidad inmejorable para resolver muchos de sus problemas.

Enhorabuena y suerte para un maestro del periodismo y, sobre todo, de este humilde amanuense del Sótano.

La del Estribo: Por eso no hay que decir mentiras

Platica el buen Chucho Ruiz, que en cierta ocasión se aprestaba a salir a una fiesta con su esposa, motivo por el cual prendió la lucecita de noche y la contestadora. Tapó la jaula del perico y sacó a Pelusa al patio, una gata traviesa que adorna su hogar. Pidió un taxi al sitio más cercano por si regresaba con aliento alcohólico (clásico en él) y cuando la unidad llegaba y ellos se aprestaban a salir, la gata que estaba en el patio se metió como bólido a la casa. Chucho cuenta que no pueden dejar al felino dentro porque ataca al perico con pasmosa voracidad, por lo que se regresó a atraparla mientras su mujer entraba al taxi. Ella, para no ridiculizar al Peperucho de su marido por el argumento del gato y para que éste no se enterara que la casa quedaba solo, le dijo al chafirete: Mi marido viene enseguida, sólo subió a despedirse de mi mamá. Minutos después abordó Jesús el carro: Perdón por la tardanza. La cabrona estaba escondida debajo de la cama. La tuve que picar con un gancho de ropa para que se saliera. Trató de escapárseme pero la agarre por el cuello y la tuve que envolver con una cobija porque la desgraciada me quería rasguñar. ¡Pero funciono! La arrastré de la cola por las escaleras y la aventé al patio… Los ojos de mi mujer estaban desmesuradamente abiertos, mientras que el taxista descontrolado chocó contra un carro que estaba estacionado… Hasta otros Sótano.

* Periodista

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