Operación Pastorius en San Lázaro

RAÚL MANDUJANO SERRANO*

Va desde este umbral sotanero un abrazo inmenso y mi felicitación a Yola Gutiérrez por esos 15 añitos de Foro 10/25, enhorabuena y si necesitas chambelanes, aitoy!!

Operación Pastorius en San Lázaro.- Allá por 1940, Adolfo Hitler y sus mandos de la Wehrmacht, estudiaban en su búnker si su imperio les permitiría someter a dos potencias como la Unión Soviética e Inglaterra. En junio de ese mismo año pusieron en marcha las operaciones León Marino y Barbaroja e invadieron a estas naciones. El desenlace fue otra cosa. La historia –cuenta el hacedor de las crónicas sotaneras-, puso al descubierto el umbral de la maniobra militar más codiciada durante la Segunda Guerra Mundial: El espionaje.

México no escapó a la esquizofrenia alemana. La Oficina Central de Seguridad del Reich, encabezada por Reinhard Heydrich, investigaba el potencial de Norteamérica y así acabar con la resistencia al otro lado del Atlántico. El objetivo era conocer el potencial de Estados Unidos, los  movimientos navales de su flota y estrategias militares. Heydrich escogió a México como centro de espionaje pero, además, Hitler y Göring tenían otro plan, el de aprovechar los yacimientos petrolíferos mexicanos. El presidente Lázaro Cárdenas le vendió petróleo a Hitler, a la Italia fascista de Mussolini y al Japón del emperador Hiroito, como medida para salvar su decreto de expropiar el energético a las empresas británicas, holandesas y estadounidenses.

Cuando Cárdenas ordenó la nacionalización del petróleo el 18 de marzo de 1938, Gran Bretaña y los Estados Unidos boicotearon a México y exigieron a sus aliados no comprar crudo a Petróleos Mexicanos, la recién creada empresa de Cárdenas, Hitler y Mussolini  salvaron a la paraestatal. El combustible mexicano que recibía la Alemania nazi, era procesado en las refinerías de Hamburgo, donde se producía el carburante que utilizaba fuerza aérea germana.

Tata Lázaro sabía que era utilizado como centro de espionaje, pero le convenía a sus intereses económicos. Tan así que cCuando arribó al país Georg Nicolausel país se encontraba electoralmente convulsionado. Peleaban por la presidencia Juan Andreu Almazán y Manuel Ávila Camacho. La Gestapo, a través de Edgard S. Weisblat vulneró los escenarios políticos Más tarde, fue una mujer la espía. Una actriz enviada directamente por el poderoso Dr. Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda del Tercer Reich, Hilda Krüger, quien a menos de dos meses de haber llegado ya tenía entre sus amantes a dos altos funcionarios del gabinete de Ávila: el Secretario de Gobernación Miguel Alemán Valdés y el subsecretario de Finanzas Ramón Beteta.

Y chéquese esto, muy apreciable seguidor de las fábulas del vodevil, según el servicio de inteligencia estadounidense, Krüger «viajaba a la ciudad de Toluca» con Alemán Valdés y al puerto de  Acapulco con Beteta. Los agentes estadounidenses que la vigilaban informaron que Hilda Krüger también tenía relaciones con el Canciller Ezequiel Padilla y el general Juan Andreu Almazán. A esto le denominaban Operación Pastorius.

Hace unos días, el presidente de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta, afirmó que el órgano legislativo entregó a la PGR elementos “fuertes y sólidos” para acreditar que se estaban escuchando y grabando conversaciones telefónicas de diputados de diversos partidos, incluido él mismo y su correligionario Armando Ríos Píter, y llamó a esto un ataque al Poder Legislativo pero, para guardar la secrecía de la investigación los elementos de prueba no serían exhibidos a los medios de comunicación. ¿Le digo algo? Dan risa. Espionaje el que le platiqué. Éste, el promovido por el PRD, en mi pueblo le llaman jaladas de guajolote…

Colofón.- Taxistas ratas

El kamasutra de las posiciones editoriales viajó ayer un tanto incomodo en un taxi viejo, sin tapetes en el piso ni música. Su conductor tenía el cabello seboso y con caspa. Los asientos los cubrió con cobijas y no existía ninguna acreditación de chofer, menos taxímetro. El amanuense se dirige del centro de la capital del chorizo verde a su domicilio. La cuota regular era de 30 pesos, al menos hasta hace un mes porque, repentinamente hoy, los cobros van desde 50 a 70 pesos. Hablamos de incrementos del 70 al 110 por ciento. Un auténtico atraco –piensa-. El argumento de los chafiretes es que la gasolina ha subido y todo sube. Veamos, según estadísticas del Banco de México, hasta noviembre del 2011, el litro de gasolina se encontraba en 9.06 pesos el litro. En enero del 2012 alcanzó un precio máximo de 9.90, es decir, en un mes subió 84 centavos ¡¡casi un peso!! Entonces ¿por qué chingados los taxistas le suben a sus tarifas de 20 a 40 pesos? Se quejan de qué subieron las llantas y refacciones, la comida y pues ni modo, tienen que subirle pero, y quienes no podemos aumentarnos el sueldo cada vez que se nos antoje ¿qué hacemos? Ya basta pinches ratas, al menos tuvieran carros bonitos…

En la palestra: Cortesía o burro-cracia en el Suteym

El secretario general de los burócratas mexiquenses Omar Velázquez Ruiz, convocó a los medios de comunicación a un tentempié de convivencia. Es bueno eso pero… De los asistentes, a ninguno conoce el bodeguero del Sótano. ¿Será que su jefe de prensa, un tal Toñito sabe de medios lo que un carnicero de periódicos? Parece que la imagen del líder suteymista será de ese tamaño. No es que al escribano se le antojara desayunar chilaquiles, empero, al menos como cortesía invita ¿no cuate?…

La del estribo: La cosa más rápida entre los periodistas

Resulta que las charlas de los periodistas de Toluca cuando botanean en un antro a veces son sustanciosas, otras aburridas y unas más me hacen reír. A penas la semana pasada, entre guisados del día y cervezas, Jesús Ruiz dijo: “Creo que la cosa más rápida del mundo es el rayo. Cuando cae del cielo, baja tan rápido que ni lo ves. Yo creo que la cosa más rápida es la luz –dijo José Emiliano Montiel- porque cuando llegas a tu casa y le aprietas el interruptor para encenderla, pulsas y al instante, sin darte cuenta esta encendida. Ni tardo ni perezoso, Adrián Ojeda sentencia: “Pues yo creo que hay otra cosa más rápida que el rayo y la luz, la diarrea. Una noche estaba en el campo y de pronto se me retorció el estómago. Salí para mi casa como un rayo y cuando encendí la luz… ya me había cagado”…Hasta otro Sótano.

* Periodista

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