Un PRD con visión de Estado

Para todas y todos los ciudadanos es claro que en México no queremos volver al régimen del PRI, que durante décadas gobernó a la nación sin ofrecer una verdadera alternativa. Los sexenios priistas estuvieron caracterizados por la herencia del poder, devaluaciones, saqueos, robo a las arcas públicas, intolerancia, corrupción y asesinatos, entre muchos otros males.

Hoy, ante esa inconformidad generalizada que vive el pueblo, en la izquierda mexicana debemos aprovechar la oportunidad que el próximo año habrá para renovar la presidencia de República, presentando un proyecto de nación viable, que atienda las necesidades sociales históricas, pero sobre todo que permita la construcción de un acuerdo nacional de unidad, en el que estén incluidas todas las expresiones partidistas, ciudadanas y organizadas; es decir, donde quepan todos los queremos un cambio y un mejor futuro para México.

En ese contexto, se debe hacer un gran pacto nacional que logré aglutinar todas las fuerzas y que además evite el regreso del viejo régimen priista, donde ya no sólo vemos a los dinosaurios, sino que ahora llegan los “bebesaurios”. Tampoco queremos volver al neoliberalismo, que demostró su ineficacia al generar millones de pobres.

Actualmente, para el 2012 en México tenemos sólo dos escenarios posibles:

1.- Que en las urnas la ciudadanía respalde una amplia coalición, cuyos ejes centrales sean la pluralidad para enfrentar y dar salida a la crisis económica, política y social del país, con un gobierno de unidad nacional, acompañado de un programa para el cambio, con propuestas concretas de solución a los problemas nacionales, participación ciudadana, respeto a los derechos humanos y una real rendición de cuentas.

Este es el mejor escenario posible, el que nos conviene y debemos trabajar para obtener el respaldo en las urnas.

2.- Que por hartazgo la ciudadanía respalde el regreso al autoritarismo y la restauración del viejo régimen del PRI, que provocará mayor desigualdad social y limitará los avances democráticos del país, insuficientes pero existentes.

Ese sería el peor contexto, en el que ya no queremos caer y por el cual para la izquierda llegó la hora de la unidad nacional, en apoyo de un proyecto de transformación, que no sea en torno a candidatos presidenciales ni legislativos, sino de un nuevo proyecto plural.

Para la izquierda no hay vuelta de hoja: sumemos a todos los actores sociales, políticos, ciudadanos, organizados, independientes, a quienes están buscando el bien del país y no los intereses propios o de grupos.

No es cierto que el PRI va directo a la presidencia. No nos traguemos ese cuento, porque vemos a millones de mexicanos inconformes con su situación, sin empleo, hundidos en la inseguridad, con bajos salarios, altos costos de la canasta básica, violación de los derechos humanos, inexistencia de oportunidades y falta de infraestructura de salud y educativa. ¿Qué ciudadano consciente querría mantener esa situación insostenible? Ninguno, todos queremos mejorar.

La lucha se ha dado por generaciones y ahora no podemos darnos el lujo de perderla por intereses mezquinos, por división, por grupúsculos. Unamos fuerzas. Integremos propuestas funcionales y viables. Seamos un PRD con visión de Estado. Hagamos la gran alianza social y política que la nación requiere y que convenza a la ciudadanía no sólo para salga a votar en el 2012, sino para que nos respalde con su sufragio y nos lleve a la presidencia, en un acuerdo para la reconstrucción de México.

*Representante del PRD ante el IFE.

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