Llama Jiz-PRD a honrar compromiso histórico con el país
Actualmente la juventud en México se encuentra en total incertidumbre y descobijo. Por un lado, la falta de oportunidades y la marginación dominan la escena; del otro lado, la guerra contra el narco, en donde parecería que sólo podemos elegir entre ser víctimas o victimarios, ya sea estando del lado de la fuerza pública o del lado del crimen organizado.
Los jóvenes creemos que poseemos la capacidad de jugar un papel diferente, así lo señala Yndira Sandoval Sánchez, coordinadora de la Comisión de Jóvenes Foro Nuevo Sol-PRD, quien vía comunicado recalca que no comparten la visión que los demás partidos políticos tienen para con este sector, por lo que trabajan por fomentar la organización para facilitar la consecución de los satisfactores de necesidades que el gobierno mexicano no ha sido capaz de generar.
En este contexto, saludamos, apunta, la creación de las Juventudes de Izquierda (JIZ), una organización autónoma hermana del PRD y de la juventud en general. Nuestro principal objetivo no es burocratizar a la juventud, al contrario, detonar la organización autónoma de las y los jóvenes en todos los ámbitos de la sociedad.
Si bien la juventud tiene espacios naturales, como pueden ser escuelas y universidades; existen otros ámbitos donde la juventud está llamada a jugar un papel predominante como lo es el espacio laboral.
De esta manera la izquierda mexicana se ubica a la vanguardia en materia de juventud, pues ningún otro partido político cuenta con una organización juvenil que vaya más allá de la cooptación y del interés electoral.
Como bien sabemos, el tema juvenil es el tema de la agenda política nacional, los jóvenes somos mayoría en el país y a pesar de este hecho trascendental se nos discrimina y se nos margina del mundo laboral y estudiantil. Los jóvenes somos el futuro, pero exigimos un lugar en el presente.
Históricamente los movimientos políticos y sociales en el país fueron impulsados por los jóvenes. Retomar los ideales de movimientos no sólo juveniles sino también sociales, estudiantiles y sindicales pasados es de suma importancia para no caer en la trampa de quienes por sistema han sido los represores de la juventud y que hoy buscan aparecer como impulsores de lo que siempre han criminalizado.
El activismo juvenil hoy más que nunca adquiere un carácter mayúsculo. En diversas partes del mundo los jóvenes se organizan y exigen cambios en el rumbo que han tomado sus países. No está de más señalar los ejemplos de Egipto en Medio Oriente; o de Chile en América del Sur. Por todo el mundo los jóvenes se organizan para transformar su entorno, por desgracia esto ha traído represión y en algunos países, como es el caso de Noruega, se ha llegado incluso al asesinato.
Las causas de estos crímenes atroces es ser jóvenes y ser de izquierda. En nuestros días es común la formación de mentalidades fans en la juventud de la imagen pública de los políticos, que tiene como objetivo mantener sumisas y a contentillo a las masas juveniles ante la clase política que detenta el poder.
Mucho se ha escrito y hablado sobre la importancia de las redes sociales y nuevas tecnologías en la organización de estos movimientos.
Por supuesto que no podemos negar su importancia y su enorme utilidad, pero no podríamos imaginarnos las enormes movilizaciones de los estudiantes ingleses sin la existencia de la Unión Nacional de Estudiantes, que cuenta con representación en todas las universidades del Reino Unido, ni las recientes movilizaciones de los estudiantes chilenos sin la existencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Así pues, entendemos que sólo organizados podremos llegar a la consecución de nuestras metas y de la transformación de la vida económica, política y social.
Una constante que plaga los medios de comunicación son las múltiples manifestaciones juveniles como consecuencia de la incapacidad de los gobiernos de generar condiciones de estudio gratuito, trabajo para las nuevas generaciones, como lo es el reciente caso de los disturbios en el Reino Unido, en el que el gobierno conservador ha calificado las manifestaciones como «disturbios para robar por parte de la juventud saqueadora» y no descartó recurrir al Ejército, de continuar las manifestaciones, sin tomar en cuenta el eje social principal que da origen a esta desarticulación social.
Los jóvenes manifestantes viven con hambre, marginados, molestos y decepcionados. El presente posicionamiento es un llamado a todos los jóvenes que tenemos un compromiso histórico con nuestra nación.
Somos hombres y mujeres jóvenes con causa revolucionaria, con legítimo derecho a la pacifica indignación para hacer frente a la vergonzosa criminalización de la juventud a nivel nacional y mundial, como consecuencia del deterioro de las condiciones de vida y de la falta de oportunidades de progreso social.
Los jóvenes debemos encontrar todos los medios pacíficos que sean posibles, derivados de la organización y el trabajo constante, para mejorar nuestro entorno social, pero sobre todo debemos basar nuestro actuar en el uso de la memoria y la esperanza de cambio del cual somos protagonistas.
